Pertenezco a la generación que leyó en libros de texto que “República Dominicana es un país eminentemente agrícola” y que “su principal exportación es la caña de azúcar”.  Los tiempos han cambiado. Hoy somos una economía de servicios; de Azúcar Crudo y Derivados el país exportó US$147 millones en el 2018, año en que el Banco Central reporta el total de Exportaciones Nacionales y de Zonas Francas en US$4,018.2 millones y US$5,262 millones, respectivamente.  Con los datos de la Dirección General de Aduanas, en el Capítulo 17 Azúcar y artículos de confitería se observa que el país tiene un saldo favorable en el comercio con el resto del mundo. En el 2018 se importaron US$54.5 millones en ese capítulo arancelario, pero el 86% corresponde a artículos de confitería que se traen pagando un arancel de 20%. Sin embargo en las exportaciones que reporta la DGA, por US$130 millones, casi la totalidad corresponde al otrora glorioso rubro de exportación que generaba empleos y divisas; era foco de inmigración haitiana; cuna de recuperadores de rentabilidad y patrimonio de empresas públicas; y promotor de la cultura de que la luz no se paga al dar energía gratis a cada casa que estaba cerca de los ingenios (por lo que infiero de los datos del Censo de 1970). Fuente: Elaborado con datos Banco Central, Dirección General de Aduanas y portal estadístico del autor www.josealfredoguerrerob.com