Cualquiera que se haya detenido en algunas informaciones, –o haya visto algún juego–, se habrá dado cuenta que este año en las Grandes Ligas, se han utilizado “recortes de cartón” para asemejar personas en los asientos de los estadios. Para decirlo de manera exacta: son réplicas de los fanáticos. Se le preguntó a un montón de estos si querían ser copiados en fotografías para ser usadas en los asientos y muchos contestaron que sí, que encantados. Esta nota indica el gran fervor beisbolístico de dichos fans que, de manera temporal, han tenido que estar presentes a manera de cartón, y en fotografías.   

Enviaron sus fotos y pagaron, por ejemplo: en el estadio de los Braves, 50 dólares; en el estadio de Brewers, 50 dólares; en el de los Dodgers, 179 dólares y en el de los Gigantes 99 dólares. Se pagó de manera entusiasta. No sabemos cuántos son esos fans, pero quien mira un estadio, copado por estas fotos, se dará cuenta que son una apreciable cantidad. La iniciativa se llama CardBoard, al menos en el estadio de los Cardenales.

Según informa en su cuenta de Twitter Chuck Garfien, de NBC Chicago, está el caso de Paul Garrett, un fanático que compró 100 recortes de su foto en el estadio de los White Sox, cerca del dogout de los visitantes, justamente detrás. También se narra el caso de Juan Soto, el “childish bambino”, jugador dominicano de los Nationals de Washington quien mandó a poner los recortes de su familia para no sentirse solo mientras atrapa los batazos.

La cifra de los asistentes a los estadios era un número que se incluía, en la lejana década de los ochentas, en el reportaje de lo que había ocurrido en la noche anterior. Se nos decía, en los periódicos locales, cuál era la cantidad de fanáticos por juego, es decir, cuántos habían abarrotado el estadio. Hoy sabemos, por ejemplo, que 50,287 fanáticos pueden estar sentados en el Yankee Stadium, con una capacidad total de 52,325 personas. Pero claro, esto es en días extraordinarios.

De modo que la convocatoria surtió efecto y desde el punto de vista administrativo es loable que a esa persona que vino con esta idea, le den algún reconocimiento en MLB.

Alguien me preguntará si no fue por las redes sociales que se convocó a las personas para esta iniciativa? Sucede entonces la respuesta: los equipos están tan metidos en la historia de sus ciudades, que correr la voz es algo que no parece difícil. Eran fotos normales –quizás de algunos celulares–, y fueron ampliadas para que, en esta época de pandemia, los estadios no lucieran tan desiertos. Con la ocurrencia del Covid-19, la gente vería el baseball desde sus casas.

En nuestros países, se podría decir que la aspiración ciudadana de ser partícipe de las políticas públicas, no está sino muy lejana de ser una realidad. Por ejemplo, las pasadas elecciones fueron una muestra de la integración que tuvimos. La gente participa en nuestros asuntos democráticos, pero después de ahí no hay mecanismos que extiendan el ejemplo y se continúe con el proceso. Los buzones de queja y sugerencias son una idea de las instituciones, pero son leídos? Alguien podría decir que el modelo de participación política ha cambiado. Un ejemplo a la mano es la participación que tuvo la gente –esto en Europa–, en las movilizaciones multitudinarias de los seguidores de Greta Thunberg, la chica climática, nombrada como personaje del año por la revista TIME.

Una variable que se puede manejar nos habla de los efectos de la participación en procesos convocados por redes sociales –concentraciones, por ejemplo–, y la reacción de los lideres tradicionales, acostumbrados a los mítines de masa. Hay que tomar en cuenta que se hicieron unas elecciones correctas luego, y la masiva participación es algo que nos dice que el pueblo tenía los ojos abiertos.

Las figuras del estadio son de cartón, pero los fans tuvieron la genial idea de mandar sus mejores fotos. Podemos decir que en Grandes Ligas “se la comieron”, y todo esto es un ejemplo para entender cómo la gente se involucra de manera efectiva y cómo ofrece respuestas creativas a los procesos que vivimos.