Es bueno comenzar un año con la oportunidad de revisar lo hecho y, si es “en cabeza ajena” mejor. A las universidades dominicanas, hace tiempo que el predicamento de su modernización frente al avance “apabullador” de la ciencia y la tecnología, es tan tardío, que lo necesario es la reforma total del sistema, por lo que les conviene escuchar la advertencia una vez más.

Además, en mi alma mater y centro de trabajo, la Pucamaima, estrenamos nuevo rector, el Pbro. Dr. Ramón Alfredo de la Cruz Baldera, por lo que le dedico este artículo para que nos “veamos” en un diagnóstico periodístico de todo el sistema universitario de la “Madre Patria”, de dónde ostenta un flamante Doctorado en Educación. Es una serie de artículos y los recomiendo para ver el fracaso de la no-implementación de las reformas necesarias en un caso dónde se implementan esas reformas pero el cambio es más rápido que ellas.

En nuestro caso, los que hablamos de esas reformas somos unos ilusos que con razones tan baladíes como “es muy difícil regular la educación a distancia por internet”, que no auspiciamos ni la experimentación ni la actualización.

El primer artículo de la serie de El País, de Madrid, España, se titula “La Universidad española, a examen” y se encuentra en el enlace siguiente:

http://politica.elpais.com/politica/2014/12/01/actualidad/1417427448_534197.html, donde la irrelevancia de la universidad dominicana es igual a la española, dónde no se encuentra ninguna entre las mejores cien del mundo. En el caso español, sólo la Universidad de Barcelona se encuentra entre las primeras doscientas. Por lo tanto, proponerse establecer una dominicana al igual que una española, es una proeza importante. La crisis universitaria es que se ha convertido en inalcanzable porque sus costos significan comenzar endeudado una carrera profesional sin las expectativas del éxito profesional. Ante la masificación de la educación superior, la misma se ha “elitizado”, proponiéndonos una educación promedio de mala calidad a un costo altísimo.

El segundo artículo lleva el título de “Ser mal profesor sale barato” (disponible en:

http://politica.elpais.com/politica/2014/12/04/actualidad/1417715642_210029.html ) donde la serie trata de cómo el sistema universitario, aquí o allá, evade premiar a los buenos profesores y castigar a los malos, por un sistema de evaluación “voluntario” que de nada sirve para estos fines. A pesar de los programas de “calificación profesoral” para convertir a los profesionales capaces en profesores idóneos, el enganche a la cátedra universitaria no obliga a esta cualificación.

“Sin universidades en la Champions”  es el título del tercer artículo (disponible en:

http://politica.elpais.com/politica/2014/12/12/actualidad/1418405277_705705.html ) trata de los “rankings” o los catálogos de las universidades según parámetros diversos, midiendo lo que se pueda medir. Como un instrumento del área sajona, se diseñaron para evaluar las universidades para el consumo de los estudiantes. Todo cambió con la aparición del ranking de la Universidad de Shanghái que pretende evaluar a las 20,000 universidades que hay en el mundo para ver dónde se sitúan las “universidades chinas”. Si existe el intento de situar a alguna dominicana en ella, es interesante ver que el punto es la especialización.

“Enseñar a enseñar” (disponible en:

http://politica.elpais.com/politica/2014/12/04/actualidad/1417717866_624002.html ) es el cuarto artículo y trata de la resistencia al cambio, porque se mantiene la idea que para saber enseñar se necesita tener conocimientos. La realidad es que no es suficiente, si no enfrentamos a la realidad misma.

El quinto artículo “La endogamia alcanza al 73% de los docentes” (disponible en:

http://politica.elpais.com/politica/2014/11/28/actualidad/1417196515_775495.html ) se enfrenta al “nomadismo” del profesorado universitario dominicano (profesor nómada o gitano, es aquel que va de universidad en universidad dando clases, sin echar raíces en ninguna). En consecuencia, ¿cómo financiaríamos los programas de investigación para atraer a verdaderos innovadores? Ó ¿contrataremos a Ph.Ds. para dar las clases de licenciatura, subutilizándolos?

Por ello, el sexto artículo, “Un mercado para fichar talento”  (disponible en:

http://politica.elpais.com/politica/2014/11/28/actualidad/1417205254_023729.html )  ilustra esta disyuntiva. En consecuencia, veremos a pocos académicos haciendo vida académica en República Dominicana si no existe comunidad académica y ésta sólo sea un puesto “adicional” a una posición gubernamental, por lo general…

Por último, la solución tecnológica se presenta en el séptimo artículo “El saber ya no cabe en el campus” (disponible en:  http://politica.elpais.com/politica/2014/12/26/actualidad/1419609264_406943.html ) dónde se muestra el engarce de las universidades españolas con el fenómeno de la educación gratuita “en línea”, algo que en Dominicana ni soñamos, ni pública ni privadamente, en el mundo de la educación superior.

Porque como dice uno de los entrevistados: “Cambiar una universidad es como cambiar un cementerio. Se pueden hacer muchas cosas, pero no esperes la colaboración de los que viven dentro”.