Alguna vez has sentido como que no perteneces? Como que no encajas ni le importas a nadie?  -preguntó la joven en la conversación de texto. A todos nos pasa alguna vez en la vida, le respondió el amigo, pero debes recordar que no eres producto de un accidente cósmico, sino hechura.  Eso quiere decir que tu vida es valiosa y tiene razón de ser.

La conversación se dio entre dos adolescentes amigos.   La joven trataba de expresar el volcán de sentimientos que sacuden sus emociones.  Cuando está entre un grupo específico de amigos con los que comparte en la iglesia, se siente relajada y en ambiente.  Más en su vida privada, cuando tiene que integrarse a la escuela, siente que es la presa en una selva de devoradores salvajes.  ¿Cuántos casos no escuchamos a diario de la lucha y el acoso que sufren muchos niños y jóvenes?  Cierto que toda la vida han existido personas burladoras y necias, más parece haberse multiplicado y  empeorado en acciones.

En la misma medida en que vemos a los niños ser cada vez más demandantes, entendiendo que son merecedores de todos sus caprichos, de esa misma forma los vemos ser intolerantes y antisociales.  Este fenómeno es contrastante con el alto grado de dejadez e irresponsabilidad.  El lema es: Merezco sin esfuerzo, quiero, pido, maltrato y demando, sin que hayan consecuencias.  Tal nivel de crianza caprichosa, por decirlo de buena manera, da como producto seres humanos egoístas, sin afecto por los demás, aplastadores de los que consideran débiles.  Usando un término moderno, les definimos como: Divos!

La joven protagonista de este relato es una dulce jovencita, que a menudo se ve victimizada por los muchos divos y divas que conforman su núcleo escolar.  “Hay muchas cosas que no entiendo –dijo en la conversación de textos- y es por eso que a veces me siento como una estúpida de la cual todos sacan ventaja”  No te preocupes por entender el lenguaje o estilo de vida de personas agresivas –le contesta el amigo- tú tienes un recurso mejor, habla con tu Creador y siéntete contenta de ser como tú eres y no caigas en la trampa de ser como los otros quieren que seas.  La conversación terminó con ella agradeciendo la comprensión y los consejos.  Sin embargo, el asunto no concluyó ahí, el amigo quedó evidentemente preocupado pensando que tal vez ella pudiera atentar contra su vida.  Muchos casos se están dando, lamentablemente, en los que las víctimas sólo encuentran como solución el suicidio.   De ahí que él buscara apoyo en su madre, a quien le mostró los textos. “Qué se puede hacer en este caso? –preguntó-  Si digo algo ella se enojará conmigo y ya no me tendrá confianza, pero si no digo nada y pasa algo malo, me sentiré culpable por el resto de mi vida”.   Ninguna persona debería cargar semejante responsabilidad y menos un adolescente.  “Piensa en esto –le sugiere la madre- si ella se enoja contigo, pero no atenta contra su vida, pasará un tiempo alejada, y un día va a llegar el momento en que recapacitará y volverá a ser tu amiga.  Si se hiciera daño no tendrías alternativa”.  El joven movió su cabeza afirmando el pensamiento que se hacía lógico en su cabeza.  Así que, mejor manejemos el asunto con la mayor discreción posible, para que ella no se sienta expuesta.

El caso se habló en exclusiva con el pastor de la iglesia, quien a su vez trató el asunto directamente con los padres de la joven, para brindarles ayuda y tomar acciones que ayuden a la joven.  Al final, los padres se sintieron aliviados por el apoyo recibido, aunque en efecto la joven se ha alejado del amigo.

“Ella no me habla, pero yo estoy satisfecho de que esté bien” –confesó el joven con verdadera convicción. “Y yo estoy muy orgullosa de ti y de la clase de hombre y amigo que eres” respondió la madre- “ahora ora por ella y demos tiempo al tiempo…”

Mateo 25:31Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria; 32y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos; 33y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a la izquierda.

34Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui extranjero, y me recogisteis; 36estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos extranjero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis

 

Bendiciones!