“Escribir y componer ha sido como una terapia de choque cuando sucede un episodio inesperado en la familia, en el país, en mi vida… de ahí nacen mis canciones. Siempre trato de esperar que suceda algo”. Así comenzó Fonseca a conquistar el público durante el conversatorio “Entre la música y la literatura” que sostuvo con su amigo, el conocido y prestigioso escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, autor de la novela “El ruido de las cosas al caer”. Esa charla fue parte del programa de uno de los festivales de literatura más importantes de Hispanoamérica, conocido como Hay Festival de Cartagena de Indias.
Siempre ha habido una relación intrínseca y cercana entre la música y la literatura, especialmente cuando las palabras se hacen armónicas y la música se convierte en poesía. Justamente así sucedió ese “algo” que Fonseca siempre espera para componer una canción, porque a través de ellas cuenta su vida y sus cosas personales.
Por su parte, Juan Gabriel Vásquez es un escritor riguroso, estricto con la métrica y los versos perfectos, pero sin olvidar el ritmo y entonación de los textos, o, para decirlo de otro modo, tomando en cuenta, como él dice, “la musicalización de las palabras”.
Fonseca, en cambio, es compositor y autor de letras que ha llevado a casi todo el mundo la alegría y la nostalgia a través de hermosos temas con ritmos de vallenatos y baladas. Ellos dos, ficción y rima, lenguaje y música, melodía y decasílabos, decidieron escribir una canción.
Según las propias palabras de Juan Fernando Fonseca y Juan Gabriel Vásquez, no fue un proceso fácil, más bien fue bastante difícil. No es lo mismo el mundo de la música y el mundo de los libros. La creación literaria y la creación musical son dos universos distintos, aunque igualmente creativos, en los que no solo la disciplina aporta a esa necesidad de escribir, liberar las palabras y expresar sentimientos; también las emociones, la euforia, la angustia sugieren el camino de la creación sin que estas experiencias corran el riesgo de que se pierdan, de que se olviden.
A pesar de los desacuerdos entre ambos, siguieron adelante su aventura. Hubo negociaciones de palabras, estrofas, acordes y cadencias. “Me di cuenta que una canción no puede ser leída, de la misma forma que una novela no puede ser cantada”, dice Juan Gabriel. En este caso lo importante de esta composición conjunta es que el tema tenga un registro y un ritmo, porque escribir no es más que encontrar un registro determinado y la buena literatura, las buenas letras, la buena música, tiene siempre un registro.
Ese escritor de ficción y ese autor popular de letras lograron componer “Y tu”, escrita por Juan Gabriel Vásquez, escritor vasto, quien pasó de escribir más de quinientas páginas de una novela galardonada internacionalmente a componer cuatro estrofas de una de las más bellas canciones escritas en español en tiempos recientes.
Al mismo tiempo Fonseca pudo encontrar el lenguaje perfecto, pudo “hacerle la vuelta”, como bien dice él, a las palabras para que encajaran de manera impecable en la canción. Fue, además, quien se olvidó de los octosílabos para encontrar el ritmo acorde y melódico porque su compromiso con el uso del lenguaje es indispensable y esencial, pero especialmente porque la literatura siempre tiene musicalidad, como estas letras:
Amor óyeme bien
algo que nunca me has oído
quiero darte un verso herido
sin palabras profanas
quiero guardar el silbido
del aire que se mueve.
Cuando pasas sin mirar
sintiéndote en la oscuridad
donde te encuentro al despertar
donde el sueño se hace realidad
Y tu…
Eres mi memoria y yo soy el olvido
donde el tiempo pasa y tu no estas
tu eres la cuartada y yo soy el delito
Y tu… Cada año que sumas
es medalla en esta guerra sabia
y tu… Yo no se cómo era el ruido
de este mundo cuando tú no estabas
Amor óyeme bien
algo que nunca me has oído
quiero darte un verso herido
sin palabras profanas, quiero decir
Y tu que sanas
todo lo que llevo adentro
quiero que traigas tus ganas
de sanar mi cuerpo yermo
de sanar mi mundo enfermo
Y tu…
Eres mi memoria y yo soy el olvido
donde el tiempo pasa y tu no estas
tu eres la cuartada y yo soy el delito
Y tu… Cada año que sumas
es medalla en esta guerra sabía
y tu… Yo no se como era el ruido
de este mundo cuando tu no estabas