Se puede afirmar, que el año 2007 fue el más productivo para el sector municipalista de República Dominicana. Una lucha que se remontó a los años 50 del pasado siglo XX, por fin logró casi todas sus reivindicaciones. El marco legal municipal fue sustituido por uno más ajustado a la modernidad y quedaron atrás las obsoletas leyes 3455 y 3456. Pero “no todo es color de rosa”.

El proceso de reforma trajo aparejado el fortalecimiento de la Federación Dominicana de Municipios. FEDOMU es la organización llamada a pujar por que los ayuntamientos de los municipios estén en condiciones de hacer un buen gobierno. De modo que, la federación se erigió como un ente mediador entre el gobierno central y el gobierno municipal. Al amparo de FEDOMU surgieron otras entidades con iguales propósitos. FEDODIM, ASODORE, Y UNMUNDO son parte del tinglado natimuerto.

En ese contexto, el mismo proceso de reformas que las fortaleció, más adelante, sin dejarlas disfrutar de sus músculos les arrebató su razón de ser.

¿Cómo?

Así de simple, los sindicatos se forman para velar por los intereses de los trabajadores. Si la dirección del sindicato entra en componenda con los patrones para recibir a cambio, pingues beneficios, esta clarito que los obreros y trabajadores seguirán desamparados. Los recursos para que el sindicato, asociación o gremio operen, deben salir de sus propios integrantes, de no ser así, quedaría desnaturalizada su razón de ser. Es precisamente esto lo que aconteció con FEDOMU y las demás asociaciones municipales.

Las nuevas leyes municipales establecieron entre otras cosas, la transferencia del 10% del presupuesto de la nación a los ayuntamientos y distritos municipales del país. A su vez, se consignó que del 100% de la transferencia un 5% fuera destinado a la Liga Municipal Dominicana. La LMD cada día cobraba más descredito como institución estatal asesora de los ayuntamientos. La FEDOMU aprovechó la debilidad de la Liga y convenció a sus ejecutivos de dividir ese dinerito entre ellos dos. Casi de inmediato, se sumaron las demás asociaciones municipales para que a cada una le tocara su “boronita”.

En efecto, FEDOMU y la LMD se pusieron de acuerdo para repartirse entre ellas, el presupuesto destinado a la Liga Municipal. A partir de esa componenda se inició el proceso de convertir la federación en una estructura clientelar, asimilada al partidarismo político.

Por esta razón, el presidente de FEDOMU, al momento de ser asesinado, era miembro del Comité Político del PLD.  El alcalde que heredó el puesto pertenece al Comité Central del mismo partido. La directora ejecutiva de la organización es parte de la Comisión Política del PRD que es un aliado incondicional de los morados. Ahí tienen varios botones como muestra.

De ahí que, ningunas de las asociaciones y federaciones municipales del país levanten su voz para exigir el cumplimiento de la ley al Gobierno central. El Ejecutivo de la Nación debe transferir el 10% del presupuesto nacional a los ayuntamientos y hoy esa transferencia no alcanza el 4%, en franca violación a las leyes.

Como debía de esperarse, el efecto inmediato del acuerdo fue la neutralización de los sindicatos y gremios municipales, o como ellos prefieren llamarse,  asociaciones y federaciones municipales. En consecuencia, FEDOMU, FEDODIM, ASODORE, Y UNMUNDO no tienen razón de ser, su esencia se difuminó en las marañas del dinero mal gestionado. Y la sabiduría popular lo establece con claridad, “el que paga manda”.

De manera que estas organizaciones están subyugadas por el patrón. No pueden asumir su rol frente al Gobierno porque son mantenidas por él.

En la actualidad, el Gobierno trabaja en la formulación del Presupuesto General de la Nación, que se estima en unos 815 mil millones de peso. Si en esta ocasión se respeta lo establecido en la Ley, a los ayuntamientos se les deberá transferir una friolera de más  de 81 mil millones de pesos.

Sin embargo, se comenta que los ayuntamientos seguirán recibiendo los mismos 20 mil millones de hace 10 años. Ahí, y no en otro lado, hay que buscar la razón de la escasez extrema con que se manejan los gobiernos municipales. Y por esa misma precariedad es que se hace tan difícil que las autoridades municipales se reelijan en sus puestos. Por ejemplo:

En las elecciones del 2016, sólo el 20% de los alcaldes y directores de juntas distritales logró reelegirse, igual aconteció con los regidores y vocales. Las preguntas son obligadas:

¿Por qué no pudieron repetir en sus funciones estas autoridades? ¿Será por mala gestión?

¿O quizás por no disponer de los recursos necesarios para hacer un buen gobierno?

¡No sé!

Ahora, lo que no está en discusión es que FEDOMU se queda con una buena parte del presupuesto anual de la LMD y en consecuencia, con el dinero de los ayuntamientos.