República Dominicana jugó sus dos primeros partidos eliminatorios para el Mundial Brasil 2014, y se han levantado voces del supuesto avance del fútbol dominicano por haber perdido honrosamente ante El Salvador, y haber empatado en casa con Surinam.
En San Salvador perdimos 2-3, y aquí, en San Cristóbal, empatados 1-1.
Pudimos ver a través de la internet el juego de El Salvador, y asistimos al encuentro en San Cristóbal. En ninguno de los dos encuentros se vio un equipo dominicano que juegue a algo.
Comparto con ustedes un comentario que recibí de un hombre de fútbol, dominicano, que reside hace varios años en Estados Unidos.
Nos dice Manuel Sosa que "la euforia del resultado "honroso" ha hecho que se pierdan de vista otras cosas. La República Dominicana no jugó para nada bien y, si no nos golearon, no fue por nosotros, sino por ellos mismos."
Lo que nos comenta Sosa es una gran verdad.
La selección dominicana que se presentó en estos dos encuentras puso en evidencia grandes lagunas en los táctico, técnico y hasta en lo físico.
Esta selección dominicana que dirige el cubano Domingo Clemente Hernández no es un equipo. Son once hombres que so tiene un jugador que sea el cerebro del equipo. Y en nuestro país hay varios que pueden hacer ese trabajo.
Los jugadores juegan con entrega, con pundonor, aportando lo mejor de sí a favor del país, pero no tienen quien los dirija en una solo dirección.
La mayoría de los fanáticos que asistimos a San Cristóbal el pasado martes salimos desilusionados, al comprobar que no hemos avanzado nada. Más bien, hemos caminado como el cangrejo.
Entonces, no pueden aparecer voces interesadas y venir a hablar del avance del fútbol dominicano. El reconocimiento lo merecen los jugadores, por su gran esfuerzo en condiciones adversas.
Y hasta el momento solo nos hemos referido a los aspectos técnicos del juego. Pero hay otros temas tan importantes como estos para conformar un "equipo" que no son cumplidos. Y estos competen directamente a la dirigencia, a los federados, a los que tienen que velar por la estabilidad emocional de los jugadores.
No es posible que en ninguno de estos dos partidos la selección dominicana no haya tenido la presencia de un medico calificado en la banca.
No es posible que un jugador sangre por la nariz y es él mismo el que tiene que atenderse a la vista de todos, por la falta del médico citado.
No es posible que importe más una camiseta que la salud de un jugador.
No es posible, que la selección dominicana no tenga un uniforme digno para un partido internacional de la categoría de una eliminatoria mundialista.
No es posible que se haya viajado a El Salvador y solo antes del partido es que se dan cuenta de que no tienen medias uniformes para jugar.
No es posible que llegue nuestra selección desde El Salvador y no se presente ningún directivo a recibirla.
No es posible que lleguen los jugadores a la concentración y tengan que acostarse sin cenar porque no se les guardó qué comer.
No es posible que no haya sido presentado el equipo antes del primer partido, y sí previo al segundo, solo porque en la rueda de prensa tiene que estar el presidente.
No es posible que aparezcan neófitos a hablar del gran trabajo del ejecutivo de la FEDOFUTBOL cuando su pueden enumerar estos y muchos más "no es posible".
Todos estos "no es posible" solo son "posibles" por contar con un grupo que adolece de capacidad gerencial en el fútbol dominicano, que ha invertido más de cuatro millones de dólares en los últimos años y no hemos avanzado nada, más bien, hemos retrocedido.
La selección dominicana, y todo el fútbol de este país, necesitan una gerencia que permita que se conforme un equipo, con un cuerpo técnico capacitado, con una dirigencia que proporcione las condiciones mínimas (por lo menos) para que los jugadores puedan sentirse como verdaderos selecciones nacionales.
La selección dominicana necesita un cuerpo técnico que decida cuáles jugadores van a la selección. Que conozca a los jugadores, a los del patio y los "extranjeros".
Un cuerpo técnico que vele por el bienestar de sus jugadores durante las concentraciones.
¿Será posible?