Muchos son los estudiosos, analistas, activistas sociales y personalidades  que propugnan por el cuidado y fortalecimiento del movimiento verde, lo hacen en función de que el mismo pueda madurar y profundizar en sus propuestas, mantener la articulación intersectorial y consolidar su nuevo modelo de organización.

Propicio es el momento para la evaluación y sin que esto signifique pérdida de tiempo, esta se hace necesaria para mantener el alto grado de participación de la ciudadanía y su capacidad de incidencia y presión por la solución de los males que se enfrentan.

Así parece entenderlo el equipo de coordinación de Santo Domingo que se ha propuesto la celebración de una asamblea ciudadana a celebrarse el domingo dos de abril con la participación de delegaciones de diferentes partes del país.

Se espera que de este encuentro surja, además, un plan de trabajo para el cuatrimestre que recién inicia (abril-junio) y que incluye en su último mes la publicación de las investigaciones brasileñas donde se supone que aparecerán declaraciones y pruebas que podrían involucrar a funcionarios, políticos y empresarios dominicanos como responsables de los actos de sobornos y corrupción de Odebrecht en el país.

La celebración de esta asamblea ciudadana parece una decisión democrática y amparada en criterios de participación pero el hecho de llamarse asamblea popular, nacional etc. no necesariamente garantiza su éxito, como tampoco se llegaría muy lejos si ponen los bueyes detrás de la carreta es decir hacer un plan de trabajo primero y después la evaluación o lo que sería peor pretender avanzar sin considerar las practicas recién pasadas.

Hacerlo de esta manera conduciría a la posible repetición de errores y la perdida de nuevas oportunidades.

Entre los  elementos a considerar en la evaluación que se propone, figuran temas como, las características del nuevo movimiento, su composición social, el nuevo modelo de su estructura organizativa y los aspectos jurídicos del proceso, entre otros.

Características del nuevo movimiento.

Este se caracteriza por ser un movimiento en pleno ejercicio de ciudadanía que asume su rol basado en la democracia para demandar de quienes les representan el cumplimiento de las responsabilidades que les asignara el soberano que les hizo entrega del poder mediante elecciones por un período determinado.

En tal sentido las acciones de este movimiento se amparan en la Constitución y las leyes, así como en las manifestaciones de demandas y protestas que permite la democracia.

Es un movimiento pacífico que rechaza la violencia en cualquiera de sus dimensiones. Es incluyente e involucra diversos sectores de la sociedad en sus actividades y no tiende a la centralización de la toma de decisiones.

La marcha verde no obedece a líneas particulares de partidos políticos aunque reconoce que sus acciones tocan el aspecto político e incide sobre las pretensiones de los gobernantes y sus partidos.

La marcha Verde ha tomado las calles  como escenario de manifestación pacífica y organizada dando demostración de la valides de la movilización masiva de la  ciudadanía.

  • La composición social del movimiento.

El éxito y la riqueza de la  Marcha Verde se debe a la ciudadanía mediante la cual se integran diversos grupos sociales donde destaca la clase media dominicana. El involucramiento de jóvenes, mujeres, campesinos, profesionales, empresarios, religiosos, educadores y comunitarios le da características de movimiento multisectorial lo cual indica su bondad y complejidad al mismo tiempo. Cada uno de estos sectores ha jugado un papel protagónico en las movilizaciones realizadas hasta el momento.

  • La estructura organizativa.

Uno de los aspectos que demanda mayor atención es el de su estructura organizativa, la misma surgió casi de manera espontánea, la voluntad de poner fin a la corrupción y a la impunidad llevó a que los dominicanos(as) se organizaran de acuerdo a sus posibilidades, la marcha verde tiene representación en el país y el extranjero pero esta no necesariamente tiene canales de articulación o dependencia con algún centro de coordinación y liderazgo único. Hasta el momento los integrantes de los comités creados, unos más que otros, se orientan por los medios de comunicación que trabajan en favor de la causa. La participación es más abierta y cada grupo trabaja con su propio liderazgo.

  • El aspecto jurídico.

Todo este proceso apunta hacia una contienda jurídica, porque ese es el escenario donde irán a parar los posibles  casos de corrupción que puedan presentarse. Dada la importancia de este aspecto es recomendable contar con un cuerpo de abogados(as) que facilite la comprensión de este ámbito, el  conocimiento de los procesos y la posibilidad de opinar e intervenir. Las estrategias jurídicas a seguir por el movimiento para impedir la impunidad en la justicia no están claramente definidas.

  • Las relaciones internacionales.

Las relaciones internacionales de la Marcha Verde con otros movimientos de países que enfrentan la misma situación nuestra deben intensificarse de cara compartir informaciones, métodos de luchas y solidaridad.

Estos y otros elementos propios del  movimiento verde deben discutirse en algún espacio y  darles respuestas en beneficio de la Marcha Verde y el fin de la corrupción. Es recomendable que  la próxima asamblea entienda que para la toma de decisiones es necesario entender las características, representación y configuración del movimiento, reconocer el liderazgo de los nuevos sectores participantes aquí y en el extranjero, pero sobre todo que nadie busque desviar sus propias  características.