Estado de sitio (état de siège). Un estado de emergencia mundial a través del terror generalizado. Ese es el objetivo final de todos esos atentados terroristas a los que nos tienen acostumbrados, como a los perros de Pavlov.

El terror genera más dependencia en la autoridad establecida y convierte a las metrópolis en estados policíacos, donde se pierden paulatinamente todos los derechos ciudadanos en nombre de la “seguridad nacional”.

Para entenderlo citamos aquí las palabras del primer ministro de Francia, Manuel Vals, a raíz del último atentado terrorista en Niza, donde murieron 82 personas: “Tenemos que acostumbrarnos a vivir bajo el terrorismo permanente”-dijo el primer ministro mientras la población de Niza lo abucheaba.

Ahora el país vivirá bajo un estado de sitio permanente.

Mientras tanto el presidente francés, Francois Hollande, ordenó el bombardeo masivo del área de Toukhan al-Kubra, cerca de la frontera de Siria con Turquía, matando a 140 mujeres y niños. “Ojo por ojo y diente por diente”. ¿Dónde están los yhijadistas fanáticos?

“Francois Hollande, tu es un criminal epouvantable” (Francois Hollande, eres un criminal terrible), fue el titulo del editorial del periódico principal de Damasco.

Algo parecido está sucediendo en Turquía, país en cual su presidente, Recep Tayyip Erdogán ha decretado  en “état de siége” (estado de emergencia), después del supuesto golpe de estado. Algunos dicen que se trató de un auto-golpe para tener más control del país, porque, a menos de las primeras doce horas del alegado “coup”, ya se  había arrestado a más de 15,000 “complotados”, entre los que se encuentran militares, políticos, maestros, aguaciles y jueces.

No olvidemos que este Erdogán está implicado, junto con Saudi- Arabia, Israel y las agencias de inteligencia estadounidenses, en el apoyo del “Daesh” (Estado Islámico) en Siria. De hecho, el tráfico de armamentos y de petróleo en la frontera turco-siria ha estado a la orden del día desde el principio de la contienda. (globalresearch.com). 

En otras palabras, que ese es en realidad el objetivo final de todas estas tragedias terroristas provocadas: un mundo bajo un solo gobierno central, controlado militar y políticamente a control remoto, bajo leyes marciales de emergencia. Hacia allí es que nos quieren llevar los que pretenden controlar al mundo.

Francia ha estado bajo la “ley marcial” (état de siége) durante los últimos ocho meses y el parlamento francés está en espera de la aprobación final de una ley que incoará el estado de emergencia permanente en  la Constitución gala. De ahí en adelante, los derechos civiles de los ciudadanos brillarán por su ausencia, bajo el pretexto de “defender” a la población. La sociedad se irá convirtiendo poco a poco en un estado policial, donde el estado de emergencia será la orden del día. Así los ciudadanos serán más sumisos y manejables.

Algo parecido sucedió en los Estados Unidos después del 9/11, cuando las Torres Gemelas de Nueva York y el Edificio #7, contiguo a ellas, (que no fue impactado por ninguno de los dos aviones que chocaron contra las dos torres) implosionaron y se desmoronaron al unísono desde sus bases, como en una demolición militar controlada. Esa fue una película más y todo el mundo se tragó la historia de que unos barbudos musulmanes fueron los responsables de la tragedia, donde murieron 3,000 personas de manera inexplicable. Ese fue el principio de falsa guerra contra el terrorismo. 

Esto dio cabida al establecimiento de la “Homeland Security Act”, de acuerdo con la cual se puede arrestar a cualquier ciudadano sumariamente sin ninguna orden judicial, simplemente por sospecharse que es “terrorista” o por haber sido acusado de serlo por cualquier chivato.

Los derechos civiles y constitucionales de los ciudadanos han estado desapareciendo paulatinamente, entregándolos en bandeja de plata a las fuerzas del orden, bajo el pretexto de que es la única forma de protegerse contra el terrorismo. Algunos están tratando de convertir esta dinámica en una guerra de tipo racial, provocando la muerte de policías blancos, dizque para vengarse de las muertes violentas de afroamericanos en manos de policías blancos. Esa es ahora la nueva vertiente de la misma estrategia.

Los dominicanos, que vivimos en estado de sitio permanente durante los últimos años trujillistas, somos unos veteranos en estos menesteres terroristas.

El estado de sitio que sobrevino a raíz de la muerte del dictador, cuando se registraban todas las casas de Santo Domingo por fuerzas militares en busca de los complotados, fue una experiencia difícil de olvidar. Lo mismo después, cuando los Marines estadounidenses invadieron al país en el 1965 durante la guerra patria. ¡Aquello fue de película! Un “etat de siege” clásico. Todavía reverberan en nuestra memoria colectiva aquellas escenas de chequeo y de irrespeto hacia los ciudadanos. Todo apoyado y sustentado oficialmente por la Organización de los Estados Americanos (OEA).

¿Podemos imaginarnos al mundo en ese estado de shock colectivo?

Pues hacia allá es que vamos. Ese es el objetivo final de todos esos ataques terroristas a los que nos tienen acostumbrados. Poco a poco nos van convirtiendo en zombis amaestrados, programados a la distancia, hasta convertirnos en mansos conejillos de India, alelados del espanto.

George Orwell, en su novela “1984” (escrita en1949), trató de describir esta situación global pero se quedó corto. La ficción es mucho menos dramática que la realidad reinante, cuando debiera de ser todo lo contrario. Orwell describió a una sociedad distópica (contraria a la utópica) totalmente despegada de la realidad objetiva.

Nos escribe un lector:

“En algunos de sus artículos, usted parece referirse al “nuevo orden de los tiempos” (el “Novus ordo seclorum” que aparece en el billete de un dólar). Un mundo sin fronteras, con el único propósito de atemorizar a la población hacia el control total de los ciudadanos hasta que llegue el dominio total. ¿Es a eso a lo que usted se está refiriendo?”

Respuesta: Me alegro que hayas caído en la cuenta. Todo estado de sitio (“état de siége”) es parte de un plan maestro central (Matrix) y forma parte de una estrategia calculada maquiavélicamente por cerebros psicopáticos reptiloides que han pretendido dominar a este mundo desde el principio.

Te felicito. Sigue investigando.