Reestableciendo el poder: Ramón Cáceres (1905- 1911)
A su muerte, Ulises Heureaux dejó al país en una inestabilidad política y económica que trajo como consecuencia el retorno del poder caudillista y la disputa bipartidista, esta vez de la mano de Juan Isidro Jimenes y Horacio Vásquez. Ramón Cáceres y Horacio Vásquez son los integrantes más reconocidos del atentado que terminó con la vida y dictadura de Ulises Heureaux un 26 de julio del 1899. El primero era propietario de grandes terrenos productores de cacao y sus familiares afirman que era recuero, oficio de importancia en aquel entonces[1]. Por otra parte, Horacio Vásquez era un comerciante que tenía negocios con la Casa Moya, una de las más reconocidas en aquel entonces. Los dos serían presidentes, siendo asesinado Ramón Cáceres (1911) mientras Horacio Vásquez estaba en el exilio y esperaba la oportunidad de volver a tener protagonismo en la política nacional.
Antecedentes del gobierno de Cáceres
Después del gobierno dictatorial de Lilís, siguió una etapa de sucesión caudillista. Los periodos presidenciales más extensos, hasta la llegada de Cáceres, serían: primero, el de Juan Isidro Jimenes desde el 1899 hasta el 1902, cuando Horacio Vásquez le da un golpe de Estado e inicia el bipartidismo político entre bolos y coludos; el segundo sería el de Carlos Morales Languasco desde el 1903 hasta el 1905, año en el que se va al exilio tras fracasar al querer darse un golpe de Estado a sí mismo para justificar el apresamiento de los demás líderes políticos que representaban importantes liderazgos de oposición y perpetuarse en el poder. Durante el gobierno del ex gobernador de Puerto Plata, Carlos Morales Languasco, Estados Unidos llegó a desplazar totalmente el poder europeo presente en la isla. Su gobierno estuvo apoyado por los estadounidenses y en su mandato se firmarían tres acuerdos esencialmente imperialistas: Convención del 1903, la Laudo Arbitral (1904) y el Modus Vivendi o Convención del 1905.
Ramón Cáceres fue vicepresidente del gobierno de Carlos Morales Languasco y es desde esa posición que su persona va tomando el peso político que sería necesario para quedarse con la presidencia en el 1906. Para llegar al poder, Languasco hizo dos alianzas: la primera con los horacistas y jimenistas para derrocar a Woss y Gil que era lilicista, y luego, hizo alianzas con los coludos para mantener a los jimenistas fuera del poder. Es por esto que Ramón Cáceres, primo de Horacio Vásquez, se quedaría con la vicepresidencia como parte de la alianza llevada a cabo. Todo eso con un trasfondo de disputas constantes que llevaron por nombre la ¨Guerra de la Desunión¨. Languasco tendría grandes problemas tras ganar dicha guerra debido al apoyo constante que recibía de los Estados Unidos y al apoyo con exoneración de impuestos que daba a los inversionistas estadounidenses, quienes ya para 1925 eran propietarios del 62% de la producción azucarera del país[2].
Desarrollo de un gobierno autoritario
Al igual que Ulises Heureaux, Cáceres tenía como objetivo principal la modernización del Estado dominicano ya que era la exigencia del capitalismo naciente en el país. Aunque el gobierno de Ramón Cáceres no se caracteriza por despilfarrar el dinero como lo hizo Lilís, si tienen la misma meta social y política: hacer carreteras, ferrocarriles y aumentar la producción azucarera para llegar al progreso que mantendría el bienestar económico de las clases dominantes. Pero dicha tarea tenía sus dificultades ya que los caudillos que le precedieron seguían luchando por retornar al poder. Tal es el caso de Juan Isidro Jimenes, Desiderio Arias y el mismo Horacio Vásquez, aunque se haya distanciado para no verse involucrado en los males que le pudieran pasar a su pariente.
Esto fue un desafío superado en cierta medida ya que, como es sabido, Cáceres creó la Guardia Republicana e inició una persecución sangrienta que terminó debilitando totalmente las manifestaciones caudillistas del momento. Dicho modo de proceder caracterizará su gobierno y se le llegará a llamar dictador. Sus familiares y seguidores, no aceptan dichas afirmaciones, aunque en una entrevista a sus dos hijas Remigia e Idalia, dijeran estas afirmaciones: ¨Él era un hombre fuerte y autoritario, pero eso era lo que el país necesitaba…Subordinaba la libertad al orden, había que respetar la ley y ejerció su autoridad frente a todos, incluyendo amigos y familiares[3]¨.
Convención de 1907 y caída del gobierno autoritario
Las deudas contraídas desde la estafa Harmont hasta los últimos préstamos y emisión de bonos de la San Domingo Improvement Company, no habían podido saldarse debido a la inestabilidad y mal manejo político y económico de los gobiernos anteriores. Cáceres aceptó firmar, junto a funcionarios nacionalistas de su gobierno como es el caso de Emiliano Tejera, la Convención del 1907 con Estados Unidos. Dicho acuerdo consistía en dar un préstamo de 20 millones de dólares para saldar la deuda de 17 millones que tenía y construir obras de modernización del Estado con los tres millones restantes. Dicho acuerdo representaba beneficios para el gobierno de turno y para los Estados Unidos que ya se quedaba con el control absoluto de la economía nacional.
Cáceres necesitaba el apoyo de los Estados Unidos para mantenerse en el poder porque dicho gobierno le garantizaba protección e inversiones de estadounidenses en los ingenios azucareros. Pero esto generó una crisis debido a la repetida situación en la que el grupo de la burguesía que ha sido desplazada por la nueva política (Cáceres cambió de puestos políticos a los que eran partidarios del caudillismo y los puso en posiciones no importantes[4]) reclama que eso no es patriótico y que se debe cuidar el interés nacional. Horacio Vásquez publicó varias cartas en distintos periódicos nacionales donde afirmó: ¨Siempre creí malos esos contratos, aún con las atinadas modificaciones que usted propuso. Mi opinión como usted ve es completamente radical, porque no me merece ninguna confianza la buena fe del Gobierno americano[5]¨.
Con esa política entreguista y autoritaria con el objetivo de mantener la estabilidad económica que desarrollara el capitalismo, Cáceres ganó enemigos como el general Luis Tejera, joven nacionalista que había sido desplazado de su posición de poder y buscaba el restablecimiento de la burguesía criolla desplazada de la cual él formaba parte como general del Ejército e hijo del Ministro de Relaciones Exteriores e historiador, Emiliano Tejera.
[1] A.M. Lora. Memorias del siglo. Santo Domingo, Editorial Universitaria Bonó, Ediciones MCS, 2018, p. 220
[2] R. Cassá. Historia social y económica de la República Dominicana, Santo Domingo, Alfa y Omega, pp. 135-136
[3] A.M. Lora. Memorias del siglo. Santo Domingo, Editorial Universitaria Bonó, Ediciones MCS, 2018, p. 221
[4] E. D. Tillman. Dollar diplomacy by forcé. The University of North Carolina, 2016, p.50
[5] Archivo General de la Nación. Correspondencia Cursada entre Horacio Vásquez y Mariana Cestero, Santo Domingo, 1907.