¿En qué ayudaría al pensamiento dominicano y a la cultura académica dominicana un estudio sobre la esclavitud y la raza (1)? El racismo estructural silenciado en la sociedad dominicana obliga a volver la mirada al pasado y preguntarse por lo que somos y tenemos hoy como producto del sistema colonial. Desde un enfoque crítico, no necesariamente deconstructivo, se demanda una lectura de los remanentes sociales y culturales de la esclavitud en la sociedad dominicana actual.

¿Qué hechos del presente demandan un enfoque racial de la sociedad dominicana y un estudio interpretativo de los remanentes de la esclavitud en el país? Como testigo ocular y como lector de las redes sociales, en los que buena parte de la población joven y no tan joven interactúa, menciono a modo de muestra los siguientes:

  1. La dama blanca que va con la chica del servicio al supermercado. En más del 90% de los casos esta última es afrodescendiente. En las redes sociales la opinión se genera por la molestia que causa el uniforme y no por la situación racial de la relación patrón-obrero.
  2. Lo anterior se aplica también a la nana de los niños que es quien hace el turno en la consulta médica y, en no pocos casos, la que explica los síntomas del enfermo y no la madre.
  3. Es una verdad de Perogrullo que en los anuncios de solicitud de empleo cuando se requiere, además de la intachable conducta moral, el juicio estético de la “buena presencia” se refiere a la cercanía de la candidata con el canon blanco de belleza. Mientras más expuesto al público esté el puesto de trabajo, mayor será la exigencia de la proximidad de la candidata a la buena presencia en detrimento de sus competencias profesionales. En este sentido, se continúa de manera silente la práctica colonial del blanqueamiento. Aquí sigo sosteniendo que el remanente problemático del pelo bueno/pelo malo en nuestro imaginario colectivo obedece a una cuestión racial disfrazada de problema estético.
  4. La antigua división colonial de las “razas” generó una racialización del trabajo en las colonias cuyos remanentes se perciben hoy (cf. Consuelo Naranjo Orovio, edit, Esclavitud y diferencia racial en el Caribe Hispánico, España: Doce Calles, 2016). No pensemos que es pura casualidad o falta de voluntad el hecho de que en el país los motoconchistas, guachimanes, policías, guardias, mecánicos entre otros oficios esté dominado esencialmente por afrodescendientes. Recordemos los antiguos “oficios de negros” y, posteriormente, los que sí y no podían ejercer los negros libres o los mulatos en la llamada escala social de la vida pública. Revise los fenotipos de los presidentes dominicanos y mírelos bajo esta clave.
  5. En un tono más trágico, revise los rostros de los sectores pobres y el imaginario que se ha construido en torno a “los del barrio”. Entre a una cárcel dominicana y observe la población afrodescendiente en relación con la población blanca encarcelada. ¿No le resulta extraño nada de lo que ve?
  6. Por último, revisando estadísticas de afrodescendiente para América Latina notamos que no hay datos para República Dominicana. Hay poca visibilidad estadística de los afrodescendientes en el país en documento tan importante como el de la Cepal titulado “Situación de las personas afrodescendientes en América Latina y desafíos de políticas para la garantía de sus derechos” (cf.https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/42654/1/S1701063_es.pdf). Queda claro que una visibilidad afrodescendiente prácticamente nula en documentos estadísticos internacionales indica el ocultamiento expreso de una problemática latente en nuestra sociedad.

Se dirá que no buscamos nada con mirar al pasado sobre cuestiones que aparentemente hemos superado los dominicanos y que tenemos mayores problemas que la diferenciación por el color de la piel. El punto es que la exclusión social y la falta de acceso a materias tan importantes como salud, educación y calidad de vida de un segmento considerable de la población se generó como una cuestión racial producto del proceso de racialización, premeditado y llevado a cabo como una política desde las élites de poder y que, genealógicamente hablando, tiene su origen en el sistema esclavista instaurado en la colonia.

Entender los problemas actuales, desde el pasado más remoto, en sus continuidades y discontinuidades nos conduce a la ocultada trilogía esclavitud/raza-racialización.

Nota:

 

1.Proyecto de investigación: Connected Worlds: the caribbeans Origin of Modern World. This project has received funding from the European Union´s Horizon 2020 research and innovation programme under the Maria Solodowska Curie grant agreement N° 823846.