Es sumamente alto el nivel de expectativa que fija la población en general sobre la recién iniciada gestión del licenciado Danilo Medina.
Esto así, a pesar de ser el Presidente escogido dentro del mismo partido que ha estado al frente de la cosa pública en estos últimos años.
Se trata de un fenómeno positivo porque es la indicación de que los ciudadanos no sienten a un Partido de la Liberación Dominicana-PLD- agotado y acabado ya en el ejercicio del poder.
Indiscutiblemente que en esto el doctor Leonel Fernández tiene una enorme cuota positiva de responsabilidad.
Con el nuevo mandatario se renuevan en esta etapa unos aires fuertes de esperanza.
Es que aparte de la transferencia positiva que le ha hecho Fernández con sus logros, al señor Medina se le percibe como un hombre capaz, bien intencionado y, sobre todo, de mucha sanidad.
Hay deseo de verlo poniendo en acción dentro del Estado todas estas valiosas y necesarias cualidades.
El país necesita que algunas cosas se enderecen y que se tomen decisiones contundentes.
El país percibe a su nuevo Presidente como un hombre responsable.
Y eso si que de verdad es necesario en una sociedad como la nuestra, en la que muchos valores se han relajado y donde ya como que nada es nada.
En esta nación, la mejor combinación anhelada en un Presidente es el carácter y la capacidad.
Las razones es que esto permitirá que se puedan profundizar acciones contra el maldito flagelo de la corrupción, la francachela estatal, el abuso indiscriminado de poder, la ineficiencia en los servicios y la forma caprichosa con que se manejan muchas cosas dentro del Estado.
Esperamos que esta percepción guarde relación con la realidad y que en nada se diluya en el ejercicio mismo del poder.