La mañana del 19 de diciembre de 2019, a las 10:00 am, asistí a la conmemoración del 54 Aniversario de la Batalla del Hotel Matúm de 1965. Allí conocí a Andrés Dirocié Montas ex guardia rana y combatiente Constitucionalista de la Guerra del 24 de abril de 1965, el cual perteneció a la Escuela de Nadadores de Combates de la Marina de Guerra Dominicana.
En ese encuentro patriótico supe que el Lic. Dirocié Montás había escrito y publicado un libro: “ABRIL 1965: Relatos y Vivencia de un Hombre Rana”, e inmediatamente le compré dos ejemplares.
Cuando inicié la lectura de la obra en el primer párrafo se lee lo siguiente: “… Asimismo, son innumerables los pseudos constitucionalistas, que ni oyeron los tiros, cañonazos, bombardeos de los aviones y barcos, ni siquiera inhalaron el olor de la pólvora, pero en su afán de lucro y ridículo protagonismo, han sacado pingües ventajas económicas, ocupando espacios inmerecidos y hasta posiciones políticas, refiriéndose a aquellos acontecimientos sin tener los más mínimos conocimientos al respecto que justifiquen que generalmente estuvieron en el lugar de los hechos…”
El contenido de este párrafo me conmovió y a seguida reflexioné y al igual que, Dirocié Montás, he notado y comentado con amigos sobre la cantidad de pseudos trujillistas y pseudos Panfleteros de Santiago que a través del tiempo hemos conocido y escuchado sus inventadas “hazañas”.
Estos falsos héroes en lo que respecta a los “Panfleteros de Santiago”, en las investigaciones que durante años he realizado, hemos encontrado a quienes han “vendido” la falsa creencia y se han pasado por militantes de los “Panfleteros de Santiago”.
El periodista, escritor y poeta Rafael P. Rodríguez, publicó el 29 de mayo de 1997, en la página 11 del periódico El Siglo: “Los panfleteros de Santiago y el arte de herir al minotauro Rafael Leónidas Trujillo Molina”, donde reseña lo expresado por dos entrevistados suyos.
Uno de ellos afirma que el volante o panfleto que heroicamente planificó y llevó a cabo Wenceslao Marcial Guillén Gómez, Wen, en compañía de Manuel Armando Bueno Pérez y Homero Herrera Velásquez decía en uno de sus lados: “Con perdón de la expresión Trujillo es un buen mojón”, cuando realmente el panfleto contenía el mensaje siguiente: : “Con perdón de la expresión Trujillo es un mierda”, (el volante lo incluí en un artículo publicado en el periódico digital Acento, el 8 de noviembre de 2013.
Quien afirma esto no sabía que Domingo Cepeda, (Panfletero) había guardado un ejemplar el 16 de diciembre de 1959 en el plafón de su casa en la calle Duarte No 55.
Igual error fue cometido en el programa “Momentos de la Historia” de Rafael Pérez Modesto, donde el entrevistado escribió de nuevo con error el contenido del volante.
Otras investigaciones afirman que la acción de regado de tachuela en la ciudad de Santiago, el día que se inauguró el Estadio Radhamés, el 25 de octubre de 1958, tenía como objetivo vaciar los neumáticos de los automóviles de las personas que asistirían al partido de béisbol. Hay quienes han escrito en el periódico La Información, de Santiago de los Caballeros a propósito del 50 aniversario de las Águilas Cibaeñas, haber pasado todo el día haciendo fila desde la cuatro de la madrugada para comprar las entradas del partido inaugural, y que al no conseguir las boletas tuvieron que conformarse con ver el partido en los bleacher acompañado de un futuro médico de Santiago. También ha escrito haber participado en la operación del regado de tachuelas de esa noche.
Wenceslao Marcial Guillén solo utilizó miembros de Unión de Grupos Revolucionarios Independientes, UGRI, del barrio Pueblo Nuevo para esa acción. Entonces mi pregunta es la siguiente: ¿Cómo puede una persona estar en dos lugares al mismo tiempo?, tirando tachuelas y observando un juego de pelota.
Estos hechos y otros que comentaremos en futuras publicaciones nos confirman que Wenceslao Guillén (Wen) fue desobedecido por miembros del grupo “Los Panfleteros”, al no distribuir los volantes el día pautado para esa misión, cómo nos lo ha confirmado el Dr. Pedro Antonio Fernández Salcedo, testigo de una de esas visitas . Además de ser ratificado en un artículo publicado en La Información y en el “3 Diario de 3.com”, diario digital del periodista José Ernesto Devarés.
En uno de mis artículos comenté que Homero Herrera me había comentado lo enojado que estaba Wenceslao Guillén al día siguiente de la tirada de los volantes cuando supo que uno de los elegidos para la acción había votado los panfletos en un solar.
Otra de las mentiras es sostener que el día de la regada de los volantes en Santiago Wenceslao Guillén convocó a los demás Panfleteros de los barrios de Santiago al fondo del Cementerio Municipal 30 de Marzo para entregarle los volantes, que clandestinamente se distribuirían.
Además de que sería un suicidio para la época juntar a más de 30 jóvenes en el Cementerio 30 de Marzo para que luego salieran a las seis de la tarde, con las debidas instrucciones y las manos llenas de volantes para su distribución.
También es una mentira afirmar haber estado presente en la elaboración del volante en la calle General Valverde No.38.
La madre de Wenceslao Marcial Guill1én Gómez, Doña Thelma le confirmó a la distinguida periodista e investigadora Ángela Peña en presencia nuestra y juntos a sus hijos Nino y Naro Guillén, entre otras cosas que, Wen preparó su “refugio para en unión de Manuel Bueno y Homero Herrera redactar el documento que le costó la vida”. Ver :Wen: El Panfletero: Reportaje de Areíto del sábado 20 de marzo de 2010.
Otros han comentado haber participado en el regado de los volantes pegándolos en postes de luz, cuando la acción era deslizarlo por debajo de las puertas.
Este artículo busca revalidar la gallardía de los verdaderos héroes y a desenmascarar de una vez y para siempre a los pseudos panfleteros investidos sin meritos de mártires.
24 de abril del 2020