Etnia: Es un conjunto de personas con un mismo origen, por lo tanto de una misma raza o perfil antropológico que hablan su propio idioma y generan costumbres e identidad cultural.
Nación: Conjunto de personas de un mismo origen étnico que comparten vínculos históricos, culturales, costumbristas y religiosos. Tienen conciencia de pertenecer a un mismo pueblo o comunidad, hablan el mismo idioma y comparten un territorio o una vía de desplazamiento.
País: Es una comunidad social de una o más etnias con una organización política y órganos de gobierno demarcado por un territorio propio, libre y soberano. Un País puede agrupar diferentes naciones con culturas y costumbres diferentes pero enlazadas por un interés común que es su sentido de pertenencia o ciudadanía.
Afganistán, así como Pakistán, Turkmenistán y otros “tan”, son países conformados por por un grupo de etnias o naciones con el interés común de la identidad político territorial pero con tendencias e intereses de otra índole, muchas veces contrarios.
En Afganistán existen casi 50 etnias diferentes pero las más importantes son los Pastunes, con alrededor de un 40% de los 38 millones de personas que tiene el país, luego le siguen los tayikos con alrededor del 20 o 25% de la población y en tercer lugar están los Hazara. Resulta que durante siglos, estas etnias han vivido enfrentándose unas contra otras. Todos son musulmanes sunitas a excepción de los tayikos que son mayoritariamente musulmanes chiítas. En cuarto lugar están los uzbekos, turkmenos y Kirguizos con aproximadamente el 12% de la población, luego los demás grupos étnicos son minoritarios, pero aun así inciden en la atmósfera convulsiva del país y de la región, pues muchas veces los conflictos entre etnias transgreden los territorios de países vecinos.
La mayoría de las pequeñas etnias son de carácter nómada debido a las características de su alimentación (pastoreo, recolección, etc.) y traspasan las demarcaciones fronterizas de manera normal.
Cuando en 1978 el Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA) de orientación marxista arribó al poder en lo que se llamó la “Revolución de Saur” cometieron el sacro error de proclamarse un “Estado Ateo” y empezaron a realizar una reforma agraria mal planificada que los campesinos afganos nunca entendieron oponiéndose a ella y muy pronto el PDPA se fue convirtiendo en impopular por lo que empezaron a surgir protestas en las ciudades y levantamientos en las montañas surgiendo los grupos llamados “muyahidines” y cuando el gobierno se tambaleaba pidieron ayuda a la Unión Soviética que envió sus tropas a defender al mal gobierno del PDPA.
Zbigniew Brzezinski, politólogo e ideólogo polaco nacionalizado estadounidense al servicio de la CIA vió la posibilidad de propinarle a la URSS un golpe parecido al recibido en Vietnam contra los EEUU y 6 meses antes de producirse la ocupación soviética en Afganistán empezaron a reclutar mercenarios de la región y encargaron al millonario Ozama Bin Laden quien había heredado más de 500 millones de dólares de su padre que había muerto en un accidente de aviación en los estados Unidos (Recordemos que Bin Laden padre y la familia Bin Laden era y sigue siendo socia de la familia Bush) y cuyo carácter aventurero lo convertía en el personaje ideal para dirigir la guerra de guerrillas contra el gobierno comunista y una posible intervención soviética. En ese momento surge la agrupación denominada como Al Qaeda (significa “Los líderes”).
Así queda conformado el principal grupo de guerrilleros afganos que no era grupo étnico, sino que era un grupo político-militar dirigido por Ozama Bin Laden orientado por la CIA.
A pesar de que los muyahidines coincidían con Al Qaeda en enfrentar a los comunistas, sin embargo, aquellos actuaban sin un mando común y hasta llegaban a enfrentarse entre ellos mismos ya que estaban formados por etnias que eran rivales. Esta situación, aunque iba en perjuicio de Al Qaeda debido a que muchas veces era imposible fraguar tácticas y estrategias en común contra las tropas soviéticas, también presentaba una enorme dificultad para los soviéticos negociar o diseñar tácticas ofensivas contra ellos.
Las características tan accidentadas del terreno montañoso, la atomización del mando de los muyahidines, el multimillonario apoyo al grupo Al Qaeda, y sobre todo, el suministro del arma que decidió el fin de la ocupación soviética, el lanzamisil tierra aire portátil Stinger que derribaba con gran facilidad a los helicópteros soviéticos (única arma que le hacía daño a los muyahidines cuando se escabullían en las montañas). Así termina la ocupación soviética en Afganistán en el año 1989.
De inmediato empieza una guerra civil entre los muyahidines y el gobierno Afgano, culminando en el año 1992 con la victoria de los muyahidines al colapsar la Unión Soviética que ya no podía suministrar ayuda al gobierno Afgano que controlaba las principales ciudades pero no así el campo.
Qué significa “muyahidin”? Viene del concepto “yihad” que significa alguien que lucha por su fe. Cuando se cae la URSS y por consiguiente el gobierno comunista de Afganistán, las diferentes etnias que conformaban ese gran universo llamado muyahidines, se enfrentan entre sí. Por ejemplo: los pastunes llamaban al resto como dushmanes que significa “bandidos” y éstos eran llamados como “basmachis” que significaba lo mismo. Empieza una guerra fraticida en la que el pueblo afgano se desangraba. Los muyahidines cometían actos de barbarie imponiendo leyes, asesinando inocentes, apropiándose de pertenencias ajenas y violando mujeres. Es cuando en el 1994 entran en escena los “Talibanes”. Ya todo el mundo sabe el origen de ellos, niños afganos que fueron exiliados en Pakistán y que fueron educados en la “madrasas” o escuelas coránicas (del Corán) pastunes.
Este ejército de estudiantes graduados está formado por antiguos niños afganos pertenecientes en su gran mayoría a la etnia pastum, pero también participan las etnias uzbekas, tayikos, chechenos, árabes entre otros. Que ya no son enemigos entre sí pues su fe por el corán los mantiene cohesionados.
Los talibanes hacen gala de disciplina militar y mando único para imponerse contra los muyahidines tomando el poder en Afganistán en el año 1996 instaurando un gobierno basado en la interpretación extrema del islam o Sharia.
La interpretación extrema del islam o Sharia, establece reglamentos que se fundamentan en costumbres ancestrales de estos pueblos como es la sumisión extrema de la mujer ante su padre y esposo, los códigos de vestimenta para las mujeres, el valor de ellas ante la sociedad, el mismo Corán es un libro de códigos que norma la conducta de los individuos (no es interpretativo como la biblia). El Corán establece la forma de vida, de vestir, de rezar, la moral, los criterios del bien y el mal, etc.
En los cinco años que los talibanes tuvieron el poder en Afganistán, instauraron el orden, castigaron a los delincuentes, la siembra de adormidera (opio) se redujo a cero y así la producción de heroína afgana lo que trajo un descenso del tráfico y consumo de esta droga en Europa y en los EEUU lo que afectó enormemente el negocio del Cartel de Washington dirigido por la familia Bush y sus acólitos que de inmediato urgieron un plan para llevar al poder, a como diera lugar, al bandido de George W. Bush culpable de miles y miles de muertos inocentes en muchas partes del mundo incluyendo los asesinados el 11 de septiembre del 2001 en su propio país.
El “atentado terrorista” (autoatentado) del 11 de septiembre se produjo semanas después de que el senado de los EEUU le desaprobara una petición de 30 billones de dólares al gobierno de Bush hijo con el fin de utilizarlo en “la lucha contra el terrorismo internacional y el narcotráfico” y una semana después de que el mismo senado le aprobó una partida de 90 billones de dólares y una orden para que ejerciera poder ilimitado el cual utilizó para ordenar la invasión de Afganistán el 7 de octubre del 2001, es decir ni a un mes después del 11 de septiembre, lo que indica que todo estaba preparado.
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) declaró que el consumo en los Estados Unidos de América se duplicó después de la invasión y ocupación de las tropas norteamericanas en Afganistán. En realidad se centuplicó. Pero resulta que el incremento de las hostilidades guerrilleras interferían en la producción de heroína, pues el opio debía procesarse en laboratorios afganos y la ocupación militar resultaba demasiado costosa en dinero y en vidas, lo que provocó que Trump como hábil comerciante y por ende negociador, observó que esa situación enriquecía al clan que lo adversaba (dentro de su partido) y afectaba las finanzas del estado norteamericano por lo que negoció la retirada de sus tropas y la victoria de los talibanes.
Ya están los talibanes en el poder y mucha gente en todo el mundo clama por hacer que los talibanes respeten los derechos humanos y el derecho de la mujer. Entonces me remonto a La India, en donde en su constitución se consignan los derechos de la mujer que las hace igualitarias a los hombres, pero resulta que la Organización Mundial Women 2016 (UN Women 2016) presenta un estudio en donde dice que la sociedad india percibe a la mujer como un bien económico sometida a las decisiones de sus padres o esposos sin derecho a expresar su voluntad ni de ser autónoma, existen los matrimonios concertados y un padre puede llegar al asesinato de su propia hija si ésta se enamora o se casa con un hombre de una casta inferior.
En China, en muchos lugares campesinos, se venden las hijas al mejor postor “si usted quiere una esposa búsquela en China”, y solo por mencionar dos ejemplos y no hablemos de los países árabes. Yo hice mi especialidad de cirujano ortopedista en un centro hospitalario que recibía muchos médicos árabes de distintos países y me contaban que en Irak, por ejemplo, cuando el padre de familia iba a la ciudad, era una caravana en donde él y sus hijos varones encabezaban el desfile, luego le seguían sus empleados llevando sus camellos, detrás de éstos la esposa y luego las hijas. Estos tipos de aberraciones no causa espanto y nadie acusa a los gobiernos de estos países de terroristas. Pero a los talibanes sí, porque los señalan los creadores del terrorismo de Estado, los EEUU y países de la OTAN.
No tratemos de imponer nuestra cultura y nuestros puntos de vista sobre como vivir a otras culturas y formas de vida. Es un grave error como lo decía el presidente Putin cuando aconsejaba a la OTAN por medio de la canciller alemana Angela Merkel. Hay que dejar que estas sociedades evolucionen como han evolucionado los palestinos, los libaneses, los iraníes y otros.
Que hay injusticia, sí, la hay, pero cuántos niños mueren de inanición, por enfermedades curables por falta de medicamentos, cuántos quedan inhabilitados cerebralmente por la desnutrición en el mundo occidental o “democrático”, cuántos son asesinados en la franja de Gaza, en Yemen, en África, cuántas mujeres son violadas, secuestradas y traficadas bajo nuestras mismas narices. No le hagamos coro a los creadores del caos y culpables de las profundas desigualdades que laceran lo más profundo de nuestras sociedades. Defendamos sí, a las mujeres afganas, pero también a las nuestras, a las indúes, a las árabes, a las africanas, en fin como decía alguien: “sentir en lo más profundo cualquier injusticia contra cualquier ser humano es la cualidad más importante de un revolucionario”. Yo sustituiría “revolucionario” por “ser humano” para hacerlo más universal.