“Homo sum, humani nihil a me alienum"-Hombre soy; nada humano me es ajeno"-
Esta locución latina, ha quedado para la posteridad como una forma de justificación de lo que ha de ser el comportamiento propio de un ser humano. Miguel de Unamuno, a quien a veces se atribuye erróneamente, lo que hace es consagrar en su ensayo “El sentimiento trágico de la vida”, la frase escrita en 165 a.c. por Publio Terencio Africano en su comedia “El enemigo de sí mismo”, y pronunciada por el personaje Cremes, de esta comedia, para justificar toda intromisión en los asuntos humanos.
La partida del más grande pensador Latinoamericano del siglo XX, intelectual estratega de la vida y la solidaridad, padre y artífice de la Revolución Cubana Fidelista, ha desentrañado un profundo dilema en cuanto a sus virtudes y sus aportes para ver la vida y el ser humano desde otra perspectiva: la solidaridad, la justicia social, la dignidad, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.
La ida de Fidel en el corcel de los Gigantes, ha hecho que todo el amor del pueblo cubano se manifieste en un desbordamiento de dolor por su partida. Miles de cubanos rinden homenaje de la misma manera que lo recibió en su entrada triunfal de la revolución fidelista en la Habana un 1 de Enero de 1959. “El Caballo de la dignidad” ha movido al mundo de la misma manera que lo hizo en más de 70 años de vida, cientos de millones de seres humanos, de todas las esferas y posiciones: conservadores, moderados, radicales, cristianos, protestantes, no creyentes, académicos, científicos y la gente sencilla. Todos, incluyendo los que le combatieron con gallardía, se inclinan ante la partida de un Grande, el ser humano que galopa con dignidad sobre la cresta de la historia: por la verdad y la justicia de los marginados y excluidos de un mundo deshumanizado.
Sólo los que han hecho del odio una industria productiva y rentable, desde el punto vista financiera y empresarial, se han manifestado dejando ver todo el odio acumulado en el fondo de su resentimiento; si, aquellos que en un exilio de reyes privilegiados, han hecho del odio una forma de espiritualidad y religión, teniendo la muerte como su dios. Lo visto en Miami ante la partida de Fidel, es una vergüenza para el sentido de fe cristiana y de humanidad. Poder ver y saber que quienes celebran en Miami son seres humanos hechos a imagen y semejanza de Dios, resulta ser una ironía abominable.
Sólo monstruos dinosaúricos, con entrañas de demonios, pueden hacer del dolor humano su orgía de disfrute; Celebrar ante la partida hacia la perennidad del tiempo del padre del fidelismo, fidelismo que como compromiso, filosofía y nueva visión revolucionaria de la sociedad y del ser humano, busca la construcción de un mundo nuevo, solidario y más humano. Este Gigante de la humanidad hizo posible una Revolución de la vida teniendo como centro la persona humana y su dignidad.
¡Partió un Gigante en vuelo de Eternidad, Vivirás eternamente entre nosotros Fidel!!