La gestión de los espacios públicos municipales corresponde a los ayuntamientos como una competencia propia y exclusiva de estos según el artículo 19 de la ley núm. 176-07, sobre el Distrito Nacional y los municipios. Por espacios públicos debe entenderse como bienes de dominio público de tipo demanial, es decir, de uso general y para el disfrute colectivo.
Las aceras, caminos y calles son la concreción más ilustrativa del espacio público, cuyo mantenimiento, regulación y gestión también están a cargo de los gobiernos locales. Pero también dentro de este concepto de espacio público se encuentran los parques, las plazas, jardines y áreas verdes que adornas los centros urbanos.
Estos espacios públicos y su gestión tienen una notoria incidencia en la esfera de derechos de las personas y por supuesto en el bienestar de la gente. El ejercicio efectivo de derechos como el de la movilidad, la libertad de tránsito, la libertad de expresión, a un medioambiente sano, al fomento y promoción de la cultura y el arte, así como al deporte y la recreación, todos derechos fundamentales previstos conforme al catálogo abierto de nuestra Constitución, dependen en gran medida de una gestión adecuada de los espacios públicos por parte de los ayuntamientos.
En el caso particular de Santo Domingo, la tímida política de recuperación de los espacios públicos, como el Malecón o el Monumento de Fray Antonio Montesinos, deja claro que lejos de las personas no utilizar estos espacios, realmente son muy concurridos y utilizados para toda clase de eventos y actividades.
Los parques miradores esparcidos en todo el Gran Santo Domingo son también otra muestra del uso habitual y concurrido que la gente da a estos espacios, imprescindibles para fomentar el desarrollo integral de las personas, garantizar el ejercicio de sus derechos y generar bienestar.
Las gestiones municipales deben fomentar el uso de estos espacios públicos para generar dinámicas urbanas que apunten a la concienciación y conexión de las personas con su entorno, además de promover una vida sana como parte del compromiso del Estado de garantizar el derecho al deporte y la recreación en términos de políticas de salud pública.
Por ello para lograr que la ciudad sea el espacio de desarrollo integral y de ejercicio efectivo de los derechos fundamentales es imperativo el surgimiento de políticas locales que fomenten la creación de nuevos espacios públicos como lugares de encuentro común, de arraigo colectivo, que permitan generar bienestar social.
Las próximas gestiones municipales deben elaborar políticas públicas que no solamente estén encaminadas a una buena gestión del espacio público y su recuperación, sino que sean tendentes a crear y fomentar nuevos espacios, sean estos parques, plazas o áreas verdes para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas dada la hostilidad de los centros urbanos y sus pocos espacios públicos debidamente gestionados.