Según el BID las pensiones promedio de un millón y medio de asalariados dominicanos apenas equivaldrán a menos de la cuarta parte del último salario, a pesar de haber cotizado regularmente durante 30 ó 35 años
Mientras escribo este Mensaje, Eusebia Núñez y Antonio Cáceres, y más de un millón y medio de asalariados, trabajan arduamente para asegurar el sustento de sus familias y asegurar una pensión digna, cuando se agoten sus energías y su ciclo productivo. Pero lo que no sospechan es que, lejos de un futuro promisorio, lo que realmente les espera es un descenso violento de su nivel de ingreso y calidad de vida, una verdadera catástrofe previsional.
Desconozco si algún político, autoridad, dirigente o representante laboral ha tomado en serio que, según un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las perspectivas de un retiro digno están por el suelo en nuestro país, ya que en promedio más de un millón y medio de trabajadores apenas recibirán una pensión del 22.8% de su último salario, lo que ipso facto, los convertirá en jubilados indigentes, destrozando sus legítimas expectativas de un retiro digno.
Contrario a las proyecciones de un 38% de la tasa de retiro de hace varios años de la SIPEN, ahora este informe las sitúan en menos de la cuarta parte. Y a pesar de la solvencia técnica del BID, al parecer aquí no ha pasado nada, ya que este informe sólo ha intranquilizado a unos cuantos ilusos, que nos preocupamos por el futuro de las pensiones del país.
A pesar del desprecio olímpico sobre los problemas de largo plazo, no encuentro relación entre la modernidad, el progreso y la cultura cortoplacista. De manera sistemática y seria, Seguridad Social para todos ha venido advirtiendo sobre los factores que oscurecen nuestro panorama previsional en el largo plazo, y su terrible impacto social. Sólo algunos ejemplos:
Como se Diseñó y Concertó la Ley de Seguridad Social: “Dentro de unos años, cuando el sistema comience a mostrar sus efectos positivos, será necesario elevar el aporte a la cuenta personal del afiliado para acelerar la acumulación del fondo de pensión y mejorar el futuro de las pensiones”. Editora Corripio, Noviembre del 2004, Pág. 205.
Mensaje 010 del 13/04/2014: “Esperamos que el Senado conozca la reforma del Artículo 86 de la Ley 87-01 sin prisa, pero sin pausa, tomando en cuenta que el exceso de ganancia de las AFP reduce sensiblemente el ritmo de acumulación del fondo de pensión de los afiliados”.
Mensaje 025 del 19/02/2014: “Respetando los derechos adquiridos, es posible reducir el costo de la cesantía (o de un seguro de desempleo) estableciendo un límite con una compensación razonable, que realmente beneficie a todos los trabajadores, y a cambio, elevar el aporte del empleador al Seguro de Vejez, Discapacidad y Sobrevivencia para acelerar la acumulación en la cuenta de capitalización individual del trabajador”.
Mensaje 028 del 12/03/2014: “Al sector gubernamental le corresponde una alta cuota de responsabilidad en este diálogo, no sólo para propiciar la armonía laboral, sino además, para evitarle al país el trauma nacional que implicará el retiro de miles y miles de trabajadores con pensiones ridículas, a pesar de haber laborado y cotizado durante 25 ó 30 años”.
Mensaje 064 del 20/11/2014: “Recordemos que la SIPEN estimó en menos del 40% las pensiones promedio que recibirán los afiliados al momento de su retiro, en las condiciones actuales. En estos resultados cuasi catastróficos inciden: 1) las altas comisiones cobradas por las AFP; 2) el monto insuficiente de las cotizaciones; y 3) las reducidas áreas de inversión del ahorro de largo plazo”.
Mensaje 081 del 02/04/2015: “Seguridad Social para todos, comprometida en defender el derecho a una pensión digna, aprovecha la ocasión para reiterar tres puntos claves: y 3) que, aun reduciendo las comisiones, es necesario elevar las cotizaciones para garantizar mayores ingresos durante los años de retiro”.
Esperamos que la advertencia del BID no caiga en el vacío y que contribuya a una preocupación genuina de políticos, autoridades, líderes y representantes laborales, por el futuro del sistema previsional dominicano, de Eusebia y Antonio y de millones de afiliados. Y que las autoridades asuman su cuota de responsabilidad, “poniendo el oído en el corazón del pueblo”, y adopten las recomendaciones necesarias para asegurar una pensión lo más cercana posible al último nivel de ingreso.