La semana pasada, en nuestro artículo anterior, dejamos las maletas preparadas, y nos pusimos listos para emprender un viaje hacia una tierra de esperanza, o lo que sería lo mismo hacia un estadio del ejercicio de la arquitectura con mejores condiciones que las que se plantean en el escenario actual.
Poco a poco y como resultado de la crisis (resultado este un tanto dirigido),se ha ido trazando un nuevo quehacer profesional asociado a la eficiencia energética y esta a su vez asociada a la arquitectura y todo lo que ella en su amplio sentido puede significar, desde el diseño espacial hasta la proyección de las instalaciones, pasando por la selección de los materiales.
Cuando hemos hecho un símil (o por lo menos lo hemos intentado para que el lector haga su propio ejercicio de asociación), entre los países del sur de Europa (su crisis aplicada alos arquitectos) y lo que ha sucedido siempre (con crisis o no) en los países en vías de desarrollo; lo hemos hecho porque entendemos que las expectativas de un arquitecto, entiendo estas como una esperanza de mejoría, pueden ser comunes tanto para uno que desarrolla su actividad en Lisboa como otro que la realiza en Tegucigalpa, en Madrid o en Sto. Domingo.
¿Hacia dónde avanzar?
Muchos expertos, teóricos del acontecer cotidiano de la economía globalizada que nos ha tocado vivir (gracias a Dios), plantean algunas direcciones hacia dónde dirigirnos si queremos avanzar en nuestro proyecto profesional, entendiendo la arquitectura como un vehículo de servicio a la colectividad. En todos, o casi todos, el concepto mágico (si mágico, como su sola presencia en la conversación, exposición, o documento fuera el remedio a todos los males), es el de la eficiencia energética o incluso, más amplio aún, el de la sostenibilidad.
El sarcasmo que le asígnanos, en este artículo, a la palabra mágico, lo hacemos porque de este concepto de referencia hablan muchos, por no decir casi todos los actores de la escena, sobre todo los actores políticos que en la mayoría de los casos lo utilizan como concepto muletilla. Pero lo cierto es que, con sarcasmo incluido o sin él, el autor de este artículo cree en ello, estando convencido de que ya sea por A o por B, estamos abocados como gremio, a abrazar el concepto y hacerlo nuestro si queremos evolucionar.
Luego, la respuesta a la pregunta anterior es: Avanzar hacia la eficiencia energética.
Pero el concepto seguiría siendo algo poco más que poético si nos quedamos anclados en el modelo anterior, un modelo que ha dejado de producir edificios nuevos como máquina de churros, y ha quedado en estado comatoso después del pinchazo (la crisis iniciada entre el 2006 y el 2008).
Es por eso que en términos prácticos se habla (y se repite como un mantra), sobre la rehabilitación energética del parque edificatorio existente, planteando este nuevo “modelo” como un arca de salvación para este diluvio.
Se estima que del número total de viviendas en España, el 70 % amerita alguna medida de rehabilitación energética. A partir de este dato se cree (porque es sólo una creencia), que este “nuevo” campo de acción le daría a los arquitectos de este país su tan deseado espacio laboral.
En lugares como la Rep. Dominica este modelo de la rehabilitación energética se puede combinar perfectamente con los edificios de nueva planta que son necesarios para un amplio segmento de la población.
Seguiremos en la próxima….
Fe de erratas
En el artículo anterior, al siguiente párrafo, y luego de una coma, le faltaría la siguiente frase: se plantea como un desafío interesante, debiendo leerse como sigue:
Pero lo cierto es que no todos los arquitectos tendremos, en nuestras vidas, la posibilidad de realizar grandes proyectos de edificios y en muchos otros casos, otros tantos no tendrán la posibilidad de desarrollar ni siquiera modestos proyectos. Sin embargo, y aunque esta crisis mundial, que ha afectado a la arquitectura, pero que vive al sur de Europa y pasa gran parte de su tiempo en muchos países en vías de desarrollo, ha pegado con fuerza a toda una generación (entre la generación X e Y), se plantea como una desafío interesante.