Luego de visitar este domingo varios amigos y amigas en barrios de la ciudad de Santo Domingo donde habitan grandes conglomerados de la población dominicana: Cuántas familias disfuncionales, cuántas fricciones y problemáticas personales, cuántos chismes, cuánto llevarle la vida a otros, cuánta frustración y violencia vertida y contenida. Cuántas patologías mentales en rangos cercanos a la "normalidad". Cuántas personas por metro cuadrado de vivienda, cuántas por habitaciones de dormir, cuánta promiscuidad. Cuánta búsqueda del deleite y el placer corporal, cuántas niñas que ya aprenden a hacer vibrar sus "chapas" para que sus futuros "papis" las aprecien y disfruten. Cuánta vida en la calle, cuántos niños y niñas "formándose" en las aceras con baja supervisión e indiferencia de los padres.

Cuánto predominio de los medios de comunicación, cuánta fascinación y subyugación mediática. Cuánto ruido proveniente de voces, gritos y radios cacofónicos en aceras, esquinas y colmadones. Cuántos hoyos y desechos en las calles. Cuánta búsqueda de la existencia, cuántos pequeños comercios en mal estado, cuántos proyectos abortados y quebrados, cuántas bancas de apuestas. Cuánta gente cargando agua de llaves comunitarias , cuántas horas diarias de apagones. Cuántas comidas omitidas, cuántas insuficientes, cuánta ingesta excesiva de frituras, azucares, carbohidratos y harina blanca. Cuántos sanitarios comunes para varios hogares obstruidos y expeliendo aguas y excrementos donde niños juegan descalzos. Cuántas personas que tienen miedo a los delincuentes cuando llegan tarde y tienen que caminar desde donde los deja el transporte público hacia sus casas. Cuánta atención puesta en lo externo, en las formas, en los objetos, los desrrizados, el maquillaje y el tener material. Cuántos inconvenientes para el silencio interior y la introspección personal. Cuánta dificultad para el pensamiento crítico, abstracto y reflexivo.

Y uno se pregunta: ¿Algún día podremos levantar y echar andar realmente este país?¿Cuántos años se requieren para producir un verdadero cambio cultural, material y de valores, siempre y cuando se inicie un trabajo consciente y efectivo en esa dirección?  El país no está fácil, hemos llegado demasiado lejos. Aquellos polvos dejados al descuido se han convertido en estos inmensos lodos. El deterioro es tan profundo y extenso que nos desborda y nos inmoviliza, haciéndonos sentir que no sabemos qué hacer realmente y por dónde empezar.