Al realizar un análisis del comportamiento humano, se puede referir al equilibrio cuando se habla de inteligencia emocional, enfocado en el don de dar para identificar su origen o precedencia, la educación, la comprensión y la formación familiar.
En este aspecto, nuestra sociedad integrada con familias por la participación coordinada entre varios seres humanos (hombre, mujer, hijos), la integración disfuncional de padres separados bajo un mismo techo, padres distanciados con responsabilidades compartidas, otros divorciados con aislamiento total y otros separados a la totalidad, donde el nivel económico y la complacencia del requerimiento de los hijos en restaurantes, viajes, ropas y demás atenciones que le da inclinación de verse como padre o madre ejemplar, sin identificar que no se ha ganado la confianza para que, en momentos delicados que se les presentan a sus hijos puedan contar con ese ser para tener una conversación entre padre – madre e hijo-a, en busca de la confidencia ganada. Todo esto es parte del equilibrio que da la inteligencia emocional.
Desde el rol de los hijos, quienes pueden vivir en armonía, comprensión y educación, otros desintegrados con la madre o el padre, abuela o tutor; igualmente, niños huérfanos por ida de padres a destiempo, por padres irresponsables que los han dejado solos para ir de fiesta, algunos abandonados, otros huérfanos de padres vivos, otros que no reciben el apoyo o seguimiento de uno de los padres, otros que se encuentran en guardarías, internados en hogar de huérfanos u otros que son donados a seres humanos para velar por su responsabilidad.
Ante estas realidades me surgen algunas interrogantes: ¿Qué está sucediendo en nuestra sociedad? ¿Cuál es la responsabilidad del padre y de la madre que, de manera conjunta decidieron realizar un acto planificado, improvisado o que ha surgido de sorpresiva, dando como resultado una nueva vida a quien hay que darle el derecho de nacer? ¿Es a partir de ahí, desde la procreado que surge la responsabilidad de decidir para dar a esa nueva vida el equilibrio que se necesita para tener inteligencia emocional?
Evaluemos todo el proceso desde el embarazo, el nacimiento, la niñez, su desarrollo, la adolescencia, la juventud, la madurez y la vejez. Todas estas etapas se inscriben en las diferentes generaciones desde la Silent, Babyboon, X, Y (Milennials) y hasta la generación T. Todas estas han tenido y tienen diferentes oportunidades para adquirir conocimientos y posicionarse por competencias en diferentes actividades.
En la actual generación, observen a niños y jóvenes que absorben como esponja toda información para dar lo mejor de sí con un análisis realizado y su criterio propio contemplado, sin necesidad de copiar y pegar para respetar el derecho de la propiedad intelectual, que al valorar y contemplar el esfuerzo realizado por un intelectual de la obligación de proteger el derecho de autor.
De ahí que las universidades juegan un rol importante en puntualizar los temas de metodología de la investigación y las diferentes modalidades para que los participantes o estudiantes realicen sus trabajos, ensayos, resúmenes, monografías y tesis con un nivel de análisis crítico, respetando a la vez el desarrollo del intelecto de toda persona que escribe o comparte sus experiencias e intuición para el beneficio de todo interesado.
Hoy más la sociedad necesita gente como tú que tienes la oportunidad de estas líneas y evaluar tu posición y equilibro en medio de la inteligencia emocional.
Ante la situación que se te presente o te ha llevado donde estás, puedes detenerte a reflexionar soy mayor de edad, y esta es mi decisión para empezar, cambiar y decidirte a ti mismo, ya estoy motivado y tengo equilibrio con la inteligencia emocional por lo que he decidido ser parte del cambio, estoy dispuesto avanzar, lograr mi sueño y ser ejemplo para los demás.