Sin algunos tintes arrabaleros impresos en el pasado, el Ministerio de Cultura, bajo la égida del escritor Pedro Vergés, acaba de concluir la Feria del Libro de 2016 en el que el libro fue el protagonista mayúsculo, sin los signos de exagerado populismo y farandulerismo.
Fue José Rafael Lantigua, Ministro de Cultura 2004-2008, quien exageró los perfiles populistas y faranduleros durante el gobierno de Leonel Fernández, en una espectacular imitación de lo que ya había hecho Agliberto Meléndez, de cuyo equipo formé parte de 1983 a 1986, durante el gobierno de Salvador Jorge Blanco.
Lantigua, en una clara tendencia al facilismo y a la rimbombancia –pionero del fantasmeo cultural elevado a la máxima potencia- fue retrogradando la Feria hasta lucirla cual traje a la medida, a punto que hoy se puede hablar de “la feria de Lantigua”, por lo de medalaganario.
Vergés le puso los puntos sobre las íes a la Feria del Libro de 2016, que acaba de cerrarse sin los perfiles de arrabalización, y le ha conservado características populares sin exagerar. Se merece el apoyo de los que lo hemos dado todo por el libro.
Fue en la prehistoria del Ministerio de Cultura, cuando la Dirección General de Cultura, dirigida por Meléndez, auxiliado por mí y por otros, que logramos desatar los nudos que evitaban una integración del mastodonte que era la Plaza de la Cultura y un público ávido de participación cultural.
Aquello es digno de rememorarse en otra ocasión, pero no estaría demás recordar la crisis que desató una propuesta nuestra para se incluyera en el programa de actividades la actuación de grupos bachateros y de amargue, resaltando un grupo muy popular en los niveles bajos: Los Macos Pejes.
Eran los momentos en que yo había asumido enarbolar y defender la bachata como apropiación popular de un género musical de futuro cual expresión de subalternos, cuya campana dio pie para que grupos universitarios intentaran llevar a la universidad pública a Los Macos Pejes y otros grupos.
Lo menos que les sucedió fue que el Consejo Universitario, reunido de urgencia, prohibió la presentación de un grupo “degradante” de la buena música y amenazó con la suspensión a los dirigentes de insistir en ello.
Vergés le puso los puntos sobre las íes a la Feria del Libro de 2016, que acaba de cerrarse sin los perfiles de arrabalización, y le ha conservado características populares sin exagerar. Se merece el apoyo de los que lo hemos dado todo por el libro.
Y por suerte para él, ya Los Macos Pejes no existen. Su impronta de seguro duerme a la diestra del señor…y a la siniestra Rafael Bidó Medina, mi ex profesor y ex rector de la universidad pública.