Najib Razak, Primer Ministro de Malasia desde  2009 hasta  2018 fue condenado la semana pasada a 12 años de prisión por abuso de poder. Además, fue declarado culpable de otros 6 cargos: 3 de lavado de dinero y 3 de abuso de confianza. Por cada uno de ellos fue sentenciado a 10 años de prisión. También tendrá que pagar una multa de 50 millones de dólares.  Todas las penas las cumplirá simultáneamente y la condena que cumplirá, por ahora, es de 12 años, sujeta a la apelación. La Fiscal General de Estados Unidos indicó que se trata de “el mayor caso de cleptocracia” pues se  hurtaron  unos 4,500 millones de dólares del “Fondo de Desarrollo Soberano de Malasia” 1MDB.

En abril del pasado año nuestros escritos: “El continuismo fue derrotado en Malasia” y “Mahathir retornó como independiente y derrotó el continuismo” reseñaron que la corrupción de Najib creó las condiciones para que la “Organización Nacional de los Malayos Unidos” (UMNO) perdiera el poder después de gobernar Malasia durante 61 años continuos, desde su independencia. Najib pertenece a la élite política y económica de la nación. Su padre Abdul Razak Hussein gobernó Malasia,  siendo el segundo Primer Ministro de la nación. Najib fue Ministro de Educación y de Defensa, y también Vice Primer Ministro en el 2004. Apadrinado por el patriarca Mahathir, fue electo Primer Ministro en el 2009, y ejerció hasta  2018 cuando una coalición encabezada por el propio Mahathir derrotó al UMNO, luego de haber abandonado el que fue su partido y en nombre del cual gobernó 22 años. El triunfo de la coalición opositora se logró porque Mahathir se reconcilió con Anwar Ibrahim, su archienemigo, a quien  había  encarcelado por sodomía, pecado mortal en un país musulmán. Mahathir le prometió a Anwar que le entregaría el poder después del segundo año de gobierno. No cumplió su palabra y se rompió la coalición. Un tránsfuga, Muhyiddin Yassin abandonó a Mahathir y, con artimañas,  formó una coalición para ser electo Primer Ministro y     propició que el UMNO volviera al poder como minoritario, sin votación popular, usando procedimientos de la monarquía parlamentaria.

La acusación de corrupción contra Najib la incoó Mahathir tan pronto derrotó al UMNO. Al caer Mahathir surgieron dudas acerca de si Najib podría ser condenado siendo su propio partido  parte de la coalición gobernante. La división de poderes se impuso cuando el Fiscal  insistió en hacer justicia y dijo: “Nadie puede estar por encima de la ley”. Goldman Sachs fue agente en la emisión de bonos del 1MDB   por 6,500 millones de dólares, de los cuales se hurtaron 4,500. El  actual  gobierno  mantuvo la actitud de Mahathir  de acusar a Goldman Sachs de complicidad con Najib para ejecutar y ocultar el fraude y le exigió en  tribunales que  reembolsara 5,100 millones. El 24 de julio, 4 días antes de la condena a Najib, Goldman Sachs acordó pagar a Malasia 3,900 millones, o sea,  1,200 millones menos que lo demandado. El acuerdo incluye un pago en efectivo de 2,500 millones y la garantía de devolver por lo menos 1,400 millones en activos ligados a los bonos  emitidos por  1MDB.

Najib ha seguido al pie de la letra el execrable libreto de ex gobernantes acusados de corrupción. Se proclama inocente y  víctima de persecución política.  Adujo que no sabía de la existencia ni del origen de muchos millones de dólares que aparecieron en una cuenta suya. Luego alegó que fue una donación de “un benefactor saudita”. Se le atribuye haberse apropiado  una suma del orden de mil millones de dólares. Olvida que la policía allanó su vivienda y secuestró 1,400 collares, 567 carteras, 423 relojes, 2,200 anillos, 1,600 broches, y 14 tiaras de su esposa, con valor de 273 millones. Además, encontraron  en efectivo el equivalente de 28.6 millones de dólares, en 14 tipos de divisas. Todavía Najib tiene pendientes  4  juicios adicionales. Si el gobierno apoyara el descargo total de Najib  la coalición gobernante, que incluye a UMNO, se consolidaría en términos partidarios, pero sería repudiada por la ciudadanía .Se entiende que para UMNO  regenerarse y ser una fuerte opción electoral no debería impedir que la justicia condene a Najib, dejando atrás ese lastre de corrupción.

El continuismo tiende a desaparecer. El régimen soviético se desplomó. Los años de dominio del PT en Brasil concluyeron con Dilma defenestrada  y Lula en prisión. Correa fue condenado a 8 años de prisión por la justicia ecuatoriana. El colombiano Evo está exiliado en Argentina. El PRI de México terminó en el 2000 su hegemonía de 71 años. En Malasia, 61 años de poder continuo del UMNO terminaron en 2018 cuando el voto ciudadano condenó  la corrupción y la impunidad, tal como ocurrió aquí el 5 de julio con el triunfo de Abinader, que derrotó el continuismo del PLD y de Danilo, a través de su títere. Con el fin del régimen del PLD, el principal reclamo ciudadano es el nombramiento y empoderamiento de un  Procurador General de la República probo que, con el debido proceso, formule cargos bien fundamentados para que los jueces, de una vez por todas, hagan que prevalezca la ley y la justicia  para erradicar la corrupción y la impunidad. Así propiciaremos el desarrollo económico-social y viviremos en paz social y armonía productiva.