Monti y culebras: llegaron los tecnócratas.

Silvio Berlusconi renunció como Primer Ministro italiano este fin de semana. Esta semana veremos cómo responden los mercados. Un tecnócrata, el economista Mario Monti, asumirá la dirección gubernamental como Primer Ministro. Ya está formando su gabinete de gobierno. BURLAsconi posiblemente se dedicará a ayudar a jóvenes talentosas y quirúrgicamente modificadas a obtener un mejor futuro.

Se fue PAPAndreou, llegó PAPAdemos.

¡No sea tan mal pensado! Me refiero al cambio político que también ocurrió en la atribulada República Helénica. GeorgiosPapandreou se tomó la cicuta política y culminó con muy mala nota tres generaciones de liderazgo político familiar. Será sucedido por una colación de unidad nacional dirigida por un tecnócrata: Lucas Papademos. El curriculum de Papademos incluye haber fungido como gobernador del Banco Central de Grecia y vice-gobernador del Banco Central Europeo ("BCE").

¿Tecnocracia=Chapulín Colorado?

Pero, ¿podrá el ascenso tecnocrático salvar a Europa de este lío? Usted sabe muy bien en el fondo que no. El salvamento sólo viene con dinero y esto es lo que hace falta actualmente. La semana pasada, el Nobel economista PaulKrugman se la pasó criticando el manejo que tuvo el BCE durante toda la crisis europea. Al parecer, aunque el BCE tiene un mandato normativo de "estabilidad de precios", se ha mantenido bastante indiferente y hasta renuente de intervenir en la crisis italo-helénica. Luego de arduas críticas, fue que apenas comenzó tímidamente a comprar bonos. Krugman fue tan lejos de calificar la decisión del BCE de aumentar las tasas de intereses hace unas semanas como una política [monetaria] imbécil.

Este pasado fin de semana, Vladimir Putin también criticó al BCE. Dijo que le corresponde intervenir para tratar de suavizar la caída económica. Este lunes y durante toda la semana veremos cómo reaccionan los mercados luego de dos "coupsd’état par le marché[1]".

Ahora piense en lo siguiente: la semana pasada nuestro país colocó (furtivamente) USD$250 Millones a una tasa de 6.875%. La nota de prensa que envió el gobierno a los principales periódicos (la cual publicaron sin dedicarle muchas neuronas) resaltaba que la tasa "era la más baja alcanzada por República Dominicana en toda su historia". Sin embargo, si usted ha dado seguimiento a la trágica ópera grecorromana, usted sabe que la quiebra se gatilla cuando los bonos soberanos de estos países rondan por esa fatídicatasa de 7%.

Yo sé que nuestra prima de riesgo aumenta con relación a la de los países de la Eurozona. Que no tenemos la misma calificación de riesgo-país que ellos que son miembros de la OCDE (como usted sabe, después de la quiebra helénica, eso no significa nada). Que no contamos con los alemanes para venir a salvarnos (ni siquiera por los buenos recuerdos puertoplateños). Que los europeos relegaron su política monetaria a un BCE independiente, pero dejaron la discreción fiscal a los políticos pródigos. En fin, que las economías no se comparan,pero, ¿qué nos hace sentir tan orgullosos de que podemos tomar prestado a una tasa tan alta comparada con los estándares internacionales, por más que sea la más baja que hemos alcanzado en toda nuestra desgraciada historia?

Las respuestas, querido lector podrían estar en su propio manso bolsillo: su capacidad de pagar mayores impuestos, de soportar aumentos tributarios. Esto combinado con la capacidad estatal de ensanchar los niveles de endeudamiento público (¿hasta qué punto?) y de encender la maquinita de imprimir billetes.

¿Alguien recuerda la vez que nos endeudamos tanto que nos intervinieron el país y las aduanas para pagar la deuda?

[1] No hay nada nuevo debajo del sol: pensé que me había inventado esta frase tan ocurrente y cuando la filtré por Google, encontré un artículo francés que ya la había acuñado. http://lecercle.lesechos.fr/economie-societe/politique-eco-conjoncture/monnaies-et-taux/221139868/coup-etat-marches-financiers