Recuerdo como ahora hace 12 años cuando empezaba a cursar la carrera de Economía, cuando tomé la materia de Principios de Macroeconomía, la interrogante que me hacía en ese momento era la siguiente: ¿Por qué no calculamos como parte de la inflación todos los bienes y servicios que consumimos sin excepción?. Usualmente, los bancos centrales alrededor del mundo utilizan la inflación subyacente como parámetro, que excluye aquellos bienes que tienen componentes de volatilidad. Por consiguiente, utilizan esta métrica como la inflación premium para trazar su política monetaria.
La fórmula aritmética para calcular el Producto Interno Bruto (PIB) real es la siguiente: cuando la fuerza laboral crece, algo que no está sucediendo con frecuencia en el mundo desarrollado, especialmente en los Estados Unidos, o cuando los niveles de productividad aumentan, entonces el Producto Interno Bruto (PIB) nominal crece. Los datos recientes sobre los niveles de productividad en los Estados Unidos muestran un crecimiento relativamente lento. Sin embargo, esta apreciación es correcta.
La forma en que calculamos el Producto Interno Bruto (PIB) real depende de como calculamos la inflación, ya que las oficinas de Estadísticas de los distintos Gobiernos o sus bancos centrales antes de llegar al PIB real calculan el Producto Interno Bruto (PIB) nominal. El PIB nominal es el monto total de los bienes y servicios producidos en la economía basado en los precios corrientes o de la actualidad. Luego, desinflan el crecimiento del PIB nominal utilizando la inflación para así poder estimar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real. Por tal razón, si la inflación está siendo sobreestimada, esto da como resultado que el crecimiento real de la economía y los niveles de productividad están siendo subestimados.
Todos los avances tecnológicos y de eficiencia que ha experimentado la economía global a lo largo de las últimas tres décadas, hace que sea mucho más dificultoso medir los niveles de precios en la economía, debido a que las características de los bienes que se consumen hoy en día se han expandido, proporcionando mucho más valor de como lo hacían en el pasado. Además, con los avances en el área tecnológica y de automatización, los servicios pueden ser ofertados a un muy bajo costo laboral. Por ejemplo, si la inflación en los Estados Unidos no es más que 0.5%, en vez de 1.5% de la actualidad. Por consiguiente, esto le agregaría un 1% más al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real y al crecimiento de la productividad laboral de los Estados Unidos.
Esta tendencia podría explicar la razón por la cual la tasa de rendimientos de los bonos del tesoro de los Estados Unidos cotiza a la baja, ya que responden a la realidad de que vivimos en tiempos de baja inflación, y no bajo la falacia de como se calcula la tasa de inflación en estos momentos.