No he tenido el gusto de conocerla, sé que es abogada, madre, periodista, diputada, esposa, bella e inteligente. Además si no me equivoco, se parece a mi santa madre, Doña Celeste, la mujer más guapa que he conocido en mi vida, quien no baraja, nunca ha barajado ni creo que baraje aun pleitos a su edad.
Una dominicana a carta cabal como lo son millones de madres que día a día, solas o acompañadas se dedican con esmero, dedicación, constancia y sacrificio a echar para adelante a sus hijos, sobre la base de un futuro que uno de los gobiernos más nefastos de nuestra historia republicana, nos ha querido robar.
La rendición de cuentas es una obligación de quienes nos gobiernan, un derecho del pueblo a saber que se hace con los miles de millones de pesos que reparte la presidencia de la república como si fuera una piñata gorda y llena de dulces y golosinas en un cumpleaños al cual solo son invitados los compañeritos.
Saber que se hicieron y bajo que premisa se regalaron cientos de millones de pesos y millones de dólares no es un privilegio, es un derecho, es una obligación del gobierno decirlo y justificar cada centavo. Peor aún, del estercolero destapado por la bella y brava Faride, falta establecer de que cuenta y bajo que compromisos fueron transferidos cinco millones de dólares de los Estados Unidos de América, a una cuenta de Joao en Suiza solo en el año 2014, a razón de diez pagos US$500,000.00 dólares cada uno en el Bank Shellbill. No nos cansamos de preguntar, quien pago ese dinero, de cuenta provenían dichos fondos, y cuál fue el motivo de dichos pagos?
La sola suma de US$500,000.00 aproximadamente mensual, durante el año 2014, comprobado por la justicia brasileña y publicado en el prestigioso diario O GLOBO de Brasil, para un gran total de US$5,000,000.00 equivalentes a Doscientos cincuenta millones de pesos, sumados a los millones previamente enunciados, constituyen no solo un fraude al erario, sino la más grande muestra de corrupción administrativa, utilizando la publicidad y sus excepciones reglamentarias respecto a las compras y contrataciones estatales para desfalcar al Estado y con este al mismo pueblo dominicano.
Debemos acompañar a Faride, no debemos dejarla sola ni un instante, no debe darle ni gripe a esta brava Madre, esposa y abogada, no podemos darnos el lujo de perder a una Dama de estas condiciones, la cual ha evidenciado que tiene de sobra lo que a muchos hombres nos han quitado desde hace mucho.
Exigir lo que nos corresponde es una obligación ciudadana, que debe impedir por lo menos que nuestros impuestos vayan a parar al bolsillo de estos ladronasos, que han evidenciado que, la codicia y el irrespeto a los derechos del pueblo son su razón de ser. Dicen ser servidores públicos y lo que son es estupradores del futuro de cada uno de nosotros.
Me gustaría saber con qué derecho pretenden seguir cobrando impuestos, endeudando al país, y cada uno de nosotros, sin rendir cuentas, sin que sepan que eventualmente, cuando se pretendan dichosos y satisfechos de sus lastimeros latrocinios, venga Faride y les señale con su dedo justiciero.
Me gustaría ver sus caritas rebozadas de miedo y estupefacción, si algún día, no muy lejano Faride se ponga la ñoña y empiezan a ajusticiar ladrones, con cárcel obviamente.
Sería un placer de una calificación realmente indescriptible, casi orgásmico.