No debe sorprender una colocación de bonos soberanos en pesos dominicanos. El interés por adquirir riesgo dominicano en pesos por parte de residentes extranjeros se manifiesta en que representan el 20% de los tenedores de bonos domésticos. Desde mayo del 2016, han incrementado su posición en los bonos que emite el Ministerio de Hacienda en más de RD$40 mil millones. Han adquirido estos bonos en el mercado secundario, a través de puestos de bolsa, bancos múltiples y otros intermediarios financieros y de valores. De manera que Hacienda, lo que ha hecho es llevarles el banquete a sus restaurantes de origen, metáfora que encaja con el famoso “apetito” que se usa en el argot financiero.
La Dirección General de Crédito Público vuelve a cumplir a pie de la letra y de manera eficiente la responsabilidad que le otorga su marco legal: obtener el financiamiento aprobado en la Ley de Presupuesto en las mejores condiciones de mercado. En los últimos años el mecanismo más eficiente ha sido la colocación de bonos soberanos en el exterior y un exitoso programa de subastas competitivas de bonos locales. En el extranjero ha logrado conseguir cada vez mayor financiamiento y con tendencia decreciente en la tasa de interés promedio ponderada de los bonos. Lo muestra el cuadro con los datos del servicio de la deuda por este instrumento y el gráfico de saldos y tasa promedio.
En el mercado interno, los bonos de Hacienda muestran un continuo aumento desde que inició su programa de subastas, pero con reducciones de tasas promedio menores que en sus colocaciones externas. Los bonos ya no se adquieren como la culminación de una penitencia para el gobierno liquidar deudas pendientes con proveedores, contratistas y expropiados de tierras. Se han dejado atrás las emisiones pago deuda administrativa. Ahora hay subastas durante el año donde los participantes en el mercado primario ofrecen comprar montos muy superiores a las intenciones recaudo del gobierno.
La emisión de bonos en oferta pública debe cumplir con estrictos requisitos de información y una confesión de posibles riesgos de incumplimiento en el pago similar a la declaración de efectos secundarios en un fármaco de laboratorio que se respete. La mayoría de los titulares y declaraciones negativas sobre la deuda pública están recogidos en los memorandos de cada emisión de bonos. El éxito de las colocaciones es un claro mensaje de que los participantes no ven la luz al final del túnel como la de un tren que se nos viene encima, como diría Murphy y sostiene parte de la opinión pública profesional y política. De ahí la acogedora bienvenida al bono soberano en moneda local.
(Nota: gráficos y cuadro con saldos en millones de dólares. Tasa interés promedio calculada por servicio entre saldo promedio del año. Elaborados por el autor con datos del portal web Dirección General Crédito Público en Power BI Service de Microsoft)