Hace unos meses, el gobierno dominicano negociaba con el Fondo Monetario Internacional (FMI) las condiciones para el desembolso de parte de unos 1,450 US$ millones que el organismo crediticio había aprobado para el país según el acuerdo Stand By firmado en el año 2009. El gobierno necesitaba esos recursos para llenar el déficit fiscal de este año, el cual, recientemente fue estimado en 35 mil millones de pesos. Se recibirían esos fondos a través del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del FMI, sin embargo, para erogar ese dinero, era necesario que el gobierno garantizara a la entidad crediticia de dónde sacaría los recursos para cumplir con el compromiso.
El Fondo Monetario no le impuso al gobierno las fuentes de dónde sacaría los recursos para honrar el desembolso, pero el gobierno se comprometió a obtenerlos a través de un aumento del 18% a la tarifa eléctrica y quedó constancia de esto en la Carta de Intención que se le hizo llegar al FMI. Con ese compromiso, reafirmaban su crueldad ante la precaria situación del pueblo dominicano ya que en el último año ya esa tarifa había sido incrementada en un 20%.
Los medios de comunicación dieron a conocer la información de esta propuesta y la protesta general no se hizo esperar de la población, que como siempre, quedaba impotente ante la arremetida de una nueva carga que reducía la maltrecha economía familiar.
El FMI aceptó la promesa y desembolsó una parte del dinero requerido. Hasta el mes de julio, el país había recibido 848 millones de dólares de lo aprobado para este año según el acuerdo firmado en el 2009. Pero restan poco más de US$600 millones por desembolsar y entrega está sujeta al cumplimiento por el Estado dominicano de las medidas acordadas en un principio.
El gobierno no ha cumplido con el compromiso que hizo sobre la tarifa eléctrica, por tanto, los del FMI están guapitos y han suspendido los desembolsos pendientes dejando al país en un gran aprieto.
El gobierno peledeísta no se refiere al compromiso asumido y mucho menos a esa carta del Presidente de la República. Por el contrario, ahora nuestros gobernantes se presentan como los patriotas, "condolidos" de la población que "se niegan" a someterla a esta nueva carga para sus bolsillos. El gobierno busca a quién "echarle el muerto" de la facturación eléctrica que propuso aumentar, incluso, se está acusando a Hipólito Mejía de pedir al gobierno que aplique esa desagradable medida, cuando lo que ha hecho es descubrir la trama que tienen contra la población y además, el candidato del PRD dijo que tiene copia de una carta que el Presidente de la República dirigió al FMI, solicitando postergar el aumento en cuestión para julio del 2012. ¡Obvio, después de las elecciones!
Los actuales gobernantes, expertos manipuladores, están pregonando por todos los medios que el FMI le está imponiendo al país subir la tarifa eléctrica y ellos (los del gobierno) se resisten. Lo cierto es que al gobierno le importa un comino subir una tarifa, hacer reformas tributarias o adoptar cualquier medida impositiva que haga más crítica la situación de la gente. Lo único que preocupa es que estamos en un periodo electoral y no quieren adoptar ninguna medida que implique un alto costo político, por el contrario, quieren desviar al candidato opositor el lastre de la aplicación de cualquier medida sensitiva.
Otras de las "grandes hazañas" que ha logrado la propaganda peledeísta es haber gastado más de 40 mil millones de pesos en un Metro cuya principal fuente de recursos fue el endeudamiento externo, no resuelve el 5% del problema de transporte en Santo Domingo, se estima que un 50% de lo invertido lo absorbió la corrupción y debe ser subsidiado por el Estado. A pesar de todo esto, fue presentado como una muestra de progreso y utilizado exitosamente como argumento de campaña para las elecciones del 2008. Lo mismo se busca con una segunda etapa que ahora se construye.
El Máster en manipulación lo había hecho el PLD en la campaña del 2004. Desplazaron del gobierno a Hipólito Mejía después de hacer creer al pueblo una sarta de mentiras en torno a la crisis que afectó al país a partir del 2003. Manipularon el efecto que dejó en el país y en la economía mundial los incidentes del 9-11 y también la quiebra de tres importantes bancos comerciales a causa del frade cometido por sus propietarios. Saturando a la gente con una costosa propaganda a través de medios y comunicadores pagados, hicieron creer que los problemas financieros que enfrentaba Hipólito Mejía, se debían a su incapacidad para gobernar. Con mentiras, Indujeron la voluntad del voto de la población para favorecer al PLD y así ganaron esas elecciones.
En esa ocasión, la aviesa propaganda logró desacreditar al PRD como gobierno y a Hipólito Mejía como político, pero afortunadamente, la justicia dominicana y el manejo similar dado por otros gobiernos a crisis de la misma naturaleza, le dieron oportunamente la razón al hoy candidato presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano y la recuperación de su credibilidad política ante la población.
Ahora, ante otra campaña electoral por la presidencia de la República, el peledeísmo retoma la arremetida de manipulaciones y distorsiones de hechos y circunstancias. Congresistas y funcionarios del gobierno, declaran permanentemente el apoyo al Presidente de la República por "oponerse" a esta supuesta exigencia del FMI. También la red mediática que sirve a los intereses gubernamentales, hace lo mismo por distintos medios de comunicación. Casi con el mismo discurso, aducen que es una imposición del FMI y hasta afirman que Hipólito Mejía está de acuerdo en que suban el 18% a la tarifa eléctrica. Es una burda táctica mediática para confundir al pueblo y evadir responsabilidad.
El intento de manipular la conciencia ciudadana y la indolencia del gobierno para aplicar impuestos no se detiene. Temístocles Montás, el Ministro de Economía, no tuvo reparos en decir que era necesario hacer otra reforma tributaria para ejecutar la "Estrategia Nacional de Desarrollo" y "para mantener la estabilidad de la economía". De esta manera se prepara la conciencia de la gente para que acate nuevas cargas tributarias que se avecinan. La indolencia es extrema. No bastan 6 reformas fiscales que se han hecho en los últimos 8 años. Cuando el gobierno tiene problemas financieros no piensa en otra cosa que en aumentar las recaudaciones, sea a través de las tarifas a los servicios básicos, impuestos o acudir al endeudamiento externo. Nunca reducen sus gastos superfluos, nómina exagerada, corrupción o despilfarro en cualquier forma. Estos gastos no se suprimen porque garantizan la acumulación de riqueza y la buena vida de los funcionarios, mientras se busca confundir al pueblo con un supuesto progreso detrás de cada medida o se culpa a otros de la parte negativa.
Tener un déficit tan alto en la balanza de pagos, es un grave problema nacional. El gobierno tiene que buscar recursos para cumplir con sus compromisos de Estado. Es una situación que afecta a todos y nadie debe tener la mezquindad de alegrarse o pretender sacar capital político. Sin embargo, merece el mismo rechazo que el gobierno pretenda culpar al FMI, a la oposición y a todo quien ponga al descubierto sus manipulaciones para evadir responsabilidad y disfrazar su indolencia e incapacidad para gobernar con eficiencia.