Muchas películas se inspiran en historias reales de los conflictos sociales y nos dejan mensajes que nos ayudan a entender mejor la realidad dominicana y que hoy afectan nuestras vidas, dificultándola cada vez más.

Hemos visto muchas tramas que se desenvuelven en los bajos negocios de la alta política de los Estados y cómo interactúan entre sí. Muestran como la política oscura y escondida siempre ha existido. Las bandas, las mafias, los poderes del Estado, los poderes fácticos, el espectáculo, etc., todo está conectado desde el inicio de los tiempos, hoy en día lo llamamos capitalismo.

Para los grupos de poder, las grandes corporaciones, los gobiernos y las mafias o el crimen organizado, la vida ya no tiene ningún valor, pero las riquezas materiales sí. Y esta necesidad de acumular riquezas de los que viven para lucrarse, los lleva a una ambición descontrolada y sin límites; dañando la naturaleza, sus ecosistemas y los medios de subsistencia en general.

La mayoría de las personas olvidan que lo más importante es tener las necesidades básicas satisfechas: alimento, casa, seguridad, salud, educación, trabajo, diversión, etc.; luego que tenemos estos derechos, queremos otras cosas para sentirnos satisfechos y realizados; contar con alguien a quien amar y quien nos ame.

La corrupción es la enfermedad más mortífera de la humanidad

Cuando las personas han vivido oprimidas desarrollan otras características, establecen una fuerza y esa fuerza se torna en algo muy peligroso. Tradicionalmente así es como se forman los antisociales, delincuentes, criminales, sociópatas, psicópatas, las bandas y cada persona que adquiere poder se convierte en monstruo. Desafortunadamente, como se muestra en la historia de muchos, el poder cambia a las personas. Dejan de ser pasivos y se vuelven más y más agresivos, hasta que pierden el control.

Esta es la realidad que nos enfocan los filmes cinematográficos y que vivimos en la actualidad en los conglomerados humanos, a lo que llamamos urbanismo; situación que también toca a República Dominicana.   

De este pequeño enfoque queda evidenciado que la corrupción surge fruto de las ambiciones humanas.  La corrupción es la enfermedad más mortífera de la humanidad. La ética y la transparencia son la vacuna más efectiva y eficiente para sanar la sociedad.

La justicia es la responsable de establecer los controles sociales que son el fundamento para exigir transparencia ética en todo el quehacer humano y muy especialmente a los servidores públicos y grupos de poder. Lamentablemente nuestro sistema de justicia tiene muchas fallas y debilidades que permiten la impunidad y el desorden institucional imperante en nuestro país.

Es imperioso vacunar a nuestros funcionarios, especialmente los más altos. De la misma manera a los protagonistas de los poderes fácticos. La corrupción es un cáncer social presente en todas las culturas y todos los tiempos. Es, además, el principal impedimento para alcanzar la garantía de los derechos y necesidades básicas; así como del desarrollo humano integral, sostenido y sustentable.

Los funcionarios y autoridades dominicanas se burlan del pueblo sin cumplir sus responsabilidades.

Debemos estar claros de que el clientelismo es un miserable y falso pago, es un engaño, es una inyección de amnesia con lo que te contaminas y te haces cómplices de todos los crímenes del Estado y de los miles de millones que envuelve la corrupción estatal asociada al sector privado.

En paráfrasis a la idea de Perón, digo “que hay dos clases de personas: Los que trabajan para el mal y los que trabajan para el bien; y todo aquel que trabaja debe ganar por lo menos lo que consume o para satisfacer sus necesidades básicas”.

Recuerda que tienes todo el derecho a recibir la parte que te corresponde de las riquezas y producción nacional, pero para obtener tu justa remuneración, debes conocer tus derechos y aprender a defenderlos. No te conformes con migajas, como cualquier mendigo.

Los granitos de arena dispersos a favor del bien, no son suficientes, aún muestre a las mayorías, disgregados somos débiles. Por el contrario: “El Crimen Organizado” los malos, siempre están de acuerdo y asociados, siendo cada vez más fuertes, lo que dificulta vencerlos. ¡Despertemos!

Es oportuno preguntarnos ¿Cuándo comenzará la cohesión de los que estamos del lado del bien, para fortalecernos y derrotar el mal de la corrupción?

Dios bendiga siempre al pueblo dominicano. Todo por la patria.