Los recursos del 4% asignado por ley a la educación, constituye una luz de esperanza para superar las deficiencias y baja calidad de la enseñanza pública del país. Aunque el gobierno ya no alardea con la promesa de construir 30 mil aulas en el cuatrienio 2012-2016, al menos se aprovecha la política de varilla y cemento, en dicho sector educativo.

Las construcciones de salones para reducir el déficit de aulas escolares, representan una oportunidad para los gobernantes que como Danilo Medina, que tiene dicho sector como su “buque insignia”, el cual no deja de llamar la atención del pueblo debido a los actos de corrupción frecuentemente denunciados pero no perseguidos. Además, las escuelas construidas y en construcción, representa un reto en términos de seguridad pública, frente a la naturaleza de la Isla Hispaniola, cuya máxima expresión catastrófica, se manifestó con el sismo del vecino Haití del 13 de enero del 2010, el cual debe estar más presente en las autoridades planificadoras, que en el común ciudadano. Dado que para los terremotos, nunca se está bien preparado y/o equipados, pero si es posible con los conocimientos del presente, reducir el impacto negativo ocasionado por dichos eventos.

En la actualidad, se debate la construcción o no de una escuela en la rivera del Río Ozama, bajo la justificada premisa de ser necesaria en dicho sector. Sin embargo, los intereses económicos envueltos en dicha obra educativa, han presentado los argumentos menos consistentes en comparación con los que la ciencia y el sentido común aconseja -verbigracia que la naturaleza no se desafía-. Varias han sido las advertencias de la Sociedad Dominicana de Sismología, el Colegio Dominicano de Ingenieros y Arquitectos (CODIA) y de otros profesionales especializados en dicha temática, para que se construyan aulas sismorresistentes, incorporando los Códigos Sísmicos, afin de prevenir lo prevenible, en base a una certeza científica que no nos exonera de un evento geotérmico (terremoto) con dimensiones devastadoras o catastróficas y sin que dicha preocupación tenga carácter alarmista.

Temprano en la Administración del presidente Danilo Medina, sugerimos que las nuevas aulas debían construirse sismorresistentes en nuestro Articulo titulado: Las nuevas aulas deben ser sismo-resistentes…Acento.com.do de fecha 12/12/12

…”queremos llamar la atención del Ministerio de Obras Públicas así como La Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructuras y Edificaciones (ONESVIE), para que, reconociendo la alta vulnerabilidad sísmica del país, que en la construcción de las nuevas aulas se apliquen los códigos sísmicos establecidos para prevenir desastres potenciales, tal como sucedió el 22 de septiembre del 2003, cuando la mayoría de las escuelas públicas colapsaron.  Por suerte, este sismo ocurrió en horas de la madrugada, por lo que no hubo víctimas fatales por encontrarse desocupadas, contrario al terremoto de Haití el 13 de enero del 2010.  Siempre será mejor prevenir que lamentar”.

En esta oportunidad, reiteramos los términos de dicho artículo, apelando a la sensatez y buen juicio de las autoridades para que no sigan contribuyendo a la construcción de la vulnerabilidad, dejando sin efecto la construcción de dicha obra porque nada puede ser superior al interés de prevenir una catástrofe en dicho lugar, que genere pérdidas de vidas y daños materiales. En adición, deben revisar las riadas del Río Ozama o simplemente chequear las fotos/videos/ reportajes de la prensa del Huracán George del 22/9/98. Señores, la naturaleza, no se desafía!!!