Hay artistas que, sujetos a los dictados de la academia, utilizan un empaste que viene desde la época medieval y que  se agrega  a la argamasa de la imprimatura. Este empaste es llamado hiel de buey, y sirve como preservativo para evitar que la materia de origen orgánico  se corrompa.

Los pintores de la época   en que se descubrió la tela como soporte se aseguraban de que la pintura puesta sobre el lienzo descansara sobre una preparación que en lo posible evitara   craquelados. Así es hasta hoy.

Antes  de la tela  un  soporte de uso común era la tabla.

A propósito, podemos considerar los  componentes que se presentan desde la tela hasta la superficie en una pintura, al dar un corte perpendicular para un estudio de los estratos al que llamamos corte estratigráfico.

Lo primero es el soporte, que en este caso es la tela.

Después, la imprimatura, que es la pasta que el pintor prepara con el fin de impermeabilizar la tela.

A continuación, la película pictórica compuesta por las capas de pintura que se van depositando con pincel o con espátula.

Después, el barniz que el pintor aplica con fines de protección.

Y por último el llamado estrato superficial que es  el sucio acumulado en el transcurso del tiempo y que llamamos patina.