La causa de la delincuencia, erróneamente, ha sido asumida por el estado y la sociedad, como una simple voluntad o decisión personal de los delincuentes, presunción que toma cuerpo en la aplicación del método de parte de estado en darle para abajo, principalmente a los de la capa baja como respuesta al problema.
Si fuera así, sería lo mismo que creer que muerto el perro, eliminada la purga o lo mismo que asumir, que la erradicación de las plagas, ratones, cucarachas y demás bichos, se logra usando Baygón, ratoneras y otros insecticidas, sin tener en cuenta que la solución está en eliminar las fuentes que los desarrolla.
La delincuencia y los delitos, a partir del criterio de Enrico Ferri, sus causas no radican en las inferencias anteriores, sosteniendo que factores sociales y económicos, entre ellos, miseria y desamparo, son las circunstancias que conllevan a su existencia.
La escuela antropológica y sociológica, sostiene que toda acción humana es el efecto de las causas internas o externas que obran sobre los individuos. La escuela socialista, por su lado, explica que la delincuencia tiene su origen en el desbalance social entre las clases sociales asegurando que la vorágine del estado capitalista engendra los factores criminógenos.
Cohen, según Lamnek, 1980, en su teoría de la subcultura, hace un gran aporte sobre el comportamiento desviado, estableciendo que es resultante del hecho que el sistema de valores y de normas de las capas medias y alta de la sociedad es el dominante, quien considera que su resultado deviene del deslumbramiento del universo social, quien asume que; jeepetas, pistolas, villas, mujeres, carros, zapatos de marcas, consumo conspicuo, son sinónimos de grandeza, estatus y logros de metas.
Estudios sobre la materia, han planteado que producto de la falta de oportunidad que ofrece el estado, etiquetamiento social y el valor de uso de los individuos, la dineralalizacion, lujos y elevados niveles de status sociales, representan la escalera al éxito, cuestión que al hacerse imposible su realización, un buen núcleo social interioriza un sentimiento de frustración y ambivalencia, que obliga a los actores a tener que escoger, o la resignación o el camino de la delincuencia, ya que representa su única alternativa para lograr lo que la sociedad le negó, sustrayéndose de esta maraña los individuos correctos o formados en valores.
Sin embargo, cabe connotar, que el espejismo de la dineralizacion es tan grande, que a pesar de resignarse a no ser delincuentes, forman la franja más grande de jugadores de loto, tras sus frustrados sueños pintado por la sociedad.
Emil Durkheim, refiriéndome a la delincuencia juvenil, establece que el meollo es que no hay reciprocidad entre las aspiraciones personales del individuo y las exigencias del medio para alcanzarlas.
J. Watson, padre del conductismo, expone el criterio que toda respuesta obedece a un estímulo, con lo cual se explica que la conducta delictiva es estimulada por una especie de bumerang, es decir, ¨Si los de arriba delinquen, hasta sin mayores consecuencias penales, yo como hijo de machepa tengo licencia para hacerlo o de los contrario, no lograré lo que me exige la sociedad de quien soy su cautivo.
En la parte final, ya un poco psicólogo-social, nos auxiliamos en lo que los tratadistas han definido como constelación, o lo mismo que decir, que los individuos están descargando la cantidad de actitudes violentas a la que la propia sociedad le rinde culto, inclusive a través de la familia, la televisión y algunos medios.
Los altos niveles de las mutaciones de los núcleos familiares, divorcios, conflictos, autoridad cruzada entre padres, desunión, disfunción matrimonial, etc. han desarrollado en los jóvenes un estado de confusión, incluso, llegándose arraigar en ellos, una baja capacidad de desarrollar manifestaciones afectivas, dando pie a la formación de entes sociales carentes del esfuerzos y voluntad, compensando entonces, con las conductas desviadas.
A propósito, también es menester, referir, que el desarrollo del feminismo, quien ha agarrado por sorpresa al machismo, ya que ni el estado ni la sociedad, ha diseñado un plan de concienciación, para que el hombre haya cambiado su cultura machista, pudiendo ser la explicación más aproximada a los Feminicidios. El desfase del orgullo de macho alfa que de pronto ha visto su imperio de mando, orden y obediencia derrumbado sin haberse psicológicamente trabajado sus patrones del machismo que aun modela la sociedad.
Como colofón es razonable fijarnos en los modelos de noviazgos. Simplemente, ¨las niñas¨, quedan embarazadas de sus novios¨, -ahora no son ni maridos ni esposos- , sino amigos con derechos en sus cuerpos y nada más. Ocasionando que los abuelos y máxime, compensando su vejez asuman, generándose además, valores yuxtapuestos hasta propiciar que los muchachitos les críen las calles, y las bandas juveniles terminan asumiéndolos como expresión de una rebeldía, producto del desorden de la familia, la sociedad y la desprotección del estado.