En primer lugar quiero dejar establecido que mi crítica en este artículo no es al gobierno, sino al Partido Revolucionario Moderno (PRM) que para mí no tiene nada de Revolucionario ni de moderno.
Pienso que como partido siguen siendo lo mismo porque no igual partido y gobierno. Existe una gran diferencia. Como gobierno sí están haciendo algunas cosas muy diferentes sobre todo en el plano de la justicia, pero como partido les falta avanzar.
Cifro este análisis a raíz de la reacción de José Ignacio Paliza, presidente del PRM, en una entrevista con el periodista Huchi Lora en el Programa el Día.
Al tocar el tema de la Lotería Nacional, Paliza dice que esa instancia se debe regular y se molestó porque Huchi le dijo que eso era difícil porque los partidos políticos prefieren los candidatos que pueden pagar sus propias campañas y que por eso el Congreso está lleno de banqueros y narcotraficante y le dijo que los partidos tenían la culpa y que él era presidente de uno.
Paliza le pidió a Huchi que no le dijera que él anda buscando narcotraficantes para ofrecerle candidaturas, pero Huchi jamás le dijo eso, él asumió como personal una crítica que es legítima.
Entonces le pidió que no generalice porque todos los partidos no son iguales. Parece que Paliza olvidó que ya él no está en campaña, que de seguro pensó asistía a una entrevista a escuchar y decir lo mismo de antes porque hablar de los pecados del otro es fácil pero cuando nos enrostran los nuestros entonces nos molesta.
Es evidente que los partidos deben corregir a quienes le otorgan el derecho de una candidatura o nombran en puesto público no se trata de decir que no los van a apoyar si la justicia los pide, de lo que se trata es de no permitirles que sean candidatos eso es lo que deben hacer.
40 diputados son empresarios de las bancas de apuestas y los que están ligados al narcotráfico son más de los que han caído y pertenecen a todos los partidos.
Paliza quiere que al PRM lo miren como un partido diferente, pero para eso deben pasar muchos años.
Para llegar al poder y tener congresistas el PRM cayó en la misma práctica que los demás partidos: otorgarle candidaturas a quienes tienen más posibilidades económicas de financiar su propia campaña no importa si es del narco o donde sea, acción que no tiene nada de moderno.
Esto, ligado a la coyuntura social, le dio el poder. Para poder ver al PRM como un partido diferente primero deben pasar estos cuatro años, que expurguen sus pecados y que empiecen a verse como realmente un partido que dista de esas prácticas perversas.
No basta con que ahora quieran enviarlos a la cárcel y negarles su apoyo ante la justicia porque donde primero debieron negarles su apoyo fue en permitirles ser candidatos y otros nombrarlos en el tren gubernamental.
El daño ya está hecho y por más que quieran remediarlo con no apoyarlos ahora, su apoyo ya fue evidente.
Cuando pasen estos cuatro años y el partido tome la decisión de depurar a sus candidatos, que tomen en cuenta a quienes les entregan una posición importante -ya sea por la vía de un decreto o permitiéndoles aspirar-, entonces se les puede considerar diferentes. Mientras tanto, como partido siguen siendo lo mismo que los demás.
No se molesten porque le enrostren sus errores, empiecen a trabajar para corregirlos y que no se repitan.