La eSalud de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la aplicación de Internet y otras tecnologías relacionadas en la industria de la salud para mejorar el acceso, la eficiencia, la eficacia y calidad de los procesos clínicos y empresariales utilizadas por las organizaciones de salud, médicos, pacientes y consumidores en un esfuerzo por mejorar el estado de salud de los pacientes.

Este concepto se trabajó en la 58.ª Asamblea Mundial de la Salud de la OMS en 2005, Geneva, Suiza, cuando se reconoció su potencial para fortalecer los sistemas de la salud y mejorar la calidad, seguridad y el acceso a atención, y se instó a que los estados miembros de la OMS tomen acciones para incorporarla en los sistemas y servicios de salud pública.

Asimismo, las autoridades sanitarias de los Estados Miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) durante el 51º Consejo Directivo en septiembre de 2011 aprobaron la Estrategia y Plan de Acción sobre eSalud (2012-2017) de la OPS, cuyo objetivo era contribuir al desarrollo sostenible de los sistemas de salud de los estados miembros, incluida la salud pública veterinaria. Con su aceptación, se buscaba mejorar el acceso a los servicios de salud y su calidad a través de la utilización de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC), la formación en alfabetización digital y TIC, el acceso a información basada en pruebas científicas y formación continua y la implementación de diversos métodos, permitirá avanzar hacia sociedades más informadas, equitativas, competitivas y democráticas.

En el 2012 en la República Dominicana como iniciativa del Ministerio de Salud Pública, la OPS y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), se creó el Comité Estratégico Nacional de eSalud, en respuesta a la Estrategia y Plan de Acción 2012-2017 promovido por la OPS. El Comité Estratégico también quedó integrado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), el Ministerio de la Presidencia, la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL); el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL), el Servicio Nacional de Salud (SENASA), la Oficina Presidencial de las Tecnologías de Información y la Comunicación (OPTIC) y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Además, por dos especialistas en TIC y salud: el doctor Fernando Rojas y el doctor Eddy Pérez Then, director del Departamento de Gestión del Conocimiento de CEDIMAT.

La Estrategia y Plan de Acción 2012-2017 identificó como componentes de la eSalud los siguientes: i) el Registro médico electrónico; ii) la Telemedicina; iii) la mSalud; iv) el eLearning; v) la Educación continua en TIC; y, vi) la Estandarización e interoperabilidad.

Poca evidencia se verifica de las acciones promovidas localmente respecto de la Estrategia y Plan de Acción 2012-2017. Sin embargo, en el 2017 se introdujo por primera vez el concepto de la telemedicina en el Reglamento Técnico para la Habilitación de Servicios Clínicos y Quirúrgicos (Reglamento).

Conforme al Reglamento, la telemedicina en RD incluye:

  1. Consulta externa realizada sin contacto físico, de forma no presencial directa, entre el profesional de la salud y la persona que demanda el servicio, que bien puede ser definido como teleconsulta.
  2. La interconsulta entre profesionales, realizada por medio de algún sistema de los incluidos en la tecnología de la información y comunicación, para proporcionar asistencia o dar soporte médico, independientemente de la distancia que separa a los involucrados en el servicio.
  3. La actividad docente, que no es lo mismo que el e-learning.

Es evidente lo restringida que es la regulación dominicana, dado que ha dejado afuera muchos otros servicios que integran la eSalud y que permitirían que este sistema se consolide de manera efectiva y eficiente.

Desde el punto de vista de la habilitación, en la República Dominicana, sólo pueden ofrecer servicios de telemedicina, los establecimientos y servicios de salud. En consecuencia, y de acuerdo con la regulación vigente, no se habilita un profesional de la salud, sino que se habilitada el establecimiento de salud.

¿Qué requisitos exige el Reglamento? La “tecnología informática y comunicación requerida para solicitar y brindar la atención”. ¿A qué se refiere el Reglamento con “requerida”? Se presume que el profesional de la salud debe saber cuáles instrumentos va a utilizar. En otros países de la región con sistemas de salud parecidos al nuestro, este aspecto está expresamente regulado, dado que puede comprometer la responsabilidad del profesional de la salud.

Es importante destacar que el Reglamento establece, que debe garantizarse el manejo adecuado de los aspectos relacionados con consentimiento informado, confidencialidad, respeto, secreto profesional, así como control de historia clínica e información del paciente de acuerdo con las normativas vigentes. Sin bien estas suponen garantías del servicio, también pautan requerimientos adicionales que se deben llevar a cabo para ofrecer un servicio. En consecuencia, tanto los prestadores de servicios de salud como el profesional de la salud por sus acciones u omisiones pueden incurrir en responsabilidad ética moral, administrativa, penal y civil, por tanto, se sugiere la observancia de la Constitución, leyes especiales, reglamentos y normas aplicables a los fines de mitigar el riesgo.

No pasa inadvertida la carrera que ha ganado el reconocimiento de la telemedicina a nivel mundial como consecuencia de la crisis sanitaria que ha provocado el COVID 19. Países de la región como Colombia han dado pasos importantes en definir las estructuras necesarias para el funcionamiento de la eSalud de manera integral. En nuestro país, ni el Ministerio de Salud Pública ni los legisladores han aprovechado esta coyuntura para robustecer el sistema de la eSalud, lo cual resulta preocupante, ya que los profesionales de salud están aplicando una normativa que resulta ser insuficiente para un servicio que en gran parte está dependiendo de las TIC. Ni hablar de los médicos especialistas en relación con los requerimientos de sus respectivas áreas.

En Estados Unidos de América y en Europa donde ya se tenía un buen trecho recorrido en el uso de las TIC en el sistema de salud, al momento enfrentan desafíos relacionados con el uso de la inteligencia artificial, aspectos éticos, de seguridad cibernética, entre otros.

Como consecuencia de este nuevo normal que ha provocado la pandemia, en RD se están viendo la promoción y uso de la teleconsultas de parte de una importante masa de profesionales de la salud, también incluso de otros servicios de la eSalud que no están regulados en la República Dominicana. Cabe la duda, si todo aquel que está ofreciendo servicio de teleconsulta, se encuentra habilitado a través de un establecimiento.

Una medida que ha implementado el Ministerio de Salud, con el soporte del Ministerio de la Presidencia, es precisamente la plataforma basada en inteligencia artificial llamada Aurora MSP COVID19, que nos es más, que un sistema computarizado que canaliza que la población tenga contacto directo con más de 200 médicos, a través de mensajes de texto, voz y videollamadas para obtener información sobre la enfermedad de la COVID-19, tratamientos y orientaciones a seguir una vez se presentan incidencias en los hogares, comunidades, hospitales o clínicas donde se están prestando atenciones.

Como país nos queda un largo camino por recorrer, no solo en el marco de la crisis sanitaria, sino también post crisis. La implementación consciente de la eSalud y la telemedicina en la República Dominicana suponen una serie de desafíos y retos, que se traducen precisamente en los ya definidos por la Estrategia y Plan de Acción sobre eSalud de la OPS: i) el Registro médico electrónico; ii) la Telemedicina; iii) la mSalud; iv) el eLearning; v) la Educación continua en TIC; y, vi) la Estandarización e interoperabilidad.

Para esto se debe promover una regulación integral del sistema, reforzando normativas aplicables a data, privacidad, consentimiento informado, expediente clínico, TIC’s, procedimientos, interoperabilidad, entre otras; la concientización y educación de todos los usuarios del sistema de salud, y la aceptación por parte de profesionales de la salud, así como también de los usuarios del sistema de salud que las TIC no sustituyen el servicio médico presencial, pero si vinieron para quedarse.