Continuando con las particularidades del modelo de la Economía del Bien Común (EBC), vemos que por cada diez años laborales habrá un “año sabático” cuyo financiamiento se obtendrá financiado vía un salario mínimo incondicional y no se contabilizan como desempleados.
A partir de una nómina elevada de empleados en las grandes empresas los derechos de decisión y propiedad pasan parcial y progresivamente a los empleados y ciudadanos. Los individuos podrán ser representados vía “Parlamentos Económicos Regionales”, de manera directa. Las decisiones en empresas públicas no serán prerrogativas del gobierno. Pero además, las horas de laborables semanales tenderán a disminuir hasta llegar a oscilar entre 30 a 33 horas. De esta manera las personas dispondrán de más tiempo para realizar trabajos de formación personal o con la sociedad como los vinculados a actividades altruistas (Minorías, Enfermos, Niños, Ancianos), trabajo de crecimiento personal (desarrollo de la personalidad, arte, jardín, ocio), participación en la política y otras actividades comunitarias. Con esto se pretende lograr que mejore la calidad de vida haciéndola más suficiente, sostenible y menos consumista.
En cuanto a la tierra su situación aún es más particular, pues no podrá asumirse como propiedad privada. En función de las necesidades se suplirá, sin costo o a través de una tasa por uso, tierra para vivir, para la producción agropecuaria, minera o de comercio. No existiría el impuesto sobre terrenos. El criterio de uso ecológico primará siempre, obligando a que la explotación del suelo implique la reposición de las áreas sujetas a modificaciones o destrucción. De esta forma se plantea que el objetivo sea la reducción paulatina de la huella ecológica de personas, empresas y naciones, con la finalidad de lograr un nivel sostenible y justo en todo el mundo.
Debido a que en la economía del bien común, El éxito en los negocios, en la EBC, tiene una connotación diferente al que se asume en el presente, las necesidades de gestión implican otras competencias. Los gerentes idóneos son aquellos socialmente competentes, empáticos, líderes no jefes, sensibles y que ven en los beneficios oportunidades para todos.
La soberanía ciudadana se expresará a través de la asamblea económica, elegida entre los ciudadanos. Allí se discutirán todo lo que se convertirá en norma de cumplimiento. De aquí deben salir las leyes y la estructura constitucional. Esta última sólo podrá ser modificada con el respaldo de la soberanía ciudadana. Adicionalmente, pueden operar asambleas para aspectos particulares como las enfocadas en los aspectos democráticos, educación, medios de comunicación y cualquier otro tema de importancia social.
Finalmente, aunque quedan otros puntos muy particulares, reviste importancia inculcar las valores de la EBC en los niños, basando su educación en el modelo y haciendo que practiquen sus principios. Esto implicaría una metodología de enseñanza diferente, más participativa y enfocada en la realidad social.
La EBC busca ser una opción que tienda a forjar una sociedad con un futuro más equitativo, sostenible, justo y democrático. Este es un modelo plenamente participativo, que tiende a crear sinergia entre los esfuerzos de todas las fuerzas vivas. Pretende unir de forma objetiva el trabajo de todos, haciendo que todo sea útil para de esta forma cubrir de manera más efectiva las necesidades humanas. El desarrollo del modelo implica inexorablemente asumir una visión apegada a una fuerte motivación e irrenunciable responsabilidad. Sería de vital importancia un orden coherente en lo político y lo legal, con una constante concienciación (Educación).
Sería interesante analizar los avances de quienes han ido implementando este modelo. Entendemos que el avance será limitado si no es consensuado por todos los elementos de la sociedad. Surge la pregunta de dónde quedará el egoísmo, ese sentimiento tan humano como cualquier otro y hace que pensemos en Hobbes, en aquellos motivos que generan conflictos, por ejemplo: el espíritu competitivo, que induce al hombre a avanzar tras algo; el sentimiento de desconfianza, por la percepción de posibles incertidumbres y la gloria, por lo que implica para la reputación. De aquí surgen las 19 leyes de naturaleza hobbesianas, de las cuales muchos opinan que la primera y la segunda son básicas y le viene a esta reflexión final. Por entenderlo muy claro y objetivo cito lo que al respecto se puede leer en Wikipedia: “La primera ley se compone de dos partes: Cada hombre debe procurar la paz hasta donde tenga esperanza de lograrla, y, cuando no puede conseguirla, entonces puede buscar y usar todas las ventajas y ayudas de la guerra. La segunda parte se refiere al derecho natural, a la libertad de cada hombre, que lo autoriza a usar su propio poder, según le plazca, para la preservación de su propia vida, y por lo tanto de hacer cualquier cosa que conciba como la más adecuada para alcanzar ese fin. De esta ley se va a derivar la segunda ley: Un hombre debe estar deseoso, cuando otros lo están también, y a fin de conseguir la paz y la defensa personal hasta donde le parezca necesario, de no hacer uso de su derecho a todo, y de contentarse con tanta libertad en su relación con los otros hombres, como la que él permitiría a los otros en su trato con él.”
Sin dudas sería interesante hacer el ejercicio de implementar el modelo de la EBC, su enfoque de incentivos ofrece una oportunidad real de mejorar la calidad de vida de los seres humanos, pero he ahí el gran reto, la involucración misma de nuestra especie.