Fausto ha dedicada toda su vida como estilista—barbero profesional. No ha ejercido otro oficio que no haya sido de barbero. Es actualmente el decano de los barberos profesionales puertoplateños y el que mayor clientela tiene en ese oficio en la ciudad de Puerto Plata, allí se le respeta y admira por su entrega total.

En su salón de peluquería siempre ha estado acompañado de otro barbero. Se le considera un maestro de la barbería, pues allí han recibido sus consejos y orientaciones la gran mayoría de los barberos que ejercen dicho oficio en Puerto Plata.

La gran mayoría de sus clientes no saben cuál es el verdadero nombre de su barbero Fausto Mendoza. Proviene de una familia santiaguero de extracción muy humilde, pero muy laboriosa y trabajadora.

Se llama Manuel Antonio Mendoza Sánchez, nació en El Ranchito, de Santiago de los Caballeros, el 23 de octubre de 1938, hijo de los señores: Simón Mendoza (agricultor) y de Caridad Sánchez.

De madre tiene tres hermanos: Isolina, Flora y Pedro de Láncer Sánchez; y, mientras que de padre a: Rosario, Canela y Constantina Mendoza.

Fausto hizo sus estudios en la Escuela Primarias Manuel de Jesús Peña y Reynoso, de Santiago hasta el cuarto curso.

En sus primeros años se dedicó a la agricultura en compañía de su padre Simón Mendoza.

Cuando cumplió los dieciséis años de edad, en el año 1954, decidió venir a Puerto Plata a la casa de su tío materno Luis Sánchez, que vivía en la calle 30 de Marzo esquina Restauración, allí se dedicaba su tío a la barbería y comenzó Fausto Mendoza a aprender el oficio de barbero al lado de éste. Se hizo barbero profesional y permaneció a sus lados durante once años.

En el año 1964 conoció a Ana Candelario y casó con ésta y procrearon dos hijos: Nelson (destacado pintor gráfico e inquieto joven) y Jairo Mendoza Candelario (también dedicado a la pintura). Han criado a Ana Iris Castillo (nieta) y Erika Valenzuela.

Fausto tiene otros dos hijos: Franklin Mendoza Pantaleón (procreado con la señora Doris Pantaleón. Dicho hijo vive y reside en New York, desde hace muchos años) y Faustino Castillo.

Su esposa doña Ana Candelario ha sido un gran soporte en la vida de Fausto Mendoza, en esos cuarenta y dos años de vida matrimonial que cumplirán próximamente.

En 1965 Fausto decidió independizarse de su tío Luis Sánchez e instaló su propia barbería en la calle Marina viuda Hall, esquina calle Antera Mota de Reyes, de Puerto Plata.

En su barbería le dio acogida a los recién iniciados como barberos: Guillermo González Vargas, los hermanos Víctor y Alejandro Sánchez.

Estuvo consciente del peligro que tenía al albergar en su barbería a Guillermo González y Víctor Sánchez, dos militantes de las izquierdas revolucionarias del Movimiento Popular Dominicano (MPD). Lo acogió como dos hijos en su barbería y mantiene de ellos dos gratos recuerdos y admiración de sus luchas en contra del gobierno de fuerza de los doce años (1966—1978), presidido por el caudillo y líder reformista, Lic. Joaquín Balaguer Ricardo.

Fausto Mendoza compró una casa en la calle San Felipe No. 55, de Puerto Plata y comenzó comprando block a block y construyó su casa y el local de su barbería y allí se trasladó en el año 1971, donde actualmente continúa ofreciendo sus servicios de barbero profesional.

Es un amante del deporte de béisbol y simpatizante de Las Águilas Cibaeñas.

Le gusta la pelea de gallos, desde muy joven y suele ir a la gallera a jugar gallos, los domingos en horas de la tarde.

Fausto aunque no estudió debido a los pocos recursos económicos de sus padres, pero ha podido preparar a sus hijos.

No ha cogido vacaciones nunca. Día por día acude a su barbería a ofrecer sus servicios de barbero, que lleva cincuenta y dos años dedicados a ese digno y honroso oficio.

A su barbería acude una gran cantidad de clientes, como son: Don Julián Brito, don Miguel Cocco, Víctor Polanco Ventura, Benjamín Rodríguez, Pascual Román, Francisco Javier Pérez Minaya, Camilo Hurtado (muerto), Luis Escoto, Chujo Pimentel, José Aníbal Banks, Rafael Villanueva Monegro, Rafael Alberto Brugal P. (muerto), Ramón Rodríguez, Miguel Ángel Reyes, Ing. Ramón García, Lic. Arturo Serrata Severino, Dr. Juan Ventura, José Antonio Santos, Pedro A. Guzmán y otros tantos.

Nunca se ha visto envuelto en problemas judiciales con nadie. No ha caído preso. Su vida ha sido el trabajo honesto y tesonero.

Ha sabido estrechar vínculos de amistad con varios amigos, entre los cuales, están: Arcadio Sánchez, Arcadio Henríquez, Alberto Martínez, entre otros.

Fausto Mendoza ha sido un ejemplo en su oficio de barbero en la ciudad de Puerto Plata. Su esposa, hijos, nietos y familiares no tienen de qué arrepentirse de Fausto, de cualquier in conducta en su existencia. Ha sido una vida llena de actuaciones correctas en su pueblo de Puerto Plata.

Es un hombre de ideas democráticas y que no ha estado al servicio de la política partidista. Nunca se interesó en ocupar una posición en la administración pública.

Cuando era más joven, era dado a participar en tertulias entre amigos y darse unos tragos de ron. Los domingos en horas de las tardes se le veía en un pequeño carro manejado por él paseando por la ciudad.

Se ha preocupado por la lectura. Se mantiene al día en noticias locales, nacionales e internacionales a través de los periódicos de Puerto Plata y Santo Domingo. Es un gran conversador y deleitante. Ha llevado una vida digna y correcta en su transcurrir de 68 años de existencia.

No ha salido fuera de su país. Ha vivido enclavado en la ciudad de Puerto Plata, que lo acogió para el resto de su vida.

Ama y quiere a la ciudad de Puerto Plata. Se considera un puertoplateño de pura sepa. Aquí ha desenvuelto su vida desde que era muy jovencito hasta el día de hoy.

Fausto Mendoza ha sido un ciudadano íntegro en todo el sentido de la palabra. Ha sabido vivir con los pocos recursos económicos que ha podido conseguir.

En su salón de barbería comparte con el joven barbero Eddy Martínez.

Fausto Mendoza, es merecedor de cualquier reconocimiento u homenaje que se le pueda tributar por su larga vida como estilista—barbero profesional y ciudadano íntegro y ejemplar.