En el estudio cualitativo de la Violencia en la Escuela que hicimos para Plan Internacional publicado en el 2010 se presenta la frase “¿estar en la escuela se convierte en una cárcel?", que emerge de niños y niñas que se sienten acorralados en la escuela, según la investigación.

En el estudio se muestra que la escuela es un lugar con muchas dualidades y ambigüedades para los niños y las niñas. Por un lado, es un espacio que les gusta a la población estudiantil y a la vez le genera rechazo.

La dualidad con respecto a rechazo-aceptación de la escuela se muestra en que la mayor parte del tiempo los/las estudiantes prefieren estar en los pasillos que en las aulas. En las aulas hay poco espacio de participación y los procesos educativos tienden a producirse en un ambiente vertical.

Recientemente se firmó un acuerdo para instalación de fiscalías en los centros educativos. ¿Estas fiscalías al igual que la policía escolar podrían incrementar la situación de encarcelamiento que siente el estudiantado con la presencia de actores que no pertenecen al sistema educativo?

La mayor parte del tiempo el estudiantado copia o recita a coro los contenidos que se imparten. Hay poco espacio para dinámicas interactivas de aprendizaje y menos aún para la construcción de aprendizajes significativos.

La situación de “encarcelamiento” que se presenta en el estudio “Violencia en la escuela” alude a elementos como los siguientes:

  • Situación de opresión en el clima escolar. La presencia de prácticas de violencia física  y verbal de maestros/as y directores/as de centros hacia estudiantes como se presentan en el estudio genera una sensación de cárcel.

 

  • Expulsiones continuas por uniformes, zapatos, accesorios. La actitud de maestros/as y directores/as de centros de controlar el cuerpo de los niños y las niñas prohibiendo el pelo suelto para niñas que tienen el pelo crespo, o negando la posibilidad de que utilicen aretes o adornos en su cuerpo, es el reflejo de una visión autoritaria y rígida de la educación que entra en contradicción con los planteamientos de una educación que forma personas democráticas y libres.

Muchas veces se desconoce el contexto social de esta población que no tiene zapatos para ir a clases y por la exigencia de los mismos se quedan sin asistir.

Estas expulsiones y controles permanentes del estudiantado fortalece la visión que tienen estos de que estudian en una cárcel y no en una escuela, más aún cuando a la entrada de las mismas se encuentran con policías escolares que reproducen las actitudes represivas de nuestra policía y que no están vinculados al clima escolar.

Recientemente se firmó un acuerdo para instalación de fiscalías en los centros educativos. ¿Estas fiscalías al igual que la policía escolar podrían incrementar la situación de encarcelamiento que siente el estudiantado con la presencia de actores que no pertenecen al sistema educativo?