Se argumenta que no está del todo claro cuál es la misión de ciertos funcionarios en Dominicana. Esta vez le digo Dominicana al país, y mucha gente dirá que está de moda. De esta misma manera, otros –en el extranjero, ciertamente– les gusta decir Dominicana “pelao”, y se prefiere olvidar un poco la palabra República.
Está claro que desde 1844 somos una República, una palabra que no debe ser dejada de lado cuando un turista compra su billete y viene a nuestro país que, en el eslogan de la Secretaria de Estado de Turismo, –y apegados a la verdad– “Lo tiene todo”. Los hacedores de la Independencia sabían que luchaban por una República –lo sabían Duarte y los febreristas– y la palabra Res Pública, lo dice todo: cosa pública, cosa oficial en Latín.
Aquí la gente se entusiasma con el béisbol como no sucede en otras partes, pero cuidado: los norteamericanos –herederos de Abner Doubleday, Mickey Mantle y Baby Ruth– son la tierra donde el pasatiempo se vive con mayor intensidad. El poeta español García Lorca, dijo las notorias palabras: “los Estados Unidos pasarán a la historia por tres grandes inventos: el jazz, los cocktails y el béisbol”. No es nada misterioso lo que encierra la frase sino algo bastante comprobable en las ciudades norteamericanas. Uno se pregunta cuáles son las cosas que caracterizan el país de Duarte.
Se puede decir –lo han dicho otros antes que yo– que el pueblo dominicano es un pueblo “bullanguero”. La palabra es un poco denostativa y creeríamos que solo la conocemos nosotros. De entrada puede creerse que no está en la RAE, pero no puede decirse que sea únicamente nuestra, lo que indicaría que está en conocimiento y uso de extranjeros.
El eslogan “Lo tiene todo” no deja lugar a dudas: playa, montaña, pueblos, ciudades, riqueza, pobreza, y políticos de toda índole. Eso de ser “bullanguero” quizás tiene que ver con el asunto de la música que se escuchaba en nuestros campos. Me refiero al merengue que se bailaba antes y a la mangulina y el carabiné, pero esto me lo indicará algún folklorista. La palabra bulla –sonido, ruido, algarabía– es la primera parte de bullanguero, y podríamos definirla como que hace bulla, y se entiende el uso de instrumentos para hacerla: maraca, guira y tambora. El merengue inicial incluía guitarra.
Otro aspecto que podría decirse que tienen los dominicanos es su larga paciencia con una clase política que al parecer se adueñó del futuro y de los planes de todo, en un contrato de exclusividad –postulaciones y repostulaciones– que sabrá Dios quién se los dio, si fue Isabel de Tudor, Darth Vader, o el mismo hijo suyo, Luke Skywalker.
Los estudiosos del tema de la música y la bullanga (algunos agregan el acordeón íntimamente español) no nos dejarán mentir: en los campos dominicanos se le componía al jefe una gran cantidad de merengues que debe conservar algún amante de la música autóctona. Me dicen que sí, que está en la RAE, y que bullanguero quiere decir que hace bullanga, “que gusta mucho de fiestas y sitios animados donde hay mucha gente”.