En Tívoli del miércoles 9 de mayo (Del Sheraton y otras nostalgias), mencioné la película de culto de Brian de Palma, El Fantasma del Paraíso, su fracaso en su estreno en el Rialto en 1975 y su fenomenal éxito en la taquilla del Capitolio en el primer semestre de 1976, luego de que su soundtrack se puso de moda, principalmente en la emisora preferida por un amplio sector de la juventud de entonces: HIN Radio, especialmente en los programas de Teo Veras y de Armando Almánzar.

Hoy quiero referirme a algo más extraño todavía que pasó con dicha película, en la cual el guionista y director (que más tarde se haría rico y famoso con títulos como Carrie, Caracortada y Los Intocables) adaptó Fausto, El retrato de Dorian Grey y El Fantasma de la Ópera al ambiente rockero californiano de los años 1970s, con el aporte valiosísimo de Paul Williams como actor y como compositor de las canciones que integran la banda sonora (por la cual fue nominado al Oscar y al Globo de Oro).

Escena del Film El Fantasma del Paraíso

Ganadora del Grand Prix en el Festival du Film Fantastique de Avoriaz, Francia (donde Roman Polanski fue presidente del jurado), la película (estrenada en Estados Unidos el 31 de octubre de 1974, Día de Halloween) fracasó en la taquilla en casi en todos los mercados, permaneciendo muy poco tiempo en cartelera, con excepción de una ciudad canadiense, Winnipeg, capital de la provincia Manitoba, donde se convirtió en un auténtico fenómeno popular, manteniéndose 18 semanas en cartelera (de diciembre de 1974 a mayo de 1975), pues los fans volvían y volvían a verla muchas veces (y donde las tiendas de discos vendieron 20,000 copias del soundtrack).

Desde entonces, cada cierto tiempo vuelve a exhibirse en un cine de Winnipeg, donde además se han celebrado eventos especiales, denominados Phantompalooza, con la asistencia de miles de fans y de miembros del elenco.

El Fantasma del Paraíso fue una de las dos películas que más veces vi en aquella década. La otra fue El submarino amarillo, de cuyo estreno mundial se cumplen 50 años este 17 de julio, una película de dibujos animados, de George Dunning, con The Beatles, inspirada en la canción Yellow Submarine (de John Lennon y Paul McCartney), incluida en el álbum Revolver y lanzada el 5 de agosto de 1966 como sencillo (el único de The Beatles con su baterista Ringo Starr como vocalista solista), con Eleanor Rigby en el respaldo del disco de 45 RPM, del cual se vendieron un millón 200 mil copias en el primer mes. La película incluyó en su banda sonora canciones de los álbumes Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band, Rubber Soul y el arriba mencionado Revolver, además de cuatro canciones nuevas (entre ellas, una de mis favoritas, la magistral Only a Northern Song, de George Harrison).

Los beatlemaníacos y cinéfilos dominicanos de mi generación tuvimos el privilegio de poder verla y repetirla varias veces desde que se estrenó en el viejo Santomé de la calle El Conde, pues a lo largo de la década de los setenta se exhibió en el cine de la UASD, en el Capitolio y principalmente en las desaparecidas tandas juveniles e infantiles de los sábados y domingos a las diez de la mañana y las tres de la tarde en cines también desaparecidos como el Olimpia y el Élite.

El video se lanzó en 1987, pero fue retirado del mercado por problemas legales entre las compañías Apple, King Features y MGM/UA, los cuales tardaron años en solucionarse, hasta que finalmente fueron resueltos, lo que permitió que en 1999 se lanzaran, en versión restaurada, la película (tanto en las salas de cine como en video) y el disco compacto con el soundtrack, ocasión en que Allan Kozinn escribió en The New York Times el artículo contenido en el siguiente enlace:

https://www.nytimes.com/1999/09/10/movies/news-from-pepperland-submarine-resurfaces.html

Cuatro años después, en su edición del 8 de octubre de 2003, El Caribe informó que “La beatlemanía está de regreso. Al menos así se desprende de investigaciones realizadas por el sello discográfico Apple, publicadas hoy en los medios británicos. Treinta años después de la disolución, los Beatles siguen siendo muy populares entre la generación más joven. “Deben ser las canciones. Nostalgia no puede ser, porque los jóvenes no tienen recuerdos de los años 60”, dijo el portavoz de prensa de Apple, Geoff Baker, al diario The Independent. De acuerdo con los sondeos, antes de la publicación del disco de grandes éxitos The Beatles 1, en noviembre de 2000, un 18.5 por ciento de los compradores de discos de los Beatles eran menores de 24 años. Desde entonces, el porcentaje de ese grupo de compradores aumentó a 32.7 por ciento. The Beatles 1 vendió más de 25 millones de copias y fue número uno en 34 países”. 

Seis años después, el mencionado Allan Kozinn escribió un artículo titulado Obra de los Beatles es tema de estudios universitarios (publicado el 21 de marzo de 2009 en el suplemento The New York Times que circula en la edición sabatina del Listín Diario para suscriptores), cuyas primeras líneas decían: “Quizás lo más raro acerca del anuncio, hecho este mes, por la Universidad Hope de Liverpool de que ofrecerá la primera maestría del mundo en estudios de los Beatles, fue que hubiera pasado tanto tiempo antes de que una universidad concibiera la idea. En la actualidad abundan los cursos universitarios individuales acerca de los Beatles, y a juzgar por mi experiencia enseñando uno el año pasado, en la Universidad de Nueva York, son una gran atracción: se inscribió casi el doble de los estudiantes a los que podía dar cabida, y me asombró lo mucho que estos jóvenes de entre 18 y 21 años conocían el material. Los estudiantes de esta clase tenían todos los álbumes y algunos incluso coleccionaban versiones piratas, o producidas ilegalmente, de versiones descartadas de canciones de estudio y grabaciones de concierto”.

Ese mismo año, el 9 de septiembre de 2009, Diego Manrique escribió en El País: “Ver para creer. El primer tramo del siglo XXI puede terminar con los Beatles en el primer puesto del negocio discográfico, como máximos vendedores de la década. Al menos, podría ocurrir en Estados Unidos, donde funciona una tecnología fiable -el Nielsen Soundscan- que contabiliza los discos que pasan por caja. Ahora mismo, el primer lugar corresponde a Eminem, con un total de 32 millones de copias despachadas en estos años. Detrás están los Beatles, con algo más de 28 millones de ejemplares; su antología, 1, se afianza como el best-seller de la presente década, con casi doce millones de copias sólo en el mercado estadounidense. Y parece probable que, con el monumental lanzamiento de los remasters (complementado por el márketing del videojuego The Beatles: Rock band), los británicos habrán superado al rapero de Detroit antes de que acabe 2009. Toda una hazaña, habida cuenta que hace ya 40 años que dejaron de existir. Dos posibles lecturas. La primera es obvia pero digna de recordarse: en la música pop nadie tiene un legado tan rico, prodigiosamente desarrollado en menos de ocho años (de junio de 1962 a abril de 1970). La segunda, que la hegemonía de los Beatles en nuestra memoria sentimental tiene mucho que ver con las generaciones que crecieron durante los sesenta y los setenta, esas que desde hace tiempo controlan el poder político, económico, cultural y mediático: ellos vivieron de cerca la asombrosa aventura de los Beatles y no van a permitir que nadie eclipse su recuerdo”. 

Carátula del álbum YELLOW SUBMARINE

Siete meses después, el 10 de abril de 2010, al cumplirse 40 años del anuncio oficial de la disolución de The Beatles, el mismo Diego Manrique escribió en El País: “Si sus 10 años de existencia fueron extraordinarios, no lo han sido menos las cuatro décadas posteriores. Las impresionantes ventas de los sesenta han quedado empequeñecidas por el inmenso negocio generado a posteriori. Los Beatles sostienen una industria poderosa, reanimada periódicamente por reediciones, remasterizaciones y -próximamente- su disponibilidad en tiendas digitales. Su Liverpool natal se ha transformado en un parque temático a mayor gloria de aquellos descastados que huyeron a Londres”.

Tres décadas antes, el 16 de diciembre de 1980, ocho días después del asesinato de John Lennon y tres años antes de ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez escribió lo siguiente: 

“Así es: la única nostalgia común que uno tiene con sus hijos son las canciones de los Beatles. Cada quien por motivos distintos, desde luego, y con un dolor distinto, como ocurre siempre con la poesía. Yo no olvidaré aquel día memorable de 1963, en México, cuando oí por primera vez de un modo consciente una canción de los Beatles. A partir de entonces descubrí que el universo estaba contaminado por ellos. En nuestra casa de San Ángel, donde apenas si teníamos donde sentarnos, había solo dos discos: una selección de preludios de Debussy y el primer disco de los Beatles. Por toda la ciudad, a toda hora, se escuchaba un grito de muchedumbres; “Help, I need somebody”. Alguien volvió a plantear por esa época el viejo tema de que los músicos mejores son los de la segunda letra del catálogo: Bach, Beethoven, Brahms y Bartok. Alguien volvió a decir la misma tontería de siempre: que se incluyera a Bosart. Alvaro Mutis, que como todo gran erudito de la música tiene una debilidad irremediable por los ladrillos sinfónicos, insistía en incluir a Bruckner. Otro trataba de repetir otra vez la batalla a favor de Berlioz, que yo libraba en contra porque no podía superar la superstición de que es oiseau de malheur, es decir, pájaro de mal agüero. En cambio, me empeñé, desde entonces, en incluir a los Beatles. Emilio García Riera, que estaba de acuerdo conmigo y que es un crítico e historiador de cine con una lucidez un poco sobrenatural, sobre todo después del segundo trago, me dijo por esos días: “Oigo a los Beatles con un cierto miedo, porque siento que me voy a acordar de ellos por todo el resto de mi vida”. Es el único caso que conozco de alguien con bastante clarividencia para darse cuenta de que estaba viviendo el nacimiento de sus nostalgias. Uno entraba entonces en el estudio de Carlos Fuentes, y lo encontraba escribiendo a máquina con un solo dedo de una sola mano, como lo ha hecho siempre, en medio de una densa nube de humo y aislado de los horrores del universo con la música de los Beatles a todo volumen…. Esta tarde, pensando todo esto frente a una ventana lúgubre donde cae la nieve, con más de cincuenta años encima y todavía sin saber muy bien quien soy, ni que carajos hago aquí, tengo la impresión de que el mundo fue igual desde mi nacimiento hasta que los Beatles empezaron a cantar. Todo cambió entonces. Los hombres se dejaron crecer el cabello y  la barba, las mujeres aprendieron a desnudarse con naturalidad, cambió el modo de vestir y de amar, y se inició la liberación del sexo y otras drogas para soñar. Fueron los años fragorosos de la guerra de Vietnam y la rebelión universitaria. Pero, sobre todo, fue el duro aprendizaje de una relación distinta entre los padres e hijos, el principio de un nuevo diálogo entre ellos que había parecido imposible durante siglos”. 

Cuando Gabriel García Márquez escribió lo que acabo de citar, eran muy jóvenes la mayoría de los autores de los cuentos reunidos en el libro 22 Escarabajos. Antología hispánica del cuento Beatle (Páginas de Espuma, Madrid, 2009), editado por Mario Cuenca Sandoval, acerca del cual hay un blog, cuyo enlace es el siguiente:

http://antologiadelcuentobeatle.blogspot.com

En su edición del 23 de marzo de 2009, Diario Libre informó que cuatro canciones de The Beatles figuran entre las diez primeras (y ocho entre las treinta primeras) de las cien favoritas de cien músicos hispanoamericanos, de acuerdo a una encuesta cuyo resultado publicó, el día anterior, El País Semanal, la revista dominical del diario madrileño El País

Logo de la campaña DG120

En dicha encuesta (titulada “Cien músicos hispanoamericanos eligen las 100 canciones que cambiaron su vida”), resultaron seleccionadas diez canciones de The Beatles, que menciono a continuación (con el puesto ocupado entre paréntesis): Help! (3), A Hard Day’s Night (6), A Day in the Life (8), Strawberry Fields Forever (9), Twist and Shout (13), In My Life (20), Rain (24), Yesterday (26), Helter Skelter (92), I Saw Her Standing There (94). Además, fueron escogidas dos de John Lennon en su etapa post-beatle: Imagine (38) y (Just like) Starting Over (69).

Otras canciones de The Beatles no están entre las cien electas, pero sí en varias de las listas individuales de las diez canciones favoritas de cada músico encuestado, como son los casos de Ana Belén con Eleanor Rigby, Víctor Manuel con Girl y Andrés Calamaro con Sexy Sadie, listas individuales en las que figuran dos canciones dominicanas, ambas de Juan Luis Guerra: Estrellitas y duendes en la de Luis Fonsi y Burbujas de amor en la de David Bisbal.

En el último cuarto del pasado siglo, la radio dominicana tuvo, por lo menos, dos programas dedicados a la música de The Beatles, cuyos nombres eran títulos de canciones: La banda del club de corazones solitarios del sargento Pimienta (Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band), producido por Camilo Casanova y Bernardo Vargas en HIN en la segunda mitad de la década de los 70 (que había tenido, a comienzos de dicha década, una primera y breve etapa, solo con Camilo, en una emisora de Santiago llamada Radio Hit Musical); y El Submarino Amarillo (Yellow Submarine), producido por Roger Zayas-Bazán en Viva FM a mediados de los 90. Merece recordarse también el especial Beatles 60-70, con diez horas de duración, transmitido por HIN un domingo de 1972, producido por Teo Veras y Herminio Alberti.

Ya en el siglo XXI, en los años finales de la década pasada e iniciales de la presente, Luis Martín Gómez producía por el canal 37 (CDN), cada sábado a las nueve de la mañana, una refrescante propuesta de televisión cultural, titulada Yola yelou, en homenaje a The Beatles y su canción y película Yellow Submarine. El programa empezaba y terminaba con dicha canción como tema musical y sus créditos estaban diseñados con la tipografía y el concepto gráfico que se utilizaron en el afiche de la película y la carátula del LP del soundtrack (léase disco de larga duración de la banda sonora). El mencionado Armando Almánzar fue uno de los entrevistados en dicho programa.

Desde hace nueve años, con un nombre que rinde homenaje al de otra canción de The Beatles, All you need is love (All we need is love), produce un edificante y gratificante programa radial Maryanne Fernández por La Nota 95.7 FM, de lunes a viernes a las tres de la tarde.

En el plano internacional, en 2005 comenzó a transmitirse desde México el primer programa de radio por internet en español dedicado a The Beatles, El Círculo Beatle, producido por Dulce González y conducido por Arturo Espinosa y Tere Chacón. Esta última (quien recibió en 2015 el nombramiento de Embajadora Global de la Beatlemanía por parte del museo The Beatles Story de Liverpool), informa lo siguiente:

"Los 50 años del único submarino que ha logrado que millones de personas en el mundo canten y sonrían no pueden dejarse pasar de largo. Apple Corps, la compañía de The Beatles, en asociación con Universal Music y Abramorama, proyectarán en cines de Inglaterra y Estados Unidos el próximo 8 de julio la cinta restaurada a una resolución digital de 4K y con un remix especial de la banda sonora de la misma a 5.1 Stereo Surround Sound. Además, se lanzará un disco sencillo de vinilo ilustrado en edición limitada que tendrá la canción Eleanor Rigby en su Lado B, tal como fue realmente el sencillo de agosto de 1966. Y esto es apenas el principio. Millones de personas a nivel global se unirán en las próximas semanas para conmemorar un legado que llenó de colorido una época a 80 mil leguas bajo el mar y desde un lugar donde la paz, el amor y la música han reinado desde 1968. ¡Todos vivimos en un submarino amarillo!"

Portada de la antología hispánica del cuento Beatle.

Estos son los enlaces de El Círculo Beatle y del museo The Beatles Story:

http://www.codigoradio.cultura.df.gob.mx/index.php/el-circulo-beatle

http://www.beatlesstory.com/

Una revista digital beatlemaníaca, Daytrippin, puede leerse en este enlace:

https://daytrippin.com/


Y con este otro enlace se darán banquete los fans de El Fantasma del Paraíso:

https://www.swanarchives.org/

No puedo resistirme a reproducir lo que escribió Frank Báez en su facebook el 18 de mayo pasado:

"A veces uno se aburre en Santo Domingo. Pero luego pasan estas maravillas como ahorita que esperaba que cambiara el semáforo de peatones que hay entre la Tiradentes y la Pedro Henríquez Ureña. Unos estudiantes de música que iban al conservatorio cruzaron en rojo, esquivando los carros y el AMET que estaba en la esquina les voceó: 


– ¡Ya van mal! Hasta los Beatles sabían cruzar una calle.

Tuve que darme la vuelta y darle un apretón de manos al AMET".

LA CAMPAÑA DG120

Ahora paso a referirme a una sensacional noticia procedente de Berlín: Deutsche Grammophon (DG), el sello de música clásica más antiguo y reconocido del mundo, celebrará este año su 120 aniversario con un extraordinario programa internacional de actividades, que incluye el lanzamiento de versiones restauradas y digitalizadas de algunas de las primeras grabaciones del trompetista Louis Armstrong, del escritor León Tolstói leyendo una de sus novelas, de los cantantes líricos Titta Ruffo y Fiódor Chaliapiny, del violinista Fritz Kreisler, entre otros.

También lanzará la colección DG120: The Anniversary Edition, una antología con 120 CDs que abarca 120 años de música grabada por el sello, así como los LP Karajan-Beethoven, una edición en vinilo del legendario ciclo de 1963 de las nueve sinfonías de Ludwig van Beethoven dirigidas por Herbert von Karajan.

Además, la campaña DG120 incluye una serie de conciertos en vivo en diversas ciudades, con artistas del catálogo del sello discográfico (Aida Garifullina, Anne-Sophie Mutter, Lang Lang, Daniel Barenboim, Max Richter, etc.), cuya programación se detalla en este enlace:

https://dg120.info/events/

Estos enlaces contienen más información sobre la campaña DG120:

https://dg120.info/

https://artsandculture.google.com/partner/deutsche-grammophon

En el frente local (como diría Radio Mil Informando), Dante Cucurullo acaba de lanzar un CD que contiene cinco composiciones propias, una de las cuales da título al álbum: Garrick, poema sinfónico, de acuerdo a lo informado en este enlace:

https://www.diariolibre.com/revista/cultura/dante-cucurullo-estrena-garrick-poema-sinfonico-DH10241750

Ya se anuncia la tradicional temporada de nuestra Orquesta Sinfónica Nacional, en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, con seis conciertos entre agosto y octubre, el primero de los cuales será el miércoles 8 de agosto con la participación del pianista ucraniano Vadym Kholodenko, ganador de medalla de oro en el Concurso  Internacional de Piano Van Cliburn 2013. A propósito, en el mismo escenario disfrutaremos la VII Gala de Ganadores del referido concurso, el miércoles 26 de septiembre,  presentada por las fundaciones Eduardo León Jimenes y Sinfonía. En esta última ya están a la venta las boletas, tanto para dicha Gala como para los seis conciertos de la temporada sinfónica. Su teléfono es 809-532-6600.