Este 27 de febrero, cumpliendo con el rito constitucional, el Presidente Danilo Medina presentó las memorias y en un extenso mensaje destacó la obra de gobierno y las múltiples realizaciones en diferentes áreas que revelan un mandatario responsable de sus promesas y comprometido con la superación de la pobreza e igualdad de oportunidades.
El Presidente comenzó dando una pincelada del comportamiento de la economia en 2013, crecimiento de 4.1%, inflación de 3.88%, reservas del Banco Central a un nivel record a diciembre y ofreció la primicia del deficit fiscal que se situó en 2.77%, ligeramente inferior a la meta de 2.8% del PIB.
La educación es, sin lugar a dudas, una de las joyas de la corona y el Presidente, aparte de enfatizar su compromiso cumplido con el 4% del PIB, destacó la construcción de 10 mil aulas, los 200 mil niños incorporados a la tanda extendida, el programa de alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”, la preparación de los docentes con un plan que erogó más de dos mil millones y el programa “Quisqueya Empieza Contigo”, dirigido a una educación temprana a los niños de escasos recursos que tradicionalmente se incorporaban a la escuela a mayor edad.
La salud representa otro de los afanes gubernamentales y el Presidente anunció la incorporación de 461 mil dominicanos al régimen subsidiado de la seguridad social, la eliminación de la cuota de recuperación en los hospitales, el camino hacia la red única y las inversiones en plantas hospitalarias.
El sector agropecuario, uno de los ejes fundamentales de la presente administración, mereció varios párrafos del discurso, bien justificados, porque las visitas semanales del Presidente y las erogaciones (355 compromisos,RD$8,600 millones y 35 mil empleos), representan un buen punto de partida para estimular un sector tradicionalmente abandonado por todas las administraciones. Una cartera de 14 mil millones del Banco Agrícola mas los recursos liberados del encaje por parte del Banco Central permitieron al agro incrementar su producción en 16.5% y aumentar su participación en el PIB de 5.2% a 8.3%.
El crédito, otro de los ejes fundamentales, no solo ha estado dirigido al sector agropecuario, sino también a los sectores tradionalmente huérfanos del crédito bancario y el Presidente destacó el financiamiento solidario que facilitó RD$3,445 millones, beneficiando a 71,236 emprendedores, especialmente mujeres, de indudable impacto sobre la creación de empleo y la reducción de la pobreza.
El Presidente enumeró un listado de obras, asfaltado, carreteras, viviendas, y el común denominador de ellas es un plan racional de proyectos dirigidos a estimular sectores productivos, como el agro o el turismo, u obras de redención social como Boca de Cachón en Pedernales o la nueva Barquita en Santo Domingo.
La transparencia, en un país caracterizado por la predisposición a ver corrupción en toda actividad pública, mereció un aparte del Presidente y es de justicia reconocer los avances en materia de licitaciones públicas de las obras, la cuenta única de tesorería, los concursos de Promese y la incorporación de miles de micro y pequeñas empresas como proveedores del estado que el pasado año se beneficiaron con 60 mil millones de compras gubernamentales.
La seguridad, uno de los temas que más preocupa al ciudadano común, también tuvieron la atención del mandatario quien destaco la caída de la criminalidad(20 muertes por cada 100,000), las inversiones en vehículos, las cámaras, el sistema 911, pero fue sincero cuando reconoció: “no hay fórmulas mágicas para terminar con este complejo problema de la noche a la mañana”.
Hubo temas de interés que no fueron tratados en el mensaje del Presidente, como el asunto haitiano y las presiones internas y externas al gobierno, el destino del IDSS, la reforma del código de trabajo, la ley de partidos, sin embargo eso no desmerita un discurso, fiel reflejo de una obra fecunda en apenas un año y que ha merecido el 90% de aprobación por parte de la ciudadanía.