A finales del mes de enero del presente año, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) dio a conocer los resultados preliminares sobre la economía dominicana para el período 2016 y más allá de realizar un debate sobre la veracidad o no de los datos publicados, estableceremos como la economía sigue presentando un déficit, cerrando el 2016 en 1.5% del PIB. Esto a pesar del sustancial ahorro que se logra dada la disminución de los precios del petróleo.
El precio del petróleo y sus derivados han tenido una rebaja desde septiembre de 2014; la cotización promedio en 2016 del west texas intermediate (wti) fue de 43.46 USD. Es decir, un 50% menor que los aproximados 100 USD que estuvo entre los años 2011 y 2014.
Las importaciones netas para el 2016 fueron de USD 17,384.1 millones, donde las importaciones petroleras constituyen un monto de USD 2,307.8, lo que refleja una disminución de 47% frente a los USD 4,352.1 millones que representaba en 2013. Esto se traduce a que estamos importando USD 2,044.3 menos por este concepto.
Lo delicado, es cuando vemos el total de adquisiciones que realizó República Dominicana en 2013 fue de USD 16,801.2 millones y terminaron 2016 con un incremento de 3% o USD 582.9 millones. Lo que evidencia que el gobierno ha encontrado nuevas mercancías donde gastar el ahorro devengado por este producto y es importante entender, que este beneficio es solo circunstancial, originado por una disminución en el crecimiento de los principales compradores y un exceso de producción de petróleo, pero que en estos momentos la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) están tratando de mitigar.
Al analizar los cálculos arriba expuestos, tendríamos que preguntarnos ¿qué le ha pasado a la economía para tener esta necesidad de importar USD 2,627.2 millones más que en 2013? El BCRD, en sus resultados preliminares a 2016, comenta que estos aumentos “están estrechamente vinculadas con el crecimiento económico”, pero lo importante es conocer si estas compras se están realizando para apoyar nuestro desarrollo con bienes que contribuyan a la transformación de otros bienes y servicios para el país.
En tal sentido, aproximadamente 30% del ahorro se ha utilizado para incrementar la importación de bienes de consumo, es decir, productos terminados en otros países, donde predominan automóviles, electrodomésticos y productos alimenticios. Con el resto se ha comprado materias primas y bienes de capital que contribuyen en mayor grado a la transformación de bienes.
Debemos resaltar que los precios bajos del petróleo, no se puede afirmar puedan mantenerse a lo largo de los próximos años y debido a que representan un grado importante del capital disponible para las importaciones, en algún momento volveremos a necesitar ese dinero redistribuido para abastecernos de combustibles. Por ahora con una economía que de 2013 a 2016 ha logrado incrementar los ingresos de fuentes de divisas por USD 3,568.1 millones, pareciera que esto no vaya a afectarlo, lo que si espero es que esas importaciones realmente estén aportando para la transformación de bienes y no aumenten simplemente el crecimiento a la base del consumo de productos fabricados fuera del mercado local.