El día 8 de octubre de 2015 la Corte Suprema de Colombia emitió una condena civil contra la Iglesia Católica Romana. Estableció que la institución NO puede desligarse de los abusos cometidos por un sacerdote ya que este está sometido a su autoridad (EFE). Esta es la primera vez que un país latinoamericano defiende los derechos de niños, niñas y adolescente abusados sexualmente por sacerdotes católicos romanos, creando un antecedente similar al de los Estados Unidos 14 años antes. En otra columna trataré las causas por las cuales en Republica Dominicana las Altas Cortes han protegido a la Iglesia Católica en vez de proteger a sus infantes y jóvenes.
Veamos primero como sucedió este proceso en los Estados Unidos, por ser el primero, ser el más influyente en una sociedad de 305 millones de habitantes, extenderse a otros países, y estar mejor documentado. La condena a la Iglesia como institución ocurrió por primera vez en la Diócesis de Boston. El escándalo comenzó con el caso del padre John Geoghan. La iglesia siempre había alegado, como lo hace en RD, que los curas pederastas son manzanas podridas, casos aislados; como puede ocurrir en cualquier institución. Les daban de baja cuando el caso se hacía público, y como Pilatos, se levaban las manos sin asumir responsabilidad por las víctimas o por dejar un depredador impune y listo para continuar violando menores. Pero en junio de 2001, la Iglesia Católica Romana no pudo alegar su inocencia ante las cortes de justicia de Boston.
El Cardenal Bernard E. Law, por mucho tiempo arzobispo de Boston, ante las evidencias presentadas admitió en un documento de una corte de justicia que en 1984 empleó en su diócesis al sacerdote John Geoghan, a pesar de haber sido notificado dos meses antes que Geoghan había sido acusado de abusar sexualmente de siete niños. Los investigadores del periódico The Boston Globe reconocieron la importancia de esta confesión. Transformó la historia de un sacerdote acusado de abuso sexual contra menores, a la del obispo que lo protegió.
En enero de 2002, The Boston Globe publicó la historia de cómo la arquidiócesis de Boston “mimó” al sacerdote pedófilo John Geoghan. La denuncia activó el escándalo dentro de la Iglesia Católica. En su libro Betrayal, the Crisis in the Catholic Church, publicado en 2002, los investigadores describen con detalles y documentos las historias ocultas de sacerdotes pederastas y la protección que le extendieron obispos y cardenales.
Cuando los sacerdotes eran acusados, sus obispos o cardenales rápidamente los cambiaban a otras parroquias. Mostraban una “inmensa compasión” por curas que habían violado niños o niñas, mientras trataban a las víctimas con “desprecio” y “fría indiferencia”. Con frecuencia, políticos, policías y procuradores complacían a la Iglesia, permitiendo así abusadores en serie con “refugios” y “escapes” garantizados—la semejanza con los casos de pederastia en la República Dominicana no es coincidencia.
La investigación de los periodistas del The Boston Globe derrumbó los argumentos “de manzana podrida” de la Iglesia. Durante la década anterior la diócesis de Boston pagó secretamente $1,300 millones de dólares para comprar el silencio de las víctimas de por lo menos 70 sacerdotes. El Vaticano se negó a pagar bajo el alegato de que no eran responsables de los curas que funcionaban fuera de su propiedad en el Estado del Vaticano. Desgraciadamente para la Iglesia, los investigadores del The Boston Globe identificaron la intención del Cardenal de “mantener la verdad oculta a decenas de millones de católicos sobre quiénes eran en realidad los hombres detrás del púlpito de sus parroquias”. Los sobornos pagados a las víctimas para ocultar la verdad dejó al descubierto la inmoralidad de una iglesia que se proclama Madre y Maestra de la Moral. En los dos meses siguientes, la arquidiócesis le entregó a los procuradores los nombres de más de 90 sacerdotes acusados de pederastia infantil.
El escándalo de curas pederastas se esparció en todos los Estados de la unión. La foto del Cardenal Law apareció en la portada de Newsweek y la crisis de la iglesia se convirtió en tema rutinario de programas radiales y televisivos, particularmente las noticias de las 11:00 PM. Los acuerdos de confidencialidad “se evaporaron” cuando las víctimas se dieron cuenta que otros niños podían ser violados. Las historias se repetían en “casi todos los estados de la unión. Alcanzando a Irlanda, México, Austria, Francia, Chile, Australia y Polonia”. Con ello se evaporaron también los alegatos del Vaticano de que se trataba solamente de un problema estadounidense.
En abril de 2002 el Cardenal Law estuvo “bajo asedio” y “recluido en su mansión”. Una encuesta del Washington Post, encontró que 7 de cada 10 católicos consideraban la pederastia en la Iglesia “un problema mayor que demanda atención inmediata”. El Analista del Vaticano John Allen, quien reporta para The Boston Globe, resalta el poder del Cardenal en Washington y el Vaticano, afirmando que éste hombre era considerado “el más poderoso cardenal de la Iglesia Católica más poderosa del mundo, la de Estados Unidos, y su caída la más dramática”. Law tuvo que resignar de su cargo de arzobispo de Boston. Pero no quedó desempleado por mucho tiempo.
En mayo de 2004 el Cardenal Bernard E. Law llegó al Vaticano, protegido por amigos y aliados donde “logró más influencia que la que tuvo en Boston”. El Papa San Juan Pablo II lo nombró arcipreste de una de las cuatro basílicas pontificias de Roma y la más “magnifica”, la de Santa María Maggiore, la primera dedicada a María. La Iglesia le permitió continuar en el Colegio de Cardenales, lo que implica participar en ocho comisiones diferentes, incluyendo la más importante, la Congregación de Obispos. Ray Flynn, un ex -embajador de Estados Unidos en el Vaticano, afirma que Law se convirtió en el “creador de obispos americanos”, entre ellos, cinco o seis de su antiguo personal en Boston.
El reportaje del The Boston Globe ganó un Premio Pulitzer de investigación y ha sido llevado a la pantalla grande con el nombre de “Spotlight.”Este mes se presenta en el Festival de Venecia, y en noviembre será exhibida en los teatros del mundo. Los avances pueden ser vistos en YouTube: https://youtu.be/Zg5zSVxx9JM,
En los Estados Unidos las cortes de justicia responsabilizaron a la Jerarquía por los crímenes de los hombres que estaban bajo su autoridad. Estos procesos fueron documentados por Timothy D. Litton, en su libro Holdings Bishops Accountable, How Lawsuits Helped the Catholic Church Confront Clergy Sexual Abuse (2008). El libro describe como el sistema de demandas privadas ante los tribunales de justicia estadounidenses constituyó “el aguijón” que dio a conocer el crimen institucionalizado de la Iglesia Católica y movió a la acción a la Jerarquía y a los funcionarios públicos estadounidenses.
Fruto de la exposición pública la Iglesia Católica en los Estados Unidos está obligada a cumplir la Ley. Al igual que cualquier otra institución debe de dar a conocer a las autoridades correspondientes cualquier alegato de comportamiento criminal de uno de sus religiosos/as o sacerdotes. De no hacerlo, los responsables de ocultar crímenes y obstruir la justicia son sometidos a la Justicia.
Por esta razón, el 24 de julio de 2012 Monseñor J. Lynn fue condenado a un máximo de seis años de prisión en Filadelfia. Monseñor Lynn personalmente no abusó sexualmente de nadie. Durante 11 semanas el jurado repasó 2,000 documentos de archivos secretos de la iglesia; estos mostraban como los sacerdotes acusados de violación eran trasladados de una a otra parroquia. Escucharon 60 testigos y cerca de dos docenas de alegadas víctimas, antes de declararlo culpable de exponer al peligro de depredadores sexuales a niñas y niños durante los 12 años (1992-2004) que fungió como consejero del Cardenal Anthony J. Bevilacqua en asuntos de abusos sexuales de sacerdotes. Este último murió en enero 2012, motivo por el cual no fue sentenciado.
La pederastia en la Iglesia Católica no es nueva. En su libro Sex, Priests and the Secret Codes, The Catholic Churchs’s 2000-Year Paper Trail of Sexual Abuse (2006) el sacerdote dominico Thomas P. Doyle y dos ex-sacerdotes benedictinos, presentan las evidencias necesarias para concluir que el único aspecto nuevo de las acusaciones de abusos sexuales de sacerdotes católicos es su exposición por la prensa. Y además demuestran que las evidencias más importantes, en el presente como en el pasado, son los mismos registros de la Iglesia Católica Romana.
Aquí nos preguntamos, ¿ha introducido el papa Francisco la tolerancia cero para curas pederastas como lo ha hecho el sistema de justicia estadounidense y colombiano?. En Republica Dominicana conocemos la respuesta. De todos los alegatos de abusos sexuales de sacerdotes contra menores que hemos tenido en la historia de la Iglesia Católica en la República Dominicana, solamente el padre conocido en Juncalito como Alberto Gil fue condenado, pero por la justicia polaca. La justicia dominicana en sus Altas Cortes está amaestrada en reverenciar túnicas romanas. Y aún así, en Juncalito, no se ha hecho justicia con la mayoría de los niños abusados y la política de la Iglesia local de silenciarlos.
El 25 de marzo de 2015, la fiscal interina de Santiago, Aura Luz García, luego de conocerse la sentencia de la justicia polaca contra el ex -sacerdote polaco Wojciech Gil, condenado a siete años de prisión, convocó a los progenitores de las víctimas. Estos manifestaron su inconformidad por considerar la sentencia benigna por los crímenes cometidos.
Es bueno recordar que en mayo de 2014, el Comité de la Organización de las Naciones Unidas contra la Tortura, convocó a los oficiales del papa Francisco a Ginebra, por encontrar que la extendida violencia sexual de la Iglesia Católica constituía una tortura, y un cruel, inhumano y denigrante tratamiento. Por esto, demandaban conocer las razones por las cuales el Papa creía que su responsabilidad de proteger a niños y niñas de las torturas ejercidas por su Iglesia, solamente se limitaba a los confines de su propiedad del Vaticano. De esa fecha para acá, Francisco ha sido aplaudido por besar miles de bebés, mientras se ignora que continúa los pasos de Pilatos.
Los progenitores de los menores violados por Wojciech Gil, algunos en orgias organizadas en la propiedad vacacional de la diplomacia Vaticana en Republica Dominicana, expresaron “que esperaban una condena mayor, alegando la gravedad de los abusos cometidos por el padre contra sus hijos. Ramón Peralta, padre de uno de los menores abusados, declaró a medios locales que aunque esperaba una condena más alta en contra del cura católico, al fin los parientes de las víctimas ven que se ha comenzado a hacer justicia. No obstante, la madre de otro de los menores abusados y que prefirió mantener su nombre en el anonimato, reveló que los daños sufridos por su hijo no lo repara todo el dinero del mundo y mucho menos una condena de 7 años. Subrayó que su hijo ha tenido que abandonar su lugar de origen, la comunidad de Juncalito, donde el ex sacerdote cometió los abusos cuando fue párroco de allí, y desplazarse a la ciudad de Santiago y que desde que sufrió los abusos de Gil come y habla poco, no rinde en la escuela y que está muy pensativo.[…] Otros explicaron que sus hijos desde que fueron abusados están en manos de psicólogos, por lo que plantearon que las autoridades dominicanas gestionen con sus pares polacas la extradición al país del sacerdote una vez cumpla los siete años de prisión en Polonia para que aquí se le abra otro proceso”. La condena a Gil establece también una indemnización cercana a los $40.000 euros y la prohibición de acercarse a las víctimas y trabajar con jóvenes por un período de 15 años. Noticia de la EFE reportada por 7Dias.com.do (http://www.7dias.com.do/portada/2015/03/25/i185127_padres-inconformes-por-condena-sacerdote-polaco-pederasta.html#.VhkqTflVhBc)
Relacionados:
https://www.wbur.org/2015/09/22/cardinal-bernard-law
http://artery.wbur.org/2015/09/04/spotlight-movie-boston-globe-catholic-church
http://argeliatejada.blogspot.com/2013/09/el-verdadero-escandalo.html
http://argeliatejada.blogspot.com/2013/09/sobre-obispos-curas-clericalismo-y-bonao.html
http://acento.com.do/2014/opinion/8143490-moral-vaticana-expuesta/