El pasado viernes apareció una breve noticia en el periódico Hoy en la que el embajador español, el señor Alejandro Abellán García de Diego, pedía explicaciones a República Dominicana porque un grupo de diputados nacionales se reunieron en una amigable cena con representantes de la directiva del Centre Catalá, domiciliado en la capital, organización sin fines de lucro que trabaja para reforzar los lazos culturales, sociales y comerciales entre Catalunya y República Dominicana.
En la misma, se habló de manera general sobre temas de Catalunya, y en los que se abordaron aspectos importantes de su historia, economía, idioma, y sobre todo la situación y el ambiente político que se vive en la actualidad, especialmente desde el pasado mes de octubre, fecha que se celebró un referéndum sobre el futuro de Catalunya, solicitado durante años por el 80% de su población, y que fue duramente reprimido por millares de agentes de la policía española, causando un millar de heridos y la posterior persecución y represión por parte del gobierno español de los principales líderes catalanes de la Generalitat, a quienes se les encarceló, multó, persiguió y acusó de los delitos de rebelión y sedición, proscritos desde hace años en la legislación vigente de la Unión Europea, y otros como su presidente Puigdemont, debieron refugiarse en Bélgica, Alemania, Suiza y Escocia.
En esa cena, entre las normales declaraciones de amistad, abrazos fraternales, e intercambios de tarjetas, correos electrónicos y números telefónicos, se apuntó también la posibilidad de que los Diputados dominicanos que lo consideraran conveniente, visitaran a los presos políticos catalanes, hombres y mujeres, y que asimismo abogarían por su liberación, al considerar su detención y encarcelamiento por sus ideas políticas como injustas.
De inmediato, en menos de lo que se dice berenjena, España, a través de su embajador, le pide explicaciones a República Dominicana con la visita al presidente de la Cámara de Diputados alegando que el país no puede inmiscuirse en asuntos internos de España, que es una injerencia y otros argumentos por el estilo que se alegan en ese tipo de protestas. El señor Alejandro Abellán García de Diego parece muy susceptible sobre el tema catalán y es que tiene ordenes de la Moncloa, expresas y muy claras al respecto, inclusive impresas en un manual de lo que se tiene que hacer, que se les ha distribuido a todos los representantes diplomáticos españoles, para tratar de evitar o sabotear cualquier actuación de los catalanes independentistas en el exterior.
Creemos que, en primer lugar, los Diputados dominicanos tienen derecho, e inclusive la obligación por sus cargos y las responsabilidades de sus decisiones, de estar amplia y verídicamente informados sobre cualquier tema de su interés, y nadie puede interferir o evitar que oigan otros relatos sobre Catalunya, y no solo de los difundidos a manera de monopolios de la información, por los medios y representantes oficiales españoles, porque España, como ha quedado demostrado una y otra vez, miente descaradamente en los escenarios internacionales, ocultando, distorsionando o criminalizando, la pacífica y democrática realidad realidad catalana.
Así lo han demostrado su anteriores ministros de relaciones exteriores, García Margallo, quien declaró públicamente y sin el menor rubor, que España había pagado en dinero o favores a personalidades para que hablaran en contra Catalunya. O Alfonso Dastis, quien quedó en el ridículo más espantoso al afirmar en una entrevista con la mundialmente reconocida emisora BBC inglesa, que las imágenes televisivas de la represión catalana eran ¨fake news¨ manipuladas por los independentistas, a lo que le respondieron los entrevistadores, que la mayoría de dichas escenas las habían tomado los mismos reporteros de la BBC , y así siguió con su mendaz gira por otros países europeos.
En segundo lugar, a los Diputados dominicanos que así lo deseen, nada ni nadie les puede impedir la visita, la solidaridad y apoyo con los dirigentes políticos catalanes presos o perseguidos, es un derecho inalienable y universal ante la injusticia y falta de democracia. Pues es injusto y antidemocrático que España sea el único País de la Unión Europea que mantenga presos políticos por llevar a cabo los mandatos de sus ciudadanos. Ningún político independentista escocés o canadiense, ha sido apresado o perseguido nunca por celebrar referendos de autodeterminación en sus países, pero España sigue manteniendo en este aspecto, como en muchos otros, su antiguo eslogan ¨Spain is different¨, donde se condena a tres años y medio a un rapero por las letras de sus canciones que, según las acusaciones ¨ofenden a la monarquía¨ e ¨ incitan al terrorismo¨. En cualquier otro país europeo, por este mismo hecho, estaría paseándose por las calles tan campante, y en España ha tenido que acogerse a la vía extrema del asilo para evitar una injusticia hecha a la libertad de expresión.
Otros muchos políticos europeos, han manifestado públicamente su apoyo a los presos políticos catalanes, como lo ha manifestado un grupo de Diputados franceses hace apenas unos cuantos días, o de las manifestaciones de respaldo de los políticos sardos, y también los hay ex presidentes, ministros, diplomáticos, intelectuales, artistas… y otras muchas personalidades influyentes.
¿Quién se cree ser Abellán García de Diego? ¿ Aquel tristemente famoso cónsul español, Antonio María Segovia, que hacía y deshacía a su antojo en la política de este país? ¿Acaso cree que puede coartar a los legisladores por la marcada influencia de España posee en el país por sus inversiones comerciales, colaboraciones o ayudas? Recuerde señor Abellán García de Diego que la República Dominicana, aunque lamentablemente a veces no lo parezca, es libre y soberana, y que hace mucho tiempo que dejó de ser colonia española. ¡Qué no se le olvide!