Cuando decidí estudiar medicina, nunca pensé que iba a ser reumatóloga. Era como la mayoría, que en los inicios, les apasiona especialidades por la idea de lo que pueden ser, por lo imponente de los nombres, o por la imagen vendida en la televisión gringa de lo que es la vida del especialista. Cirugía cardiovascular, cirugía plástica y reconstructiva,, neurocirugía, son de las más llamativas para ese aspirante a médico ignorante, que no tiene ni idea de lo que le tiene preparado el futuro.
El cambio de preferencias es algo seguro durante esos años de aprendizaje. En mi caso, pasé de cirujana plástica a psiquiatra, y acabé la universidad queriendo ser oftalmóloga. En ello pueden influir muchos factores: la aceptación del entorno en esa nueva decisión, la imagen del profesor universitario y su éxito profesional, lo agradable que pueda ser la lectura de esa materia en específico, y no menos importante, la experiencia vivida en la precaria práctica clínica del estudiante.
Al irme a España para preparar el examen MIR de residencias médicas, todavía tenía absoluto convencimiento que iba a ser oftalmóloga. Sin embargo, durante mi estadía en Oviedo, con el estudio a fondo de todas las materias de la carrera, llenando lagunas que en la universidad habían quedado, me fui enamorando en contra de mi voluntad de varias especialidades clínicas, decidiendo al final la reumatología.
Y con esto, llego al objetivo de este escrito, hablar sobre la reumatología, qué es, las enfermedades más frecuentes y que aquejan a tantas personas, tratamientos farmacológicos y terapias físicas, y el pronóstico de esas enfermedades, que en su mayoría provocan un miedo basado en el desconocimiento y la falta de orientación por parte del mismo cuerpo médico.
Pero, ¿de qué se ocupa la reumatología? Muchas personas creen que reumatismo son esos dolores vagos e imprecisos, transitorios y que se relacionan con los cambios climáticos. Otros muchos piensan que artritis o artrosis, son enfermedades diferentes del reumatismo. Es decir, existe un grado importante de confusión respecto al objeto de la especialidad, y esta confusión alcanza con frecuencia a los propios profesionales de la medicina. La Reumatología se puede definir como la especialidad médica que se ocupa de los trastornos y enfermedades del aparato locomotor, específicamente huesos, músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, así como enfermedades de tejido conectivo o las llamadas autoinmunes. Es, por ello, una especialidad muy amplia y se cita que se ocupa de casi 200 enfermedades.
La reumatología estudia estas enfermedades desde el punto de vista de diagnóstico, la evaluación clínica, el establecimiento del pronóstico, junto con la indicación y aplicación de los diferentes tratamientos farmacológicos y el seguimiento adecuado de los mismos. Existen otras especialidades que tienen también por objeto las enfermedades del aparato locomotor, y con ellas la reumatología ha de converger y establecer colaboración. Estas especialidades son la Cirugía Ortopédica, que contempla las enfermedades desde una visión quirúrgica, y la Medicina Física y de Rehabilitación que lo hace desde una perspectiva de tratamientos físicos y de recuperación funcional de los pacientes.
En los albores de su nacimiento la reumatología poseía escasos recursos diagnósticos y terapéuticas no siempre eficientes. Todo ello ha sufrido un brusco cambio en los últimos años y actualmente dispone de sofisticadas técnicas diagnósticas antes impensables, así como tratamientos cada vez más resolutivos.
La especialidad tiene un devenir dinámico, siguiendo las transformaciones que han sufrido la sociedad y las enfermedades que la afectan. El envejecimiento social actual hace que haya aumentado su campo de acción en enfermedades como la artrosis o la osteoporosis. Nuevas entidades están aumentando su importancia en las sociedades desarrolladas, como la fibromialgia y el dolor crónico, sin dejar atrás la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico. A todas ellas, la reumatología tiene la obligación de responder, en aras de mantener la excelencia profesional y la mejor asistencia al enfermo.