En los últimos días ha brotado en la opinión pública internacional y nacional la fuerte discriminación y estigma existente hacia personas con opciones sexuales distintas.

El crimen de odio sucedido en Orlando donde mataron a 4 dominicanos hijos de la diáspora y a decenas de latinoamericanos que estaban divirtiéndose en una discoteca gay de Orlando, Florida es una deplorable muestra de las consecuencias del odio que se genera con la intolerancia hacia las personas homosexuales y transexuales.

En la República Dominicana también se han producido expresiones que incitan esta discriminación y la intolerancia. Grupos religiosos han desatado manifestaciones de protestas contra la Asamblea de la OEA que se celebró recientemente porque supuestamente en esta asamblea “se atenta contra la familia tradicional”.

¿Cuál es la familia tradicional en la Republica Dominicana?

El concepto de tradición apunta desde la perspectiva antropológica al “legado del pasado que se transmite de generación a generación”. (Abellan 1994). En el caso de nuestro país la familia tradicional no es la familia nuclear (hombre-mujer-hijos/as) como plantean estos grupos religiosos sino la familia extensa matrilineal.

Los estudios realizados en el Caribe (Safa 1980) muestran la existencia en esta región de la familia afrocaribeña en la que tiene un fuerte peso la familia extensa matrifocal. Familias formadas por abuelas, tías, hijos, hijas y nietos (as) el hombre está ausente o mantiene relaciones inestables. Nuestro país no escapa a esta realidad. Estudios sobre familias en República Dominicana (Ferran 1974, García Tamayo 1979) muestran la heterogeneidad de las estructuras familiares con un mayor peso de las familias extensas y familias monoparentales, ambas lideradas por mujeres. Igualmente Duarte y Tejada Holguín(1995):

Diversos estudios sobre las familias asumen la existencia de un tipo de familia acorde con los procesos de urbanización, modernización e industrialización: la familia nuclear típica, compuesta por padre, madre, hijos y/o hijas. Este tipo de familia coincide con la “imagen idílica de la familia”, imagen de origen judeocristiana occidental. Sin embargo, este tipo de familia no es el más generalizado en nuestro país y, además, no hay evidencias concluyentes que relacionen la generalización de las familias de tipo nuclear con la modernización. (P.19)

Rescatar el modelo de familia nuclear como tradicional y único resulta un desconocimiento y ocultamiento de la realidad histórica y actual de la familia dominicana y caribeña. Por el contrario, han subsistido múltiples estructuras familiares entre las que se encuentran familias formadas por parejas de un mismo sexo donde la adopción-crianza ha tenido una fuerte presencia tanto en las zonas rurales como urbanas de nuestro país.

Las sanciones sociales y la discriminación hacia parejas de un mismo sexo en nuestra historia no evitaron que existieran distintas formas de ocultamiento de la crianza de hijos/as de una de las dos personas que formaban la pareja a través de familias extendidas o con hijos/as de crianza no consanguíneos en familias ampliadas.

Gran parte de la población homosexual y transexual nace en familias heterosexuales y viceversa, parejas de un mismo sexo tienen hijos e hijas (muchas veces adoptivos/as) heterosexuales.

La crianza en un escenario de relaciones de pareja homosexual o heterosexual ha mostrado en los estudios realizados que no determina la opción sexual de niños y niñas. En sociedades altamente represivas contra la homosexualidad esta se presenta, aun cuando ha sido discriminada y violentada con casos incluso de fusilamiento como ha ocurrido en algunos países del Medio Oriente.

El clima democrático y tolerante hacia la diversidad al interior de familias, centros educativos y comunitario favorece a la disminución de la violencia y la discriminación hacia personas con opciones sexuales distintas respetándose así sus derechos humanos, sexuales y reproductivos.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY