Los discursos reeleccionistas se sustentan siempre en la misma tesis: “es el pueblo quien lo pide”. Balaguer guardaba silencio hasta el final para luego despacharse con la consabida expresión “no soy yo quien lo decido, es el pueblo quien lo pide” pero la pregunta siempre sería la misma ¿Cuál pueblo?
Leonel Fernández se ha erigido como el guardián de la constitución en contra de que sea modificada para la reelección, pero ¿tiene moral para eso una persona que ha sido presidente tres veces y que en cada período también modificó la constitución para poder reelegirse sin que le afecte?
¿Qué es lo que se condena la reelección o la modificación de la constitución? Esta sería una pregunta importante de traer al debate porque lo que siempre ha estado en el cuestionamiento ha sido el tema de la reelección.
En todas las reelecciones ha estado en juego la constitución y eso lo saben todos. La coyuntura actual ha traído por primera vez un debate serio entre las dos principales tendencias del PLD. La facción de Leonel hizo un espectáculo la semana pasada para presentar unas supuestas dos millones de firmar que le apoyan cuando ningún padrón electoral tiene esa cantidad de votantes.
En el día de ayer le tocó al danilismo en sus aprestos reeleccionistas hacer lo propio en el mismo escenario y en los demás municipios de la Provincia Santo Domingo. Si en el evento de Leonel se cuestionó el financiamiento de algo tan costoso, en el de ayer debería hacerse lo mismo pues contaron con la presencia de cantidades de Ministros presentes.
Pero de ambos eventos se destaca los artistas invitados. En el de Leonel estuvo el Alfa y observen ustedes parte de las letras que ahí se interpretaron:
“No me compare que yo tengo pa comprá la competencia, al movimiento entero con su descendencia, to lo día voy pa’rriba y tú te desespera, y cada vez que subo un piso quito la ecalera, to lo demagogo me lo quito de la vera y como quiera se quieren quedar pegao de la tetera, to el mundo me quiere y yo tengo lo chavo y la mujere me lo lamben como la paleta el chavo, hata lo demagogo me dan falo, tu quiere que te mate a tiro que te mate a palo”
En el de Danilo estuvo Mozar la Para y observemos algunas de sus hermosas letras:
“Oye, olvídate de los problemas que la vida se hizo pa’gozá y ma na y eso es lo que uno se lleva, beban conmigo. La vida e una na má no le pare mente a ná, ayer taba resacao y hoy yo quiero beber má”. “Yo vua seguí bebiendo porque me gusta esa vaina, que me falte pa medicina, pero no para la bebida. “Ayer yo salí a la calle y me paró la policía, apuesto a que si le daba cien me dejaban tranquilo”.
Quizás los mismos que contratan estos artistas no son conscientes que las letras constituyen una denuncia en sí mismas de las acciones de esos mismos que les aplauden por congraciarse con la juventud, y lo peor es verles bailar y casi darle hasta abajo a unas letras cuyo mensaje es una afrenta y eso dice mucho del sentido crítico de quienes nos dirigen.
El único pueblo que lo pide es el que ellos pueden transportar en vehículos hasta esos lugares para que vayan a aplaudirles sus intenciones de continuismo, después nadie más lo pide.