El populismo contiene en su esencia el germen de la destrucción del sistema democrático auténtico; pero en la democracia liberal no se puede prohibir ni coartar una forma no violenta de hacer política. Pues la democracia auténtica garantiza “espacio para perspectivas diferentes y para opciones políticas substitutivas”, y no puede excluir ni a los anarquistas, ni a los fundamentalistas, ni a los populistas, siempre que obren pacíficamente. El populismo, en cambio, “puede convivir con la democracia representativa; lo que no tolera es el pluralismo político y la idea de oposición legítima”, pues dice representar “al pueblo”, según Jan-Werner Mueller. A la larga el populista- con su monopolio de la verdad en nombre del “pueblo” que dice representar exclusivamente- procura la destrucción de la esencia democrática liberal, que implica tolerancia, pluralidad y dialéctica, conservando los ritos de la democracia representativa.

Es más, el populismo prospera actualmente en muchas democracias representativas, incluso algunas de sólida tradición e instituciones arraigadas, y ni hablar en naciones con incipientes democracias en contextos de culturas caudillistas. La democracia liberal no parece tener un antídoto natural para contrarrestar la proliferación de movimientos populistas que se aprovechan tanto de las derechas como de las izquierdas que se sienten excluidas. La única manera de escudarse del populismo, es preparar a los ciudadanos para resistir la tentación de ceder al canto de sirena de los populistas. Sin una participación intensiva y sostenida de los ciudadanos en la vida política de la nación, no hay línea de defensa contra el populismo.

¿Estamos entonces condenados- para no traicionar los ideales de la democracia liberal- a permitir que el populismo imponga la autocracia en nombre del “pueblo”?

Sin duda la situación de muchas democracias es de pronóstico reservado y requiere de urgente intervención. Lo que es seguro es que debemos trabajar para evitar que en el futuro los líderes populistas puedan secuestrar la democracia, armados ahora con el creciente poder de la tecnología para amplificar sus tentadoras promesas al electorado desafecto. Sin dudas la educación ciudadana es un escudo eficaz para eludir el canto de sirena del populismo. No es un camino fácil ni corto, tampoco es la panacea, pero la formación cívica es una aliada segura para crear los anticuerpos necesarios para proteger la democracia del populismo agresor. Así lo confirma el politólogo, Jan-Werner Mueller, al escribir en referencia al dilema de la democracia liberal ante el embate del populismo:

Sin dudas, más y mejor educación ciudadana también ayudaría. La formación cívica  ha venido declinando durante décadas, porque no encaja cómodamente en programas curriculares que dependen primordialmente de pruebas estandarizadas.  La formación en ciudadanía también requiere de mucho tiempo y por tanto compite con materias que lucen más prácticas en el corto plazo, en el sentido de que se entiende que contribuyen más directamente al éxito económico. La educación es crucial para ayudar a los jóvenes a manejar sus desavenencias y reconocer a otros ciudadanos como oponentes legítimos en las contiendas democráticas. Las diferencias culturales no desaparecerán y no deben desaparecer, pero si la gente ha aprendido a convivir con ellas, los populistas no tendrán éxito en utilizar esas diferencias como armas políticas.

Si queremos prevenir y escudarnos del embate del populismo, debemos asegurar a la educación ciudadana un lugar prominente en nuestros programas y espacios educativos. También debemos propiciar masivas campañas de comunicación por todos los medios para fomentar la participación proactiva de la ciudadanía en el quehacer democrático, no solo en los procesos electorales. No hacerlo es allanarle el paso al populismo para que destruya la auténtica democracia. Nos incumbe a todos los ciudadanos comprometidos el hacer ingentes esfuerzos por insertar la formación ciudadana en el mismo corazón de nuestros programas curriculares en todos los niveles educativos y en el contenido programático de nuestros medios de comunicación para fortalecer la auténtica democracia para todos.

Lecturas:

¿Qué significa exactamente el término populismo, que se usa tanto para describir a Donald Trump como al fallecido Hugo Chávez?

http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-43329141

https://www.project-syndicate.org/commentary/jan-werner-mueller-examines-the-underpinnings-of-the-new-turkish-president-s-political-staying-power/spanish

https://www.project-syndicate.org/commentary/jan-werner-muelleron-the-dilemmas-of-democratic-self-defense/spanish

https://www.project-syndicate.org/commentary/structural-causes-of-populist-success-by-jan-werner-mueller-2018-03

The Dangers of Populism – Interview with Jan-Werner Müller https://www.youtube.com/watch?v=ahtvsNU2bkk

https://www.project-syndicate.org/commentary/nicolas-maduro-and-the-essence-of-populism-by-jan-werner-mueller/spanish

https://www.haaretz.com/us-news/.premium.MAGAZINE-the-real-danger-posed-by-populist-leaders-like-trump-and-netanyahu-1.5445180

https://www.project-syndicate.org/commentary/disavow-neoliberalism-to-combat-populism-by-dani-rodrik-2017-11/spanish

http://www.europapress.es/sociedad/educacion-00468/noticia-ministros-educacion-ue-apuestan-ensenar-valores-europeos-escuelas-combatir-populismo-20180125164930.html