Huntington al hablar de “civilizaciones” se refiere a la civilización occidental y las civilizaciones no occidentales, donde el occidente con pretensiones universalistas se enfrenta a las demás como la civilización musulmana que se opone a través del relativismo cultural.
Esta tesis de Huntington la expone en su libro llamado El choque de las civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial (HUNTINGTON, 2001) donde expone que; “la dimensión fundamental y más peligrosa de la política global que está surgiendo sería el conflicto entre grupos de civilizaciones diferentes” (HUNTINGTON, 2001, p. 10).
Ante lo anterior nos veríamos influenciados a pensar que el debate en la ONU respecto a los derechos humanos de las personas LGBTI es producto de una confrontación de civilizaciones islámicas y otras versus la civilización cristiana-secular-liberal-occidental. Sin embargo este planteamiento es cuestionable, ya que como veremos a continuación, países con mayoría de la población de fe musulmana, cristiana y otras se oponen o apoyan el reconocimiento de las personas LGBTI, y aunque la mayoría de gobiernos musulmanes se opongan en la ONU, no necesariamente como veremos también su población apoye mayoritariamente esa política exterior. Por lo que la polarización actual sobre el tema LGBTI no se reduce a una confrontación de civilizaciones, ya que tanto países del sur, como del norte, como del occidente y del oriente mantienen políticas exteriores distintas sobre la cuestión.
Una crítica importante al argumento de Huntingtong se puede encontrar en Amartya Sen, el cual indica;
Si un comportamiento de la población mundial según su sociedad o religión produce un abordaje “individualista” de la identidad humana, que ve a los seres humanos como miembros de un grupo determinado… la imposición de una identidad supuestamente única y, múltiple a la vez, un componente crucial de ese “arte de la guerra” que ha fomentado las confrontaciones sectarias… la esperanza de harmonía en el mundo contemporáneo reside, en gran parte, en un entendimiento más claro de la pluralidad de las identidades humanas y el reconocimiento de que estas se interrelacionan (SEN, 2015, p. 10-11).
El reduccionismo hecho por Huntington de las identidades al clasificarlas solo por una característica e ignorando las demás es una teoría que motiva a la violencia. Si aplicáramos el hecho de que la civilización musulmana se enfrenta a la occidental por los derechos humanos de las personas LGBTI, podríamos incluir dentro de esta afirmación intencionalmente países musulmanes o con poblaciones importantes de musulmanes que mantienen una postura a favor de los derechos humanos de las personas LGBTI, como es el caso de Albania.
Albania es un país miembro de la Organización para la Cooperación Islámica (OIC), sin embargo en los posicionamientos de la OIC respecto a los derechos humanos de las personas LGBTI, Albania ha mantenido una postura que difiere del bloque, aun teniendo dentro de su población 2,522,000 de personas musulmanas, lo que es un 79.9% del total de sus habitantes (PEW RESEARCH CENTER, 2009).
Albania fue uno de los países que firmo la primera declaración dada en 2006 por Noruega ante el Consejo de Derechos Humanos, así como la declaración de 2008 ante la Asamblea General y la declaración de 2011 en el Consejo de Derechos Humanos en contra de la discriminación y violencia por orientación sexual e identidad de género. Recientemente en 2016 durante el debate en el Consejo para la aprobación de la resolución que creo al Experto en Violencia y Discriminación basada en OSIG, Albania voto a favor en contradicción con el bloque de la OIC. El representante ante el Consejo de Derechos Humanos de Albania dijo:
Albania recorda el compromiso que los Estados han hecho de proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales en Viena, y expresa su preocupación sobre la persistente discriminación en el campo de la orientación sexual y la igualdad de género, y las represalias y persecución a periodistas y la sociedad civil. Albania reitera el valor universal de los derechos humanos y de sus principios de igualdad, y puntualiza que el Consejo prometió ser libre para perseguir la protección de los derechos humanos de todos (ARC-INTERNATIONAL, 2016).
Por lo que se puede apreciar que Albania es un ejemplo de un país con mayoría musulmana que apoya los derechos humanos de las personas LGBTI en el escenario internacional. Junto Albania existen otros países con una gran mayoría de la población musulmana y que han firmado declaraciones a favor de las personas LGBTI, como es el caso de Bosnia-Herzegovina con un 40% de su población musulmana, Macedonia con un 33% y Montenegro con un 17% (PEW RESEARCH CENTER, 2009).