La realidad siempre se impone. Si no hoy, entonces mañana. Las políticas que responden a la realidad,  terminan siendo asumidas cuando aparecen las coyunturas adecuadas.  Lo dijo Carlos Marx  en una de sus tesis sobre Feuerbach, “es en la práctica donde los seres humanos deben demostrar la verdad de su pensamiento”.

En calles y plazas de todos los municipios del país se ha estado expresando la unidad contra el PLD y la Junta Central Electoral,  de todos los sectores políticos de la oposición, los independientes, y hasta de  los que habían sido indiferentes   al proceso electoral.   ¡Todos a una!  Contra el blanco principal; todas las banderas y todos los sentimientos de la oposición  contra el gobierno  de turno.

El boicot  develado  a las elecciones  municipales del pasado 16 de febrero, ha puesto a más de medio país de pies, apuntando a quien se supone con toda razón que es el responsable.  Ese es el tema, y cualquiera que sea la arista o la motivación desde la cual se lo mire, es el tema central, electoral.

Hay que sacar las enseñanzas de lo que ha ocurrido y ocurre,  para orientar bien el movimiento y obtener los mejores resultados posibles. La coyuntura sigue siendo electoral y tiene  todo para  desembocar en elecciones.  El 15 de marzo está previsto se realicen las municipales, y hay que procurar los mejores resultados en esta fase del proceso, que continuará hasta mayo del año en curso con las legislativas y presidenciales.

Desde 2016 se ha venido reclamando la unidad más amplía para derrotar al PLD – Gobierno. En ese año no se hizo la unidad reclamada y ese partido se impuso mediante recursos fraudulentos que hoy se ven más claros. La oposición que no se unió para evitar esa imposición se unió para protestar contra el "palo dao";  y todos nos vimos, juntos entonces, como ahora,  frente a la Junta Central Electoral, protestando la complicidad de esta con el partido de gobierno.

Vale recordar las experiencias. Pero para aprender de las mismas. Porque de las  experiencias generalizan los conocimientos,  y estos son válidos si ayudan a prever o resolver problemas.

Ya lo hemos dicho antes por Acento, desde 1978 hemos resistido la política de unidad amplia para derrotar al gobierno de turno y, comprobada la extorsión de cada vez, entonces tomamos todos juntos las calles para defender la voluntad popular.  Siempre nos hemos unido después.

Ahora, aunque se ha avanzado bastante en la práctica de la unidad más amplía para poder derrotar a los candidatos oficialistas,  ha debido ocurrir la trastada del 16 de febrero,  para que toda la oposición, con banderas o sin banderas, aunque se diga que "No reburujada", concurra unida a las calles y plazas a golpear sobre el mismo blanco.

También se ha dicho mucho que la actual coyuntura electoral  es la más compleja desde 1962;  de hecho, nunca se había visto una suspensión de elecciones ni antes de después de convocadas, ni en curso de estas;  y para incidir en la misma, hay que estar dentro y atento a todo.

Sobre todo, hay que saber leerla, para, como recomendara el viejo  Mao Tse tung, "actuar con ventaja,  con razón y sin sobrepasarnos".   Y  más, para  saber qué se quiere y con qué se cuenta para lograr lo que se quiere.

Las coyunturas son una oportunidad para algo, lo posible del momento.  Esta es todavía  electoral. Y se mueve. Tiene la singularidad de que las masas populares,  muchos jóvenes especialmente, toman plazas y calles en todo el país, en una forma de unidad amplia, como lo fue Marcha Verde y la lucha por el 4%, con otros propósitos y circunstancias. En lo que ocurre hoy está el sentir de estos dos movimientos, pero expresado en lo electoral. Es clave para un político, de izquierda, pero también de derecha, leer bien los matices de las coyunturas y cómo esos se transforman en otros.

De momento, lo que ocurre en la coyuntura en curso  es importante para reclamar elecciones limpias y propuestas políticas democráticas avanzadas.  Hay que estar  dentro de la misma, atentos y  leyendo bien lo que ocurra.