Acaba de salir publicado que la OMS no ve que habrá “inmunidad de rebaño” para este 2021. El término no es engañoso. Está clarísimo como una copa de champagne o como el oleaje en plena llegada de las ballenas. Esa otra noticia fue obtenida por Instagram, pero de seguro otros medios la han cronometrado. Año tras año, las ballenas jorobadas llegan a nuestras costas, precisamente a Samaná a estar allí, en aguas más calurosas. Hay pequeños viajes de yolas que ganan su dinero mirando las ballenas en el mar, algo que está regulado por la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Esta temporada finaliza en marzo. Las ballenas se irán y la vacuna llegará, podemos decir ahora.    

El anuncio de la OMS llega en un momento en que mucha gente pensó que esto terminaría en este año. La noticia de la llegada de las vacunas, hacía vislumbrar un final feliz. Otra noticia nos dice que hay investigadores que irán a China –que ya están en China–, para una investigación sobre el origen de la pandemia. Investigarán lo que tengan que investigar: todo el mundo sabe que se desataron varias teorías conspiranóicas que hablaban de un laboratorio chino donde el virus fue programado para que saliera a “infectar al mundo”. Nos dicen que hay hilos que son manejados por una cúpula que trabaja en las sombras. Tienen un plan para la humanidad. Quieren manipular a cada ciudadano. Y para eso la tecnología es una herramienta. Sin embargo, parece que el microchip ha sido olvidado, en las primeras semanas de vacunación. La gente no huirá de la vacuna. Y nuestro genoma no será cambiado. No habrá microchip insertado en nuestras venas.

El término “inmunidad de rebaño” es interesante. Nos dice que una vez sea inmune un grupo de ciudadanos, –podemos hablar de millones–, es de entender que la tasa de contagio disminuya. Una especialista en el tema de la OMS habla que no se trata de unos cuantos millones de vacunados sino miles de millones de vacunas en todo el mundo. Debemos estar preparados para nuevas teorías conspiranóicas que son el pan nuestro de cada día, así como las fake news que, por suerte, no suelen durar mucho tiempo. Una persona cercana a mí me comentaba que la humanidad es mucha gente. Vacunar a toda la humanidad es una tarea que no encontraremos muy a menudo en nuestros libros. Como sabemos, las vacunaciones ya han empezado y aunque nos ha ido bien, algunos hablan de algunas alergias, una reducidísima población.

Es tan poca la parte de la población que ha tenido alergias que muchos inmunólogos no le dan importancia estadística. Pero queremos saberlo todo. Nos llegan informaciones de todas partes. Los diarios se llenan día a día con información, pero algo si tenemos claro: los dominicanos seremos vacunados en pocos días, en el mes de marzo. Se hacía pública la noticia de la llegada de la vacuna Pfizer para nuestros cuerpos médicos, pero todavía no se sabe si ya comenzaron a vacunar. Lo que sí es cierto es que algunos se preguntan si otras vacunas vendrán al país, lo que es un dato que no podemos definir porque se trata de una información no suministrada por las autoridades. Como se sabe, nuestra vacuna es la AstraZeneca de Oxford, y debemos esperarla. No es mucho tiempo, dos meses. En otros países, los vacunados –solo unos pocos–, hablan de dolores de cabeza en el tiempo post-vacuna. Y eso muestra que no hay riesgo en vacunarte. Hay países que están haciendo el proceso con intensa velocidad.

Algunos piensan que las teorías de conspiración son entretenidas. Creo que es una manera relajada de mirar el problema. Es cierto también que si hacemos una encuesta para entender la cantidad de la población que espía las noticias de Salud Pública, puede decirse que los espectadores se han reducido. Como decía la inmunóloga de la OMS, las medidas siguen siendo las mismas: mascarillas, distanciamiento y toque de queda.