Esta semana, la atención mundial y principalmente de Latinoamérica estuvo concentrada en España, donde Mariano Rajoy asumió la presidencia, tras la contundente derrota de los socialistas. El líder del Partido Popular llega a tan alto cargo en un momento sumamente difícil para la nación Ibérica, caracterizado por un gran déficit fiscal, un desempleo que supera el 20 por ciento y con la angustia de ver cómo Alemania y Francia quieren trazar las pautas de la Unión Europea.
Estamos firmemente convencidos de que todo lo que suceda en España tendrá gran repercusión en América Latina, incluido nuestro país. Hay quienes estiman que en España viven alrededor de80.000 dominicanos, que mensual o esporádicamente envían remesas a sus familiares en la República Dominicana, pero que además contribuyen al desarrollo de la nación europea con su fuerza de trabajo. No en balde siempre se ha dicho que España es "nuestra madre Patria", a pesar de que derrotamos a sus tropas durante la guerra de la Restauración.
Rajoy ha prometido crear nuevos empleos, reducir el déficit fiscal y no tocar el régimen de pensiones, sino al contrario: examinar la posibilidad de aumentarlas. Otro reto que enfrentará Rajoy será las fuertes presiones de los mercados financieros sobre la deuda soberana de España en los últimos meses, que encarecen la financiación del país.
Esta grave situación obliga al presidente español a aplicar un plan de austeridad y más ajustes, lo que se veía venir.
Un dato sumamente interesante es que los españoles, en sentido general, están conscientes de que esos ajustes son necesarios para que España retome el liderazgo que siempre ha tenido en Europa.
En algunas partes del mundo, cuando los ciudadanos asumen esa postura, les llaman nacionalistas. Sin embargo, la realidad es que solamente a base de educación, de trabajo y de solidaridad, puede lograrse el desarrollo y el bienestar para beneficio de todos.
No es cuestión de antigüedad como país. Egipto, India y otras naciones del mundo árabe tienen más de tres milenios de existencia, y sin embargo son países pobres. Otros países, como Suiza, Canadá y Nueva Zelandia, que hace 150 años eran inexpresivos, hoy son países ricos.
Japón, que tiene un 80 por ciento de terreno montañoso inadecuado para la agricultura y la ganadería, es la segunda potencia industrializada del mundo.
Suiza, para citar un ejemplo, no produce cacao, pero fabrica los mejores dulces de chocolate del mundo, pero además los mejores lácteos. Ese país es un ejemplo de trabajo, orden y seguridad en todo el Planeta.
España y las naciones antes citadas, son un espejo en el que deberíamos mirarnos, no solamente para ver el reflejo de nuestros hermosos recursos naturales y la hospitalidad de nuestros ciudadanos, sino para asimilar los factores que los han encaminado por la ruta del progreso.